Finlandia, la infancia y la música.
La música y la infancia recuerdan diciembre, el frío azul y la mirada azul nos lo recuerdan, una filigrana en el rostro blanco de nuestra amiga nos harán pensar en la nostalgia de la fiesta infantil. Y flotando en la atmósfera la música que nos acompañaba cuando éramos niñas y cuando éramos niños. ¿Os acordáis?
No en vano es en diciembre cuando hablamos de "La pedagogía musical en Finlandia", Un país que nos recuerda a los renos... ¿hay renos en Finlandia? y al frío blanco de la Navidad. Es además nuestro primer trabajo bilingüe: español- finés. Y en eso respondemos también a nuestra vocación de dar acogida solidaria a todas lenguas del mundo con las que tengamos ocasión de compartir proyectos, no mediante esas espantosas y descarnadas traducciones mecánicas, sino mediante la sensibilidad de quien hace la magia de la transformación de una lengua en otra, a veces -como es el caso- con la ayuda generosa de una compañera.
No sé por qué se me viene a la cabeza esa obsesión del bilingüismo exclusivista inglés/español, en esas escuelas bilingües en las que se acaba teniendo dificultad por entender el español, el inglés y la asignatura que - aunque nada tenga que ver con ese idioma - ignoramos porqué misteriosa razón se intenta penosamente impartir en inglés. Eso sí, algunos padres presumen mucho cuando cuentan que sus hijos van a "un colegio bilingüe", la gran apuesta del actual régimen educativo, en el que los brutales recortes cercenan terriblemente las posibilidades reales - sin cuentos - de la educación para el impulso de las lenguas, la cultura, la ciencia, la tecnología y el conocimiento.
Y lo que es a veces menos importante en la educación tal y como la han concebido los de siempre - hasta el momento - es el espíritu y la grandeza del idioma que se impregna en su literatura. A lo mejor es porque la literatura tiene un punto subversivo que hace pensar e imaginar nuevas realidades posibles. Y es mejor - piensan los poderosos - que sepan hablar cosas sencillas para alcanzar aspiraciones sencillas, en un entorno de mercado en el que cumplan sus tareas sencillas a cambio de un sueldo más que sencillo. En el que muchos, además, ponen todas sus desesperadas esperanzas.
No quiere decir esto, ni mucho menos, que no se cumplimente aquí pleitesía al idioma del "viejo bello Walt Whitman" o del chico del distrito XIV de Nueva York: Henry Miller, sin ir más lejos. El inglés es también una lengua valiente y literariamente bella, como las demás, pero las demás, como el finés, también existen.
La nieve caerá lenta o furiosamente sobre Finlandia, el dios Eolo soplará sobre su enorme mano mágica para que algunos de esos copos pongan el color blanco de la navidad entre nosotros - las gentes del gran sur - y como siempre esa extraña ilusión decorada con nostalgia y tristeza. Es el tiempo que pasa y que no consigue llevarse los recuerdos que se acompañan con lágrimas, el mismo que - a duras penas - nos dará el consuelo - tal vez ilusorio - de próximas victorias y alegrías.