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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Jueves, 26 de diciembre de 2024

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El concurso fotográfico como herramienta de aprendizaje

En este número empezaré a tratar un poco el tema de la fotografía, que estaba haciéndose esperar.

Vamos a hablar de los concursos de fotografía, pero antes haré una breve introducción sobre la generalidad de este tipo de eventos.

 

Lo primero que debemos saber es qué es un concurso. Es importante saber diferenciar un concurso de una competición, porque es parecido pero no es lo mismo. Un concurso se caracteriza por la participación de varios aspirantes a obtener una clasificación honorífica fijada de antemano a través de la presentación de diferentes méritos. Estos concursantes pueden ser desde personas de carácter individual hasta empresas o instituciones.

Existen muchos tipos de concursos: artísticos, pintura, carteles, redacción... y fotografía. Vamos a centrarnos en este último, porque probablemente sea uno de los más didácticos que podemos encontrar.

Dentro del concurso de fotografía, vamos a tocar varias aplicaciones educativas que podemos realizar con cualquier tipo de grupo de personas. Me gustaría que en la mayor parte de lo posible, esta sección en general sea eminentemente práctica y se puedan aplicar la gran mayoría de los temas expuestos, luego... ¡manos a la obra!

Antes de nada, ¿por qué un concurso de fotografía puede ser una útil herramienta de aprendizaje? Pues muy sencillo. Me centraré en tres razones fundamentales: exploración, protagonismo y premio.

¿A qué me refiero con exploración? Un concursante tiene en su meta presentar un mérito, en este tipo de concursos de los que estamos hablando, una fotografía. Para obtener la fotografía elegida solo se suele contar con una premisa (aunque a veces ni eso), el tema. A partir de ahí, el concursante ha de ingeniárselas por sí mismo para obtener los resultados deseados. En fotografía habría que ver de qué medios técnicos disponemos para realizar la captura, de qué momentos y lugares dispongo... lo que al final lleva a trazar una estrategia y planificación con un fin concreto. Así fomentamos la creatividad, el discurrir y la motivación. Además, en este campo artístico, hay que aprender a elegir entre varios elementos, porque "no siempre la primera fotografía es la definitiva".

Todo esto se puede llevar a cabo con estudiantes, personas mayores, familias, trabajadores de empresa... porque no hay edad, porque se puede buscar que cada tipo de grupo trace unas estrategias concretas o porque simplemente tratamos de crear buen ambiente dando opción a participar en una actividad que se salga del esquema rutinario.

Otra razón del concurso fotográfico como herramienta de aprendizaje es el protagonismo. El concursante es el protagonista. Cuando las personas nos sentimos protagonistas en algún evento o cuando aportamos un granito de arena significativo, nos sentimos tremendamente útiles y orgullosos de que los demás valoren nuestro trabajo.

Finalmente, el premio. Pues sí. Efectivamente el poder ganar algo y ser primeros nos hace motivarnos y esforzarnos por lograr nuestros objetivos.

En este tipo de concursos los premios pueden ser muy diferentes, desde una gran suma económica hasta el simple pero importantísimo reconocimiento público. El ser humano es ganador por naturaleza, y se puede jugar con él premiándolo según se estime oportuno.

Pues bien, para cerrar y concretar este artículo, dejaré mi propuesta de utilizar no solo este tipo de herramienta, sino cualquier otra que sirva para poder motivar a cualquier persona para que aprenda por sí misma, y algo muy importante, que se divierta aprendiendo.

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