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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Jueves, 26 de diciembre de 2024

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¿Por qué y para qué educar?

¿POR QUÉ Y PARA QUÉ EDUCAR?

 

Cuando hablamos de educación, nos referimos a un proceso de enseñanza-aprendizaje que se desarrolla entre dos personas, llamémosles "tutor" (el que enseña) y "aprendiz" (el que aprende).

 

Para que se pueda cumplir el objetivo de la enseñanza deben darse unas situaciones concretas. Una de ellas será que el tutor sea capaz de ponerse en la situación del aprendiz, averigüe qué es lo que el aprendiz ya conoce y lo que no y, desde ahí, empiece a transmitirle la información. También debe saber hasta dónde el aprendiz es capaz de comprender, teniendo en cuenta factores como la edad o su facilidad de comprensión, ya que si estas no están lo suficientemente desarrolladas, no podrá albergar conocimientos de una complejidad concreta. No obstante, el aprendiz también ha de poner de su parte, ya que el hecho de que este preste atención es un factor imprescindible.

 

El concepto "educación" es tan abstracto como lo pueden ser el amor, el arte o la amistad. Según la RAE significa "instrucción por medio de la acción docente", pero sería injusto adjudicar todo el proceso educativo a la acción de los profesionales de la enseñanza, puesto que no todo lo que aprendemos proviene de los profesores.

 

Podemos encontrar dos tipos de educación: La educación formal y la no formal.

 

Educación no formal

Todo ser humano, desde que nace hasta que muere, aprende de todo cuanto le rodea. La adquisición más importante de conocimientos la llevamos a cabo en nuestros primeros años de vida, pues aprendemos a andar, a hablar, a relacionarnos... Son los pasos más importantes de nuestras vidas, los que harán que más adelante podamos adquirir conocimientos más complejos. Sin  estas bases bien fundadas no podríamos desarrollar ni comprender ideas, o acciones de mayor complejidad. Estos avances en nuestra educación no se dan en una escuela, ni con un profesor, sino que, en la mayoría de los casos, junto a los padres de uno mismo.

Los progenitores no tienen por qué tener estudios, ni saber de psicología o de pedagogía; estos utilizan los medios innatos, los que nos vienen dados por el hecho de ser humanos, por los cuales nacemos predispuestos a enseñar lo que sabemos. Estos medios son claramente perceptibles viendo a cualquier adulto interactuar con otro adulto y, posteriormente, con un bebé. Se puede apreciar el cambio de tono en su voz, en el lenguaje, e incluso en los gestos al hablar con el bebé. Es una forma de actuar humana, a la que todos nos sometemos en algún momento sin ni si quiera darnos cuenta, y se debe a esa capacidad, que es únicamente humana, que tenemos para enseñar a quien sabe menos. También se puede ver la forma de atender del bebé, que no es la misma cuando observa a un adulto que se comunica con él, que cuando, por ejemplo, observa un juguete nuevo, lo que nos advierte de su capacidad para aprender de quien sabe más, la cual también tenemos desde el momento en que nacemos.

 

Los conocimientos que una madre enseña a su hijo, probablemente no le sirvan directamente para operar a corazón abierto si se hace médico, o para probar la existencia de agujeros de gusano, si acaba investigándolos. No, es una educación más simple y compleja al mismo tiempo. Lo que el bebé aprende con ella es la forma de interactuar con su entorno. Por decirlo de algún modo: se humaniza.

 

Si comparamos nuestra especie, con otra de primates, podemos ver que estos son capaces de aprender cosas como utilizar instrumentos complejos, emplear lenguaje de signos u otras actitudes impropias de su especie que nos pueden resultar realmente sorprendentes, pero solo lo hacen con la formación apropiada por parte de un humano. En cambio, lo que aprenden ellos individualmente, siempre con un tutor, no son capaces de enseñárselo a otros miembros de su especie. Por el contrario, nosotros podemos aprender con mucha más facilidad, y además, lo aprendido, no solo lo podemos enseñar, sino que nos vemos impulsados a hacerlo cuando vemos que alguien no lo ha aprendido aun. Esta es una de las cuestiones que nos hace humanos y nos diferencia del resto de los animales.

 

Otra diferencia referente al aprendizaje es que el ser humano nunca deja de aprender. A lo largo de su vida va aprendiendo nuevas cosas, o transformando lo que ya ha aprendido debido a nuevas informaciones que va recibiendo. En cambio, los animales, cuando nacen, aprenden las nociones básicas que les ayudarán a sobrevivir y les quedará muy poco por aprender, por eso estos pasan tan pronto a ser adultos mientras nosotros empleamos una gran parte de nuestra vida formándonos y aprendiendo hasta que alcanzamos la madurez.

 

Educación formal

La educación que aporta un docente en la escuela es completamente distinta. En esta situación el docente se basa en sistemas aprendidos para enseñar a los alumnos lo que "supuestamente" deben conocer. Esta formación que aporta el docente varía según el entorno en que se sitúe, ya que no se enseñará lo mismo, por poner un ejemplo, en una escuela española que en una de Etiopía. Estos conocimientos proporcionan al alumno una formación distinta, pero que no deja de ser humana, ya que otra de las diferencias respecto de nosotros con los animales es la capacidad que poseemos para el desarrollo, pues mientras los animales se adaptan al medio, nosotros adaptamos el medio a nosotros.

 

Este tipo de educación forma al aprendiz, principalmente, para ser profesional. En este ámbito educativo se estudian ciencias, disciplinas que ayudarán a los alumnos a desenvolverse en la sociedad, cumpliendo su papel para llevar a cabo el desarrollo de la misma. Pero el docente juega un papel muy importante a la hora de enseñar esas materias, puesto que en cierto grado, depende de él la forma en la que hacerlo. Inevitablemente el profesor, al igual que cualquier persona, tiene siempre su punto de vista sobre sus conocimientos; al transmitirlos a sus alumnos debería intentar hacerlo de una forma totalmente objetiva, para que así estos puedan crearse también su punto de vista sobre todo lo que aprendan, lo que sería el método ideal de enseñanza.

 

Conclusión

La educación es el aprendizaje que adquiere cada persona a lo largo de su vida, lo que le permite desenvolverse en su entorno. Mi respuesta a la pregunta "¿por qué educar?" es que la enseñanza es una habilidad innata de los humanos, y nacemos para educar. La interacción de unas personas con otras implica en mayor o menor grado la educación a unos y otros, pues el intercambio de ideas en cualquier conversación conlleva a ver las cosas desde distintos puntos de vista y, por lo tanto, adquirir nuevos conocimientos, ya que la verdad no es única sino que depende de la forma de verla. También con la procreación nos vemos obligados a educar, ya que ponemos ante nosotros a un ser indefenso sin ningún conocimiento, y otra ley innata nos hace protegerle, ayudarle a dar sus primeros pasos y confiarle nuestros conocimientos.

 

"¿Para qué educar?" Esta es una pregunta más compleja, ya que se debe responder atendiendo a tres ámbitos diferentes:

-          Personal: la educación recibida debe formarte para ser humano. Las personas nacemos siendo humanas,  pero es una faceta que debemos desarrollar. Se podría decir que se trata de la formación de la personalidad, aquello que nos hace únicos y nos distingue del resto de las personas. Podrían existir dos personas exactamente iguales físicamente, pero se les podría distinguir fácilmente atendiendo a este aspecto, que en cada persona es diferente.

-          Ciudadano: es la formación basada en valores. Con ella se trata de enseñar la ética y la moral que corresponda, según la sociedad y el propio entorno. Se trata de formar el desarrollo integral de la persona dentro de su propia cultura, para que sea capaz de adaptarse a su entorno y llegar a ser un ser social.

-          Profesional: es ese conjunto de ciencias que se aprenden para poder desempeñar un papel concreto en la sociedad. Este tipo de aprendizaje abarca desde la lectura y las sumas y restas hasta las acciones más complejas que se puedan llevar a cabo en un oficio.

 

Para terminar, cabe mencionar que hay que educar y educarnos para mejorar la forma de relacionarnos. Para ser capaces de conocernos mejor y saber qué queremos y cómo podemos conseguirlo. Hay que educar para formar personas, individuos. En una sociedad equilibrada, cada individuo debe estar bien cultivado, para que pueda desarrollarse ya que un buen desarrollo individual pero generalizado, implica desarrollo en la sociedad, que no es sino el conjunto de las personas.

 

Como dijo Pitágoras: "Educad a los niños hoy y no será necesario castigar a los hombres mañana".

 

 

 

David Domínguez Carbonell

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