Como en los versos de Antonio Machado, Madrid no ha podido ni puede ser, de nuevo, indiferente al clamor de todo un pueblo. Y es que, a pesar de nuestros lamentables acontecimientos históricos, a pesar de algunos de los personajes que la rondan, Madrid, frente al festín de los especuladores, frente a aquellos que quieren liquidar nuestra soberanía, frente a quienes no consienten que España- la del inmenso sur- se ponga a la cabeza de una Europa solidaria, seguirá siendo siempre espíritu de rebeldía, de dignidad y de progreso.
¡Madrid, Madrid: qué bien tu nombre suena, rompeolas de todas las Españas!