Hay un dato del que no tenemos suficiente consciencia: La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que la violencia de género es la primera causa de mortalidad de las mujeres de entre 15 y 44 años por encima de las guerras, de los accidentes de tráfico y de los diversos tipos de cáncer. Del mismo modo, una de cada tres mujeres sufre malos tratos a lo largo de toda su vida, algo que pasa desapercibido puesto que los medios de comunicación sólo reflejan aquellos casos que ya no tienen solución. A causa de esta falta de información no estamos lo suficientemente concienciados de lo que es la Violencia de Género, teniendo en cuenta que es algo que se da cada vez más entre la población más joven.
Nosotras, como alumnas de Educación Social de la Universidad Complutense de Madrid, hemos llevado a cabo una serie de encuestas que demuestran la falta de información y la tendencia progresiva a sufrir malos tratos entre mujeres tanto jóvenes como adultas.
Los datos obtenidos a través de las encuestas realizadas nos revelan que en la actualidad, hay una preocupante situación entre la juventud.
El 22% de las jóvenes son propensas a sufrir maltrato, puesto que en preguntas como "¿qué piensas acerca de los celos?"o "¿permitirías que tu pareja te controle el teléfono móvil o que cambie tu forma de vestir?", afirmaban que los celos y el control son una muestra de amor, aspectos que son indicios de algo que puede llegar más allá. Además de este 22%, cinco de cada diez mujeres cree saber que el maltrato comienza con el control, sin embargo, no consideran control los aspectos anteriormente mencionados.
Por otra parte, un 25% no sabe detectar una verdadera situación de maltrato teniendo en cuenta que considera que este comienza en insultos y golpes, pasando por alto el control al que son sometidas por sus parejas. Esto en gran parte es causa de la falta de información, puesto que un 50% de las mujeres encuestadas afirma no tener los conocimientos necesarios sobre la violencia de género, además de un 58% que no conoce ningún centro al que acudir en caso de vivir malos tratos y un 61% que no detectan el machismo en los medios de comunicación aún sabiendo que muestran una imagen sexual de la mujer.
Estos datos nos muestran que a medida que pasa el tiempo, la situación se agrava y no va a cambiar a no ser que se lleven a cabo una serie de medidas preventivas. Lo principal y lo más importante es potenciar la educación en igualdad, haciendo partícipes a los miembros de la familia y del entorno, fomentando una sociedad que desde todos los ámbitos potencie y eduque la igualdad de género. El origen de la desigualdad reside en la socialización, posicionándonos en aquello que debería ser de niños o niñas, en vez de enseñar a los más pequeños que todos somos iguales, haciéndoles reflexionar sobre lo que es la violencia de género, explicarles los medios que tienen a su alcance para evitar esta triste realidad y qué hacer para enfrentarse a ella.
Por ello, todos nosotros deberíamos tener presente esta realidad y hacer lo posible para conseguir que cambie y que poco a poco desaparezca.
Testimonio real de una mujer maltratada
Alejandra, 15 años.
Hablamos de una chica tímida, sonriente, sencilla y feliz. Nunca se había sentido tan querida como cuando conoció, a Sergio. Su vida comenzaba a ser perfecta. Sus amigos, su familia, sus estudios, su novio. Lo tenía todo. Empezó a distribuir su tiempo. Durante un año todo era un sueño, había encontrado a su alma gemela, no se imaginaba su vida sin él. Realmente no se deciros cuando empezó, dejó de salir con sus amigos porque solo quería estar con Sergio, todo tiempo le parecía poco. Le encantaba poder confiar en él, lo que hizo que se alejase de su familia. Nadie le entendía, solo él. Todos sus secretos, sus intimidades, su persona, comenzaron a ser también de Sergio. Ya no era Alejandra, era parte de Sergio.
Toda ilusión implica un golpe. Un golpe hacia la realidad. Ya no era feliz, no era libre. Le ataban cadenas que ni ella sabía lo fuertes que eran. Una serie de actos le hicieron despertar de ese sueño que creía vivir. Empezaron los insultos, las humillaciones, su pérdida de autoestima. Toda persona alrededor se daba cuenta que su sonrisa se había apagado, que tan solo pasaban los días para ella. Pero ella no era capaz de confiar en nadie a su alrededor, porque fue precisamente ella la que cerro su mundo centrándolo en él.
Él le había destrozado su mundo por dentro, solo quedaban ruinas, cada vez que ella recuperaba el aliento e intentaba reconstruirlo, sus amenazas volvían, y su miedo crecía.
Era una mujer, no una esclava. Llegar a esta conclusión y expresarlo le costaron los primeros empujones, bofetones y moratones. Un perdón después de romper el alma a alguien no sirve de nada, porque sabes que aquello que pasó una vez, volverá a repetirse.
"Denuncia" Que palabra tan fácil de decir y que acción tan complicada, solo las amenazas podían rondarle la cabeza. Amenazas de destruir lo poco que quedaba de ella.
¿Y cómo acaba?
Ojala acabase. Simplemente queda en el recuerdo, de un pasado doloroso. Si digo pasado, porque hoy os habla Alejandra, la misma pero distinta. He vuelto a sonreír sin miedo, a decir lo que pienso. He recuperado mi adolescencia, mis amigos, mi familia, y a mí misma. Ahora tengo 18 años, estudio para ayudar a las mujeres que se callan tanto como lo hice yo. Que no dan el paso de ser valientes y salir de esa pesadilla, que yo misma confundí con mi mejor sueño. Solo pido que nadie me juzgue por esto, que conozca a la nueva chica que soy hoy. Esto le puede pasar a cualquiera, tan inocente y entregada al amor como es mi caso. Pensaba que era mi alma gemela cuando en realidad solo era veneno que me apagaba lentamente.
No es tan fácil como la gente piensa, es necesario vivirlo para comprenderlo y por eso quiero que nadie me comprenda. Solo que la violencia de género acabe.
Autores
Yolanda Fernández
María Molero
Esther Fuentes
Esther Fernández
Daria Contiu
Elena Carmena
Pilar García
Gema Delgado
María González
Paula Hernández.