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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Jueves, 31 de octubre de 2024

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Un domingo en San Martín de Trevejo

Un domingo en San Martín de Trevejo

De: Rosá Inés Pérez Donoso

Hoy ha sido un gran día para mí, un domingo totalmente diferente al resto. Mi mamá me ha despertado muy temprano, porque íbamos a ir toda la familia, es decir, mis hermanos, mis abuelos, mis papás y yo, al pueblo de mi abuelo que se llama San Martín de Trevejo. Por suerte, como yo abulto poco y mis hermanos también, entramos todos en el Seat 124.

 

 Mi papá se porto muy bien porque no fumó en todo el recorrido, tardamos una hora en llegar. Mi mamá me había puesto mi vestido preferido, el de las flores rositas y una chaquetita por si hace frio. Cuando he llegado a San Martín de Trevejo, toda la familia de mi abuelo me ha dicho que soy una niña muy guapa y muy buena. Después he saludado a mi prima Virginia, que dicen que nos parecemos mucho, aunque yo soy más mayor que ella.

 Mi prima estaba vestida con un traje muy raro, que se parece a uno que tiene mi abuela guardado en el armario, pero el de mi prima es más pequeño. Hemos ido a misa porque eran las fiestas y mi prima no se ha quitado el vestido para ir, cuando hemos llegado a la iglesia, había muchas señoras con el mismo vestido de mi prima.

Luego los mayores nos han llevado a los bares y me han dejado tomar refresco de naranja. Estaba muy rico. En casa nunca me dejan tomar refresco de naranja porque dicen que no es bueno para los niños.

Después hemos ido a casa de Maribel, que es la mamá de Virginia. Mi prima se ha puesto otro vestido con barquitos pequeñitos y hemos jugado. Mamá me ha llamado y me ha dicho que me iban a poner el vestido raro de mi prima que querían sacarme unas fotos. No me gusta este vestido porque da mucho calor y me hago un lio con los flecos, además los pendientes pesan mucho y me duelen las orejas, pero a mamá no se le puede decir que no, porque en el cole nos dicen las hermanas que tenemos que ser buenos y obedecer a los mayores.

Me han puesto hasta un bolso, y me han sacado muchas fotos. He intentado aguantar pero al final ya me he puesto a llorar porque los pendientes eran muy largos y el vestido me daba mucho calor. Mamá, no se ha enfadado conmigo, me ha cogido de la mano, me ha dado un beso y me ha puesto mi vestido preferido que es el de las flores. ¡Qué guapa y buena es mamá!

Después hemos comido todos juntos, mi abuela, que la quiero mucho me ha partido el filete. Hemos dormido un poco y cuando nos hemos despertado nos hemos pasado toda la tarde jugando. Me ha dado mucha pena despedirme de mi familia de San Martín, nos hemos prometido que nos visitaremos más a menudo. En el camino, me ha cogido mi abuela y me he quedado dormida en su regazo, ¡qué bien se duerme en sus brazos!

Rosa Inés Pérez Donoso

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