The new perspective on bilingual education: CLIL.
La percepción del bilingüismo ha cambiado mucho estos últimos años. El bilingüismo ha sido considerado desde una barrera para los nacionalismos, anteriormente, hasta un capital, hoy en día. Este tema ha sido tratado oficialmente por la Unión Europea en los últimos años, aunque no sin grandes dificultades. Esta institución propugna el bilingüismo como un hecho indiscutible y necesario hoy en día; como una herramienta imprescindible en esta sociedad cada vez más intercomunicada y globalizada. Esto queda así reflejado en documentos oficiales europeos como son el Libro Blanco de la Comunidad Europea, de 1925; la Carta de Derechos de la UE, de 200; el Tratado de Lisboa, de 2007...
A través de la concienciación llevada a cabo por la UE, se comenzó a investigar profundamente el tema del aprendizaje de las lenguas y surgió el programa CLIL, cuyas siglas significan "Content and Language Integrated Learning" y que en español son "AICLE" ("Aprendizaje Integrado de Contenidos y Lenguas Extranjeras"). Este modelo pretendía y pretende suponer un giro de 180º en la enseñanza de las lenguas, y en la enseñanza en general, ya que, no olvidemos, se considera imprescindible en nuestra sociedad el conocimiento de cuantas más lenguas mejor (se está pasando de hablar de una segunda lengua, no materna, a hablar de dos o hasta tres lenguas, a parte de la materna).
El modelo CLIL es la novedad, pero ¿acaso no teníamos otro modelo anterior para la enseñanza de las lenguas? Por supuesto que sí, el modelo FLT (Foreign Language Teaching) era el que monopolizaba la enseñanza de los idiomas. Pero, ¿cuál es la diferencia de uno a otro?, ¿por qué CLIL es considerado una mejora o una superación del modelo anterior?
Antes de nada, aclaremos que el término CLIL fue definido, en sus orígenes, por David Marsh, de la Universidad de Jyväskylä, en Finlandia, en 1994, como sigue: "CLIL refers to situations where subjects, or parts of subjects, are taught through a foreign language with dual-focused aims, namely the learning of content and the simultaneous learning of a foreign language" ("CLIL se refiere a situaciones en las que asignaturas, o parte de asignaturas, son enseñadas por medio de una lengua extranjera con objetivos enfocados hacia dos puntos, el aprendizaje del contenido y el aprendizaje simultáneo de la lengua extranjera"). Hagamos una puntualización, David Marsh nos destaca que no toda la asignatura ha de ser tratada en la lengua extranjera, sino que simplemente, la parte que sea pertinente, y también observemos como destaca que, de esta forma, fijamos nuestros objetivos tanto en el medio, como en el fin; es decir, nuestro objetivo es tanto el proceso como el fin.
El modelo CLIL defiende la enseñanza de las lenguas a través de otros centros de interés, es decir, defiendela enseñanza de la lengua no materna a través de otras materias del currículum como las ciencias sociales, la música, la educación física... Esto supone un choque frente a la tradicional enseñanza reglada de los idiomas, que suponía el modelo FLT. Este último modelo estaba basado, simplemente, en la enseñanza de la lengua como lengua, es decir, como contenido o fin en sí mismo, y no como recurso o medio para otros aprendizajes.
Siguiendo con lo anterior, CLIL defiende la idea de que existe un mayor éxito en el aprendizaje de lenguas extranjeras si son adquiridas al aprender otros contenidos reales, y no en contextos ficticios o situaciones forzadas como a veces ocurría en la enseñanza de las lenguas. Esto, claramente, podría ser llevado a cabo mediante los colegios bilingües, como está ocurriendo hoy en día, y como podemos observar que es llevado a cabo, al menos de forma teórica, en los actuales colegios bilingües de nuestro país. Este enfoque, por último, está basado en dos ideas fundamentales; que la motivación en este modelo sería intrínseca, ya que el alumno/a encuentra rápidamente una utilidad a aquello que aprende (y recordemos que solo habiendo motivación, puede haber un verdadero aprendizaje significativo) y que la lengua ha de aprenderse para ser usada, con lo cual, su aprendizaje, de esta forma, sería auténtico, en situaciones reales, lo cual conlleva una verdadera adquisición de la competencia lingüística.
Sin embargo, ¿esto qué va a suponer?, ¿la desaparición de la enseñanza de los idiomas en sí?, ¿las diferentes lenguas son simplemente herramientas? No, la idea más defendida en la actualidad busca aprender los idiomas como contenido, pero además, aprenderlos como lo que son, como lenguas, medios para comunicarse con los demás, y aprender a través de ellos otros contenidos del currículum, sin olvidar, por supuesto, la lengua materna. Además, aprender lenguas utilizándolas y no teórica y luego, si queda tiempo prácticamente, tal vez sea la mejor forma, puesto que la utilidad percibida por los alumnos/as, que juega un papel imprescindible en un aprendizaje significativo, de esta manera parece bastante más grande. Todo esto quedaría resumido en la unión, dentro del Sistema Educativo de CLIL y FLT, ambas necesarias y complementarias.
De esta manera, CLIL se va extendiendo por casi toda Europa, aunque con distintas facetas. En algunos lugares se va instaurando como educación reglada; en otros, como proyecto piloto o, incluso, como una mezcla de ambas.
Aún así, aunque CLIL pueda llegar a parecer maravilloso, tiene también sus desventajas. Una insuficiente competencia lingüística por parte del alumnado, como para poder seguir las clases significativamente; la necesidad de formación del profesorado en CLIL; la no aceptación por parte de todas las familias de este modelo bilingüe; la falta de materiales y recursos, aun no desarrollados del todo; la falta de financiación para la investigación, para la formación del profesorado y para la puesta en práctica del modelo en las aulas; el debate de qué evaluar: contenidos estudiados de la materia, la lengua a través de la cual aprenden dichos contenidos, o ambas.
Sin embargo, lo que sí que es indudable es que CLIL ha supuesto una ruptura con lo anterior, complementando a las FLT para nuestra sociedad actual. Simplemente habría de considerar que no todo han de ser términos extremos, no hay por qué optar por CLIL o por FLT, sino complementar ambos; es decir, lo óptimo para la enseñanza de las lenguas, en una sociedad como hoy en la que son imprescindibles, sería no sólo aprender las lenguas en contextos reales, aprenderlas mientras se utilizan (como decía Dewey "learning by doing"), sino también, complementar este aprendizaje real con la enseñanza de la lengua también como fin en sí mismo, y no solo como medio.
Una última consideración sería que el hecho de aprender nuevas lenguas, no puede suponer dejar la lengua materna a un lado, sino complementar ambas, alternarlas según cuál sea mejor utilizar en cada situación.
De aquí también se deriva que el sentido de aprender varias lenguas es usarlas, no simplemente aprobar el examen o "saberlas". Por ello, la nueva concepción de la competencia comunicativa como la habilidad de usar la lengua adecuadamente en situaciones reales; y que constará de cuatro aspectos: la competencia lingüística, la sociolingüística, la discursiva y la estratégica, teniendo que desarrollarse todas. El primer aspecto se refiere a la lengua en sí, el segundo a la lengua para comunicarse con los demás, el tercero a la posible realización de "speeches" o discursos, argumentados y en público, y el último a la lengua de persuasión, la lengua del mercado, de la oferta y la demanda.
Todo esto quedaría resumido en una frase: "Learn as you see, not learn to use it later" (Aprende mientras ves, no aprendas para usarlo después). De ahí que se desarrollen simultáneamente esos cuatro aspectos.
No querría terminar sin destacar previamente la investigación a este respecto en España, donde destacan los resultados del proyecto SALA COLE.
Por último, un mapa conceptual en el que se resumen las diferencias entre el método FLT y CLIL, con sus peculiaridades, para que ya ustedes juzguen y lleguen a su propia conclusión.