En 1931, Lorca está inaugurando la biblioteca de Fuente Vaqueros, la primera seguramente en todo la provincia de Granada, éste es parte de su discurso:
"No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro... Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita...
Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida...".
Hoy, ochenta años después, seguimos luchando por una educación pública, de todos y todas, porque es necesario defender un derecho que tanto ha costado conseguir y representa el progreso social en una sociedad que quiere ser democrática.
No se puede concebir la educación como un gasto. El discurso político neoliberal intenta transformar derechos en servicios.
Es falso considerar que la educación pública sea gratuita porque se paga con el esfuerzo de toda la sociedad a través de los impuestos, injustamente distribuidos; es conocido el peso creciente de los asalariados en el esfuerzo fiscal y esto durante gobiernos de la derecha y gobiernos del centro-izquierda. De forma que la clase trabajadora ,que es la que contribuye más, es la más perjudicada con los recortes en educación o sanidad públicas.
Si hay algo que fortalece una sociedad democrática son ciudadanos formados, conscientes, participativos. Porque educar es formar personas libres, críticas, responsables, solidarias, capaces de convivir y respetar al diferente y esto es por lo que luchamos muchos maestros y maestras, y padres, madres, abuelas y abuelos, porque esos son los parámetros en los que se mueve la escuela pública.
Sin embargo, lo que se pretende es convertir a la escuela pública en un gueto de ciudadanos de segunda clase porque en el fondo sigue implícita en una parte de la sociedad la idea de tiempos pasados donde el ideal de la familia estaba en llevar a los hijos a los "colegios de pago" para que recibieran una educación de "calidad". Como dice Punset "el pasado siempre fue peor".
En la Comunidad de Madrid, los recortes en la enseñanza pública no son una novedad. Esos recortes han reducido año tras año todos los programas que tenían por objeto la compensación de las desigualdades, se han detraído recursos materiales y humanos de los centros educativos, se ha acabado con la formación permanente del profesorado, se ha intentado acabar con la orientación educativa, se han empeorado las condiciones laborales del profesorado o se ha acabado con el carácter educativo de la etapa de educación infantil para facilitar su privatización a través de la entrada en el sector de empresas de servicios dedicadas, por ejemplo, a la limpieza viaria, como denuncia los sindicatos de los trabajadores de la enseñanza.
En paralelo a los recortes en la enseñanza pública, se ha facilitado la implantación de la enseñanza privada a través de la cesión de suelo público, del incremento de unidades concertadas o de desgravaciones fiscales a las familias que eligen esta opción educativa para sus hijos.
Como dice el escritor Luis García Montero: "El deterioro de la educación pública, además de un reparto de negocios particulares, responde a la estrategia de excluir los compromisos sociales de la relación entre individuos. Al romper el contrato pedagógico, estamos poniendo nuestro futuro en manos de los mercados. Después de lo que llevamos visto ¿no es un disparate?
El filósofo Walter Benjamin afirmaba que la misteriosa tiranía de ganarse la vida es la más profunda de las falsificaciones. Desde que la vida de los estudiantes está sometida a la idea de utilidad excluye la pasión intelectual. El resultado será tener unos niños de provecho de padres seguramente aprovechados.
Quizá sea esa la agonía del alma insatisfecha que decía Lorca.