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Viernes, 29 de marzo de 2024

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Neorruralismo

NEORRURALISMO

Gema Niño Gómez

Aunque numerosos estudios apuntan que se está produciendo un despoblamiento del mundo rural, existen otros fenómenos antagónicos que conviven con esta realidad. Por ejemplo, hay multitud de familias que, a raíz de la crisis económica, han decidido trasladarse al pueblo y acabar con su vida diaria urbana. Pero, ¿la crisis no existe en los municipios más pequeños? Por supuesto que existe, sin embargo, la situación en la ciudad puede ser bastante peor. En un pueblo todo es más económico, bien es verdad que no por ello la vida en él es considerada más sencilla, se requiere también de esfuerzo.
El fenómeno denominado neorruralismo proporciona a las personas una mayor calidad de vida y un contacto más cercano con la naturaleza. En cambio, la vida en el pueblo no es tan idílica como parece. El transporte público en estas zonas es escaso, así que la dependencia del coche es absoluta. El individuo lo necesitará para la realización de sus actividades: ir al centro de salud, el comercio, la escuela, etc. Además, irse a vivir a una pequeña aldea, supone una sensación de desprotección y poca seguridad al notarse el cambio de la masificación de la ciudad a la soledad del pueblo. Problemático puede llegar a ser también el contacto directo con la naturaleza, pues no es fácil aprender a convivir con multitud de animales, o peor, insectos a los que no se está acostumbrado. Por otra parte, la climatología es un aspecto más a tener en cuenta cuando se decide cambiar de lugar de residencia. En terrenos donde el clima es extremo, se necesita calentar o refrigerar las casas en mayor medida y la consecuencia directa es un incremento de los gastos. En cuanto a las relaciones personales, suelen disminuir notablemente debido a la insuficiencia de población o a la lejanía de la urbe. Aquellos que se trasladan a un entorno rural pueden experimentar una sensación de ahogo por las pocas oportunidades para entablar una conversación y la escasez de sitios y actividades donde se pueda coincidir con otras personas.
Hasta ahora, en el mundo rural las conexiones a Internet y la cobertura del móvil ha sido siempre insuficiente. Pero a día de hoy, los teléfonos inteligentes han cambiado los hábitos y de esta forma, se ha impulsado el neorruralismo. La ola de internet en el móvil o portátil ha facilitado el traspaso de vivienda y además, ha favorecido la estancia esporádica para aquellos que tomen la decisión de pasar unos días alejados de su entorno. El uso de las tecnologías en ese ambiente campestre deriva en la aparición del fenómeno tecno-neorruralismo. Este beneficia a la deslocalización de actividades terciarias y el desarrollo sostenible en espacios rurales que se encuentran en decadencia. Por tanto, lo que antes era un inconveniente a la hora de dirigirse hacia lo rural, ahora se resuelve gracias a la aparición de la red y la mayor cobertura proporcionada. Así pues, cada vez son más las personas que deciden irse a una zona alejada de su ciudad y así realizar sus trabajos de manera más tranquila, pudiendo trabajar con acceso a internet y recibiendo las llamadas oportunas. Por otro lado, existe otro tipo de neorruralismo que se refleja en aquellas personas que se trasladan al pueblo con un serio interés en involucrarse en las actividades propiamente campestres o bien, iniciar nuevos negocios como la agricultura ecológica, el agroturismo, el turismo rural, etc. Puede llegar a darse el caso de que los nuevos vecinos sean el motor de la actividad económica del pueblo, muy a pesar del posible rechazo que en un principio pudiera ocasionar la llegada de forasteros. A su vez, no solo la tecnología anima a que se produzca esta migración, también los gobiernos están apostando fuerte por el relanzamiento del entorno agreste con subvenciones y ayudas para promover la actividad agraria y ganadera, así como la construcción de nuevas viviendas acondicionadas. Todo ello, favorece la recuperación económica de zonas que, si hubiera continuado la tendencia, ahora estarían completamente despobladas.
En conclusión, las razones para querer volver al campo y huir de la ciudad son tantas como inconvenientes existen para tener que pensárselo dos veces. No obstante, es cierto que las nuevas tecnologías y los incentivos públicos para repoblar los pueblos, apoyan la decisión de aquel que quiere romper con su vida urbana sin renunciar a la estabilidad. Si muchos tomasen esa determinación y el fenómeno del neorruralismo llegara a producirse con fuerza, sería un factor importante del crecimiento económico de un país.

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