¿Existe la percepción sin conciencia?
¿Podríamos ser controlados de manera continuada, a través del inmenso poder de la comunicación multimedia, por estímulos perceptivos intencionados que superan nuestros umbrales, más que por otro tipo de percepciones más evidentes? ¿Podrían, en definitiva, afectar a las respuestas de nuestro comportamiento? ¿Sería posible que nos empujaran, sin que lo supiéramos, a consumir o a elegir entre determinadas alternativas?
¿Puede de hecho, ser manipulada subliminalmente la mente humana por intereses ajenos? ¿Es posible informar y comunicar sin que el sujeto alcance una representación consciente de los mensajes orientativos que recibe?
La respuesta es SÍ.
Conciencia y percepción.
Nuestro mundo del subconsciente se alimenta continuamente de imágenes que han impactado nuestra mente, de manera más o menos clara o inadvertida. Esas mismas imágenes formarán parte de "un juego cerebral" que las hará entremezclarse con nuestros temores, emociones, deseos o aspiraciones.
Se trata de percepciones - sin conciencia perceptiva - que juegan un relevante papel en nuestro mundo onírico y subconsciente pero que, desde ahí, pueden condicionar las reacciones del córtex frontal. Impresiones fantasmales que, de hecho, contribuyen a dirigir nuestro comportamiento sin que nuestra voluntad tenga una clara idea de ello.
Esas imágenes pueden enviarse a los espectadores de manera más o menos grosera, como en la escena del pésimo film "El lado bueno de las cosas" - película plagada de sugerencias de marcas publicitaria -.en la que, en una determinada escena, la seductora protagonista, premiada con un Oscar, recrea su erotismo bucal con una botella de una conocida marca de cerveza norteamericana.
O también de una manera más sutil, sugiriendo ideas e imágenes a través de un segundo plano del film. Aunque la atención se deja dirigir por la figura central de una imagen, el fondo - aunque pasa más inadvertidamente - es codificado también por nuestra conciencia.
Pero hay formas mucho más profundas que requieren de técnicas especializadas de transmisión perceptivo visual de la información, como es el caso de las imágenes subliminares.
Esto quiere decir que podemos ser afectados por estímulos exteriores de los que no tengamos, en absoluto, ninguna constancia. Se trataría, pues, de lo que se ha venido en llamar una "percepción sin conciencia" de nuestro cerebro que afectaría, sin lugar a dudas, a nuestras emociones, a la esfera volitiva y, en consecuencia, a nuestra conducta. De tal manera que es perfectamente posible transmitir una determinada sugerencia o información relevante para nuestro comportamiento sin necesidad de que ésta alcance una forma consciente de representación.
Los datos aportados, desde los años 50 - años en los que los servicios secretos de los grandes bloques enfrentados por la guerra fría pugnaban también en los laboratorios de psicología experimental para descubrir cómo sería posible influir sobre la conciencia mediante información oculta - han servido para que sepamos mejor ahora cómo funciona la percepción subliminal. En esta línea, el creativo publicitario James Vicary, en 1957, se propuso proyectar mensajes invisibles en una pantalla con una máquina: el taquistoscopio, para demostrar que éstos podían podrían llegar a ser detectados por la parte no consciente de la percepción humana. De esta manera mientras los espectadores veían una película, y dado que no detectamos breves intervalos de 1/80 segundos entre fotogramas, se intercalaban, en una pantalla oscura, mensajes imperceptibles tales como: "¿Tienes hambre? Come palomitas". O "¿Tienes sed? Bebe...".
No sabemos si se trataba de una leyenda urbana pero parece que, como resultado de estas formas encriptadas de publicidad, en los intermedios o al final de las proyecciones se alcanzaron ventas muy elevadas de tales conocidos productos.
Claro que las palomitas y esa bebida refrescante, tan popular, no necesitan de muchos reclamos en el cine y menos en USA, por lo que el mismo Vicary reconoció la relativa fiabilidad del experimento que no resultó ser concluyente. Pero sí puso en aviso a las agencias de información sobre la posibilidad de utilizar este tipo de técnicas, mejorándolas, contra el enemigo.
Las investigaciones actuales sobre realidad virtual han contribuido a que este fenómeno adquiera dimensiones desconcertantes en lo que supone de limitación de la autonomía y del libre albedrio de los sujetos.
Los estudios sobre los mecanismos de la atención han puesto de relieve que ésta actúa de manera selectiva - entre umbrales máximos y mínimos - centrándose en los aspectos centrales de la situación percibida, focalizando y limitando la información sensorial en función de una eficacia selectiva de reacción. Pero esto no significa que no sea posible una estimulación por debajo o por encima del nivel de conciencia, ajena a la voluntad o al auto-control del individuo. Incluso la focalización de la atención en un fenómeno de distracción permite a los magos jugar con la percepción de los espectadores.
Sin embargo no todo ha de ser necesariamente negativo en la estimulación perceptiva subliminal ya que ésta puede también aplicarse en terapias controladas para la reducción de la angustia mediante la transmisión de mensajes confortadores y optimistas o que transmita seguridad y auto confianza al sujeto.
También la percepción subliminal ha dado buenos resultados en la limitación de la ingesta neurótica en casos de obesidad condicionada por factores psicológicos negativos.
No así en los casos de aprendizaje complejo ya que éste requiere una dinámica de centración, concentración y voluntad específica por parte del sujeto que no sería suficientemente satisfecha por esta técnica.
En realidad todos los mecanismos sensorio-perceptivos pueden ser estimulados de manera subliminal. De la misma manera que puede haber alucinaciones referidas a cada uno de nuestros sentidos: olfativas, visuales, sensoriales, auditivas, etc. La música de moda pudría también contener mensajes inaudibles pero accesibles al subconsciente.
Se han realizado experimentos en los que la inhalación inconsciente de feromonas femeninas hacia que los sujetos varones reaccionaran con más excitación ante la estimulación de imágenes femeninas.
Pero esto es poco relevante ya que la percepción visual tiene un papel decisivo en la excitación sexual masculina.
Los avances espectaculares en tecnologías de la información y de la comunicación centran ahora las investigaciones - secretas- sobre este tema que en sus aspectos más éticamente cuestionables facilita el control de los grupos de poder económico y político sobre los ciudadanos.