Las luces del futuro
De: Cristina Sacristán Sanz
Fugaz. La vida es silenciosa y fugaz como un rayo. Momentos instantáneos, felices y tristes. Desgraciadamente tengo más de estos últimos. La existencia con mi pareja se limita a seguir un camino en línea recta que no se sabe adónde llega...
Vivir el día a día con una persona anodina pero a la cuál se quiere mucho, es algo muy difícil de llevar; y más cuando se es el otro extremo en todos los aspectos. Todo eso cambió cuando un día, por motivos de trabajo, él se mudó a París durante unos meses y yo le acompañé. No es que me hiciera mucha ilusión ir, pero por algo que cambiara mi rutina...
Un día, subimos a la torre Eiffel, y a media noche, me cogió la mano y delante de la gran ciudad me dijo la frase con la cualquier mujer sueña
-¿Te quieres casar conmigo? Le miré atónita. Pero al abrir la boca para contestar, todo se inundó en una intensa oscuridad. Un apagón sirvió para cambiar mi vida.
Me dí cuenta de que si hubiera contestado, habría cometido el mayor error de mi vida: asegurar la vida que llevaba. El destino, por una vez, había hablado y tengo que agradecérselo. Cristina Sacristán Sanz