Actualmente vivimos en una sociedad en la que la educación en valores es una necesidad incuestionable. Por desgracia, los medios de comunicación emiten una programación que es el ejemplo contrario a seguir. Se muestran modelos de comportamiento y de vida totalmente negativos para los niños y adolescentes. Y lo más triste es que la mayoría de estos programas son líderes de audiencia, porque la sociedad demanda este tipo de emisiones. Es un hecho preocupante y que debería hacernos reflexionar sobre qué clase de ejemplo queremos dar.