¿EN QUÉ ESPEJO TE MIRAS?: LA IMAGEN EN LA ADOLESCENCIA
Aitana Martín Vidal
Desde que somos pequeños crecemos con miles de imágenes a nuestro alrededor, que van formando poco a poco nuestra Cultura Visual y, por tanto ,van construyendo nuestra personalidad, nuestros gustos, opiniones y valores: las películas de dibujos animados de nuestra infancia, los anuncios de televisión de los juguetes en las campañas de Navidad, las ilustraciones de los libros de texto del colegio, las revistas para adolescentes con nuestros entonces "ídolos" que representaban para nosotros lo más cercano a la "perfección" que podíamos encontrar y a la que nos queríamos parecer, los carteles publicitarios de modelos y famosos que te miraban con ese aura de divinidad que admirabas, envidiabas y te frustraban a la vez....
Es inevitable como, a medida que vamos creciendo, las imágenes van tomando un significado diferente en la medida en que las interpretamos, tejiendo nuestra experiencia con respecto a la vida, y cómo van adquiriendo un nivel de influencia tan grande en nuestra forma de ser que, cuando nos encontramos en el punto de que vamos tomando cada vez más conciencia de nosotros mismos, dejamos de ser niños, y empezamos a ver el mundo de una manera mucho más amplia y complicada, esas imágenes de referencia que hasta ese momento hemos retenido y forman nuestra "pinacoteca personal" (individual), pueden cambiar drásticamente y convertirse en un "Santo Grial" (hasta colectivo): llegan a ser una obsesión y una búsqueda sin descanso de poseer lo que esas imágenes representan y/o transmiten, lo que en consecuencia, convierte la mayoría de veces ese deseo de posesión o imitación de estas en algo utópico o irreal que nunca alcanzamos.
Este bombardeo de mensajes estereotipados a través de imágenes que se supone que representan la "perfección" y lo que tendría que ser la "realidad" para nosotros ,nos influye a muchos niveles, ya sea definiendo los límites de cómo tienes que vestirte, algo a priori más aceptado e "inofensivo" para la personalidad del individuo, hasta implantando sin anestesia y a corazón abierto el adoctrinamiento de actitudes y pensamientos de insatisfacción infinita del propio cuerpo.
Los adolescentes son las víctimas más directas de esta situación en el sentido más literal de la palabra, porque, aunque de niños ya han ido desarrollando su personalidad ,sus gustos..etc, se encuentran en un punto en el que todo puede dar un giro de 360 grados, y tan pronto como antes vivían en un mundo de una variedad infinita de colores, ahora se encuentran con que todo es o blanco o negro.Los matices son en la mayoría de ocasiones inexistentes, ya que se les ha impuesto cómo tienen que ser para ser aceptados socialmente. Y es por ello, por el "gran pilar" que supone para un adolescente el pertenecer a un círculo y ser aceptado como igual (muchas veces más influyente este factor que otros de gran importancia como el rendimiento académico), por lo que pueden convertir su realidad de hasta entonces en otra muy distinta, y es en todo esto donde las imágenes estandarizadas socialmente juegan el papel de "verdugo": un adolescente cambia radicalmente su forma de pensar individual, su pinacoteca personal, considerándolas erróneas o inaceptadas, hasta el punto de "matar" en ocasiones toda su personalidad a favor de estereotipos considerados los adecuados que otros individuos como él o ella ya han aceptado, e incluso interiorizado como suyos.
Nos encontramos entonces en un punto peligroso, porque este "reseteado" de algunos adolescentes deriva en que ellos acaben por ser sus propios verdugos al anularse completamente su personalidad en búsqueda de unos ideales irreales llevados al extremo, causando una distorsión de la realidad desmesurada que puede terminar en diversos problemas psicológicos graves como la ausencia de la autoestima, la fobia social, la anorexia o la bulimia.
Es ante este problema, donde la Educación juega un papel fundamental, y las actividades y talleres psicopedagógicos de carácter artístico-lúdico pueden ser de gran ayuda para concienciar a los adolescentes de la influencia a la que se ven sometidos socialmente a través de las imágenes que ven cada día, mostrar perspectivas y líneas de pensamiento más amplias al respecto, promover una autorreflexión y crítica tanto a nivel individual como grupal, buscar técnicas para solucionar esta situación dentro de su propio círculo..etc
Estos talleres artístico-pedagógicos son una fórmula muy efectiva de poder llegar a los adolescentes y tratar este tipo de cuestiones de una forma más cercana, ya que su base de carácter lúdico proporciona una distensión del propio tema que permite abordarlo de una forma más abierta (no convencional), una relación educador/adolescente con mayor empatía, una participación más activa por parte de ellos y, por tanto, una mayor eficacia comunicativa de lo que les queremos transmitir que concluya en una mejor asimilación práctica.
Por mi experiencia personal, hace algunos años realicé una serie de talleres de arte-terapia con adolescentes con problemas psicológicos de un hospital de Madrid, abordando este preciso problema, y los resultados fueron reveladores, ya que algunos de ellos sufrían de trastornos derivados de estas cuestiones, como la anorexia y la bulimia.
Con un equipo de entre dos y cuatro personas, les planteamos diversas actividades lúdico-creativas, tanto individuales como grupales, para que expresasen su opinión y sus sentimientos hacia lo que les enseñábamos de una forma totalmente libre y sin interferir en sus creencias previas; para luego, poner de manifiesto la contraposición de lo que ellos tomaban por cosas reales/aceptadas/correctas a través de diversos materiales para que sacaran conclusiones analizando ambas versiones, o simplemente reflexionasen sobre su reacción ante diversas imágenes para autoanalizarse de una forma más profunda, intentando así un mayor autoconocimiento y autoaceptación de ellos mismos.
Algunas de esas actividades consistían en que elaborasen un collage con revistas de diferente tipo escogiendo las partes del cuerpo de las personas que más les gustasen para construir su imagen ideal de físico, con el posterior análisis del por qué de su elección. Una segunda actividad se basaba en enseñarles vídeos que mostraban todo el proceso de edición de una fotografía hasta convertirla en los ejemplos de publicidad que ellos conocían, aparte de una larga lista de fotografías de famosos y modelos (referentes e ídolos) comparando las versiones del "antes y el después",ya que aunque cada vez más personas sean conscientes de la "trampa visual" que esconden el 99,9% de las imágenes, tristemente el desconocimiento de estas cuestiones y la idealización de nuestros adolescentes obnubila su capacidad crítica que relaciona visión-realidad.
Estas y otras actividades, como valorar con puntos verdes (positivos) y naranjas (negativos) diferentes imágenes de perfiles de otros adolescentes sacadas de Internet y luego hacer debate en grupo sobre sus motivos y ver las coincidencias o diferencias entre todos, son solo unos ejemplos del resultado positivo que tienen este tipo de talleres, y que pueden darse con todo tipo de adolescentes siempre de una forma respetuosa, creativa y empática, desarrollando la interrelación entre ambas partes y propiciando un interés por parte del adolescente que le sirva para extrapolarlo a su vida y a su entorno y que no quede solo en una "mera charla de escuela".
A través de este tipo de métodos, tenemos que lograr que los chicos y chicas de hoy en día trabajen su desarrollo personal con la capacidad crítica suficiente como para que se autodefinan de una manera saludable y no sublevada a lo estereotipadamente aceptado, ampliando sus conocimientos del mundo que les rodea y potenciando unos valores y una empatía que les permitan aplicarlos correctamente.
De esta forma, con creatividad, buena disposición, ilusión y trabajo, cualquier educador puede ir más allá de un acto meramente educativo-convencional y tratar muchos más temas a nivel social, cultural,etc., que, aunque muchos no los consideran tan importantes como las asignaturas programadas del instituto, son unos cimientos fundamentales en todo adolescente para poder construirse así mismo como pieza individual y colectiva.