CENTROS DE ACOGIDA: ¿INCLUSIÓN O EXCLUSIÓN?
Los centros de acogida a menores son un servicio social esencial que están subvencionados por las diferentes comunidades autónomas. Estos centros facilitan que las necesidades de estos niños estén cubiertas y sus derechos sean respetados, dándoles una educación y un posible seguimiento de sus problemas psicosociales, psicoafectivos y psicoemocionales.
Antes debemos aclarar que existen dos tipos de centros de acogida: los de primera estancia y los de media/larga duración. La diferencia fundamental entre estos dos tipos es que los centros de primera estancia realizan un estudio previo de las necesidades del menor para su posterior derivación a los centros de media/larga duración. En estos, son el los que los educadores y psicólogos realizarán un seguimiento a través de una intervención en el menor, para su posterior evaluación.
Tras la visita al único centro de primera acogida de Madrid situado en Hortaleza, descubrimos que este tipo de centros tratan con los menores en un periodo de tiempo de uno a dos meses, aproximadamente. La estructura de este centro cuenta con un servicio de lavandería, cocina industrial, un colegio interno, posee dos plantas diferenciadas para chicos y chicas en las que hay habitaciones, baños, taquillas y salas de ocio. Además, cuenta con un servicio de enfermería, salas de visitas, vigilancia de seguridad y una zona de aislamiento, la cual es utilizada en caso de que un menor pueda contagiar alguna enfermedad, por ejemplo ébola, o también como zona de castigo ante una mala conducta.
El perfil de estos menores ha cambiado, antiguamente solían ser MENAS (Menores Extranjeros No Acompañados) normalmente subsaharianos y marroquíes que cruzan la frontera. Actualmente, el perfil es de menores españoles o con nacionalidad española de segunda o tercera generación, es decir, padres o abuelos extranjeros, lo que conlleva a una gran confrontación cultural. En el caso de las chicas marroquíes, sus familias pretenden imponer su cultura y ellas se sienten identificadas con la cultura española. Por el contrario, las chicas sudamericanas asumen su cultura y aceptan los abusos y la existencia de objetos específicamente usados para el maltrato, estos son casos específicos que han llegado al centro.
Los chicos pueden entrar por Servicios Sociales o por la Policía. Si se entra por los Servicios Sociales, estos intentan hacer una terapia familiar con un educador de calle, pero si el padre, madre o tutor decide firmar la guarda, se desentiende de su hijo y el niño ingresa en el centro por orden del fiscal. La otra forma es a través de la Policía o cuando la Policía detiene al chico cometiendo un delito, entonces el fiscal vuelve a determinar si debe o no ingresar en el centro de acogida. Hay una tercera opción que es cuando los niños denuncian a sus padres, aunque esto suele ser más común en las niñas que en los niños.
Cuando los niños ingresan el centro, la diversidad de culturas provoca que se cree un choque cultural, por ejemplo: se producen peleas entre los chicos de diferentes etnias, a los chicos musulmanes les cuesta aceptar las órdenes de las educadoras; también los educadores se encuentran con problemas cuando los chicos no hablan el mismo idioma que ellos, pues se dificulta el realizar el perfil psicológico, porque no son atendidos por los psicólogos del centro.
En los centros de primera acogida la estancia media de los chavales es de un mes y medio aproximadamente, pero tras cumplir los 18 años la Comunidad de Madrid se desentiende de ellos, pero el centro llama al Samur Social para que les lleven a diversas instalaciones tipo albergues sociales para que sus necesidades básicas sigan estando cubiertas. Otra alternativa son las empresas que contratan a estos jóvenes con la mayoría de edad para integrarles en la vida laboral, ofrecerles una oportunidad de rehacer su vida y no dejarles a la deriva. De esta forma intentamos incluir en la sociedad a estos jóvenes. ¿Esto es una forma de incluirlos en la sociedad o de excluirlos aún más?
Realizado por:
Beatriz Lara Morante
Alejandro Celdrán Medín
Amanda García
Alba García
Álvaro Gutiérrez.