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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Martes, 23 de abril de 2024

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Comienzo e instauración de los estereotipos en la sociedad: La teoría de la desinformación imperante

COMIENZO E INSTAURACIÓN DE LOS ESTEREOTIPOS EN LA SOCIEDAD: LA TEORÍA DE LA DESINFORMACIÓN IMPERANTE

Noelia Martínez Sánchez

 

Es primordial que comencemos definiendo qué es un estereotipo, la función que cumplen y sobre todo que labor desarrollan en la sociedad. En las palabras de Robyn Quin y Barrie McMahon encontramos la afirmación de que un estereotipo es una imagen convencional o un prejuicio popular sobre diferentes grupos de personas. 

Asimismo encontramos diferentes tipologías de estereotipos como por ejemplo: de sexo, nacionalidad, raza, clase o de grupos. Establecer un estereotipo es un método de categorizar a diferentes grupos por su aspecto, conducta, costumbres o sexo. De esta forma cuando se identifican los rasgos más característicos de un grupo se utilizan para representar su totalidad, dando lugar a un estereotipo de clasificación, que puede ser bueno o malo. Todas estas deducciones nos llevan a afirmar y establecer que detrás de los estereotipos encontramos diferentes juicios de valor (Quin & McMahon, 1997, pág. 139). 

Hoy en día la realidad que nos rodea está inmersa en los estereotipos, encontrándolos en diferentes medios de difusión como la televisión, la prensa, el cine, los libros, la publicidad... La sociedad está expuesta a una cantidad ingente de estereotipos que son asimilados por los cuales se establecen como una forma lógica de hablar o de comportarse. Su utilización es tan cotidiana e integrada que llegamos a estipular que son la forma de comportarse y ser "más normal". Pero no hay que olvidar que los estereotipos representan generalizaciones que encarnan diferentes grupos sociales. 
Representando creencias sistematizadas, interiorizadas por todos inconscientemente, que ocultan diferentes juicios de valor. De esta forma, se establecen unos códigos invisibles por los cuales se sugiere a la sociedad como debe comportarse o que rol seguir pero lo más importante como deberían ser (Quin & McMahon, 1997, pág. 144). 

Al utilizar los estereotipos se ponen en funcionamiento los diferentes juicios de valor que se esconden tras ellos. Lo que nos lleva a la cuestión de ¿quién crea los estereotipos? 
Después de la argumentación anterior sobre los estereotipos, podemos exponer que los estereotipos son creados por la sociedad, ya sea en grupo o de forma individual. A su vez los medios de comunicación hacen una labor fundamental como vehículos de transmisión de los estereotipos para que lleguen a toda ella. Son ellos los encargados de transformar los estereotipos según las audiencias, y por consiguiente ayudando a la fomentación de creación de estereotipos. 

Pero ¿por qué aceptamos los estereotipos? Como muy bien vemos en el trabajo de Robyn Quin y Barrie McMahon, hay tres explicaciones. La primera es por qué no somos conscientes, los estereotipos son cuestiones que están presentes desde que nacemos y van evolucionando poco a poco con la sociedad. Por lo que si la sociedad cambia, el estereotipo cambia a su vez, estando unidos inevitablemente. La segunda cuestión es porque los estereotipos tienen algo de veracidad. Los estereotipos son la elección de diferentes características de distintos grupos, normalmente las más negativas. Es decir, en el fondo hay una realidad, que posteriormente se distorsiona dando lugar al estereotipo. Y por último la sociedad necesita un factor al cual culpar de los errores cometidos. Es fácil que al errar se exculpe admitiendo que ha sido otros según los estereotipos marcados. No obstante hay un factor mucho más importante que los expuestos anteriormente y es la desinformación social.

Claramente la construcción de un estereotipo se basa en la falta de información sobre un tema. Por ejemplo, si admitiéramos que toda la etnia gitana está inmersa en el contrabando de drogas o el en robo se estaría errando. Obviamente no toda la sociedad gitana se dedica a dichas acciones, pero gracias a la falta de conocimiento se generaliza creando ese estereotipo. Asimismo la falta de un pensamiento crítico hace que se instalen y empleen los estereotipos sin ponerse en duda. Desde la niñez se ha inculcado aceptar las diferentes cuestiones sin ponerlas en juicio. Por lo que en la adultez no solo no se cuestionan, sino que también pasan desapercibidos los diferentes valores que traen consigo. 

Si no nos han enseñado a pensar de un modo crítico, es del todo probable que aceptemos automáticamente el estereotipo. Los niños pequeños reciben a menudo órdenes y no se les invita a pensar de un modo crítico sobre ellas. Estas órdenes son importantes para su supervivencia "¡No toques la estufa!" es un ejemplo. A medida que los niños van creciendo, la educación que reciben debería llevarles a pensar de un modo crítico. Pensar críticamente significa que tenemos que decidirnos a dejar de ser esponjas que simplemente absorbemos información a través de los medios de comunicación o de la escuela. Es importante cuestionar la información que recibimos. (Quin & McMahon, 1997, pág. 162)
Sintetizando todo lo anterior, la sociedad está engarzada a dispares estereotipos que extraen características de diferentes grupos sociales distorsionándolas. Estos estereotipos distorsionados llevan consigo una serie de juicios de valores los cuales se puede no ser consciente. Asimismo los estereotipos funcionan como unas pautas ocultas que marcan en la sociedad la manera en la que vive y debería vivir. Si se analiza esto, se observa que se sigue unas pautas de conducta socialmente "correctas", pero desde el comienzo de la formación de esas pautas su construcción es equivocada o falsa. Lo que lleva a la idea de que se vive bajo un marco erróneo gracias a la falta de información o la falta de actitud y mentalidad critica. Por consiguiente, es sumamente importante crear una mentalidad critica desde una temprana edad para que a la postre se pongan en juicio las afirmaciones dadas. A su vez desarrollar la ideología de la información y no de la desinformación, que es la que actualmente se desarrolla con los estereotipos.

 

 

 

Bibliografía

Fernández Poncela, A. Estereotipos y roles de género en el refranero popular: charlatanas, mentirosas, malvadas y peligrosas. Proveedores, maltratados, machos y cornudos. Barcelona: Anthropos

Gladwell, M. (2005). Inteligencia intuitiva. ¿Por qué sabemos la verdad en dos segundos? Taurus.

Martín Casares, A. (2006) Antropología del género: culturas, mitos y estereotipos sexuales Madrid: Catedra. Recuperado de http://www.raco.cat/index.php/Taula/article/viewFile/229573/311577

Martínez Sánchez, N. (2015) La construcción de la identidad en la adolescencia a través de los estereotipos. Caso de estudio en un instituto público de secundaria. Trabajo final de Máster. Madrid. Universidad Complutense 

Quin, R., & McMahom, B. (1997). Historias y estereotipos. Madrid: Ediciones de la Torre.

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