El gran pequeño androide Nao, con una altura de 58 cm, WIFI, un procesador de 1,6 Ghz, nació en 2004 en el seno de la compañía francesa Aldebaran Robotics.
El nuevo Nao.
Ahora han creado un nuevo robot, el Nao Next Gen, que no ha cambiado mucho de aspecto en relación a su hermano de 2004, pero que presenta un nuevo y avanzado cerebro inteligente de operaciones lógicas que funciona gracias a un procesador Intel Atom a 1.6GHz. Incorpora, además, dos innovadoras cámaras de alta definición que prometen un mejor reconocimiento de objetos y rostros amigos, incluso en situaciones de escasa luz.
Nao se encuentra pues capacitado para reconocer las facciones humanas, interpretar el entorno, desplazarse inteligentemente, hablar - hasta ocho idiomas- cantar, responder órdenes, caminar de un modo más perfeccionado y coger y trasladar objetos asequibles a su tamaño. Listo para ayudar a quien lo necesite se pondrá a la venta en las próximas navidades.
Tú también puedes mejorar a Nao.
Dado que se encuentra abierto a cuantas propuestas le permitan desarrollar novedosas e innovadoras aplicaciones, E-Innova Robótica anima a nuestros investigadores en software, Inteligencia Artificial, Educación Especial, Teoría de Sistemas o biomateriales, entre otras disciplinas, a que se pongan en contacto con nosotros para coordinar ideas e iniciativas en este sentido.
Un androide especialmente útil para autistas.
Pero el pequeño Nao nos interesa, especialmente, porque ha sido destinado a la investigación para el tratamiento del autismo y tenemos el convencimiento de que la investigación robótica va a tener, a partir de ahora, un papel relevante en terapias de recuperación aplicadas a la Educación Especial en particular y a la discapacidad en general.
Nao es muy útil para los autistas quizá porque éstos, con dificultades para establecer relaciones empáticas, requieren de ambientes muy estructurados, estables y pautados y los movimientos robotizados, al ser siempre programados y predecibles contribuyen a la estabilidad mental y al modelado de su conducta.
Los androides antropomorfos ayudan, en definitiva, a mejorar los aspectos más significativos del espectro autista tales como el deterioro de la comunicación, de las relaciones sociales y de la flexibilidad cognitiva. Los robots humanoides ayudan a los niños con autismo sirviéndoles de auténticos mediadores sociales tanto en el desarrollo de los aspectos lúdicos como de aprendizaje (sin error, por modelado), ya que les proporciona una situación ambiental más predecible y sin el inconveniente de la presión y preocupación que obstaculiza generalmente la comunicación con las personas.
Los pequeños humanoides, como Nao, pueden ser utilizados tanto en el establecimiento de pautas en juegos colaborativos como de intercambio de roles. Los experimentos realizados en esta línea ofrecen resultados positivos tanto en el desarrollo de experiencias táctiles como en dinámicas sociales de role-playing que facilitan el acercamiento a otros niños en situaciones de juego. Los robots nos han sugerido que cuanto más se asemeje a lo natural el contexto de adquisición de habilidades de interacción de carácter interpersonal, más fácil será la transferencia de éstas a la vida real de los niños.
También los robots humanoides son capaces de facilitar y estimular procesos cognitivos (razonamiento, comprensión, memoria) y perceptivos en niños con serias dificultades de aprendizaje. De estos temas trataremos más adelante, pero sería muy bueno que nuestra universidad creara un equipo interdisciplinar para desarrollar este tipo de proyectos avanzados. Lo intentaremos.
La Unión europea, por ejemplo, está desarrollando el proyecto IROMEC (Interactive Robotic Social Mediators as Companions) que tiene como objeto servir de apoyo terapéutico y pedagógico para niños autistas pero también para niños con otros tipos de discapacidad, con parálisis cerebral, por ejemplo.