En mayo todo florece en un nuevo ciclo. En el eterno retorno primaveral algunas circunstancias cambian y otras, como la cruel y aterrorizadora manipulación especuladora o la aviesa maldad de algunos desalmados permanecen.
Tampoco la guerra, parece saciar su sed de sangre. Aparentemente todo sigue igual pero con el nacimiento florido del mes tenemos importantes novedades en nuestro entorno universitario. Y aunque todos podrían haberlo merecido, tras una intensa actividad electoral, la democracia y la libertad han elegido entre los diferentes candidatos a rector.
Los próximos tiempos van a ser de cambios, nuestra universidad no sólo ha de seguir manteniendo el prestigio que siempre ha tenido sino que tiene que mejorarlo hasta convertirse en una de las más importantes del mundo. Pero más allá de la cuestión de los recursos o del profesorado, el gran mensaje que tenemos que transmitir es el de la necesidad de que todas las alumnas y alumnos de nuestra universidad se comprometan con la ilusión de pertenecer a ella. Es necesario contribuir a crear el orgullo y la satisfacción de pertenecer a un gran proyecto en el que se van a buscar y encontrar innumerables soluciones técnicas, científicas, humanistas y artísticas para cambiar, para bien, nuestro horizonte próximo y lejano. Inteligencia, descubrimiento, esfuerzo, motivación, creatividad e innovación se han de complementar para que los resultados que nuestra universidad ofrezca contribuyan a aliviar el sufrimiento, poner límites a la maldad, vencer a las enfermedades del cuerpo y del alma, conquistar el universo con el pensamiento, dominar el flujo con el número, saber mantener un diálogo apropiado con la naturaleza, mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, optimizar sus recursos de comunicación, expresión, creación y aprendizaje y rodearlos de un entorno estable de paz, esperanza razonable, seguridad, bienestar y progreso.
La universidad, la pública en especial, está para eso, para dar una respuesta solidaria a su compromiso social e histórico. Si conseguimos avivar este espíritu entre todos, el matricularse en la Complutense no sólo será un mero trámite para cursar estudios, significará, cuando casi todo está por hacer y recuperar, abrazar una causa, la causa solidaria con el progreso técnico, científico, cultural y social de la humanidad. Lo vamos a conseguir. Hay que ser optimistas.
Desde E-Innova deseamos para nuestro nuevo Rector José Carrillo lo mejor.