La tarde era gris, las nubes no dejaban entrever ningún rayo de sol, llovía... las gotas resbalaban en el cristal después de golpear insistentemente contra el. Mi mirada no podía fijarse en ningún punto, quizás no estaba viviendo una de las mejores épocas de mi vida, pero cada gota que chocaba contra el cristal y resbalaba asemejándose a una lágrima, me recordaba cada momento feliz vivido y cada instante pasado que reflejaba una leve sonrisa en mi cara.
Todos tenemos uno de estos instantes y curiosamente estos instantes tristes y melancólicos son los que te hacen más fuerte, a pesar de que en todos ellos, suele haber un denominador común: el amor, el amor perdido de una persona que ha significado todo para ti durante un periodo de tú vida.
El camino que recorremos está plagado de estos instantes, solo ves gotas rebotando violentamente contra tú ventana, recuerdas aquel instante en que juntasteis vuestros labios por primera vez, esa sonrisa que te cautivo, esa mirada con ojos dulces y brillantes que te enamoro, su primer 'te quiero' después de una pasional tarde donde te hacía sentir la persona más importante de su vida... Son momentos, duros, muy duros pero algún día esas gotas de lluvia dejaran de chocar contra el cristal, las nubes dejaran pasar un rayo de luz y poco a poco el cielo volverá abrirse para volver a sentir esos momentos de nuevo.
Cada gota te recuerda que la vida te regala cada momento. Las gotas que resbalan por el cristal como lágrimas y tardan tiempo en desaparecer, te recuerdan aquellos momentos felices junto a la persona amada. Las gotas que chocan violentamente y desaparecen en pequeñas gotitas son aquellos momentos tristes y duros pero que se clavan en el corazón violentamente haciéndote recordar lo que perdiste.
Mi mirada no podía fijarse en ningún punto, solo permanecía clavada en las gotitas de agua que resbalaban en el cristal. Me preguntaba porque acabó todo, o quizás no me lo preguntaba lo sabía, sabía cual había sido mi error, sabía lo que la quería, sabía que había sido la persona más importante de mi mundo, que hubiera dado mi vida por ella, que la hubiera alcanzado la estrella que me hubiera pedido y la hubiera guardado en una cajita de cristal transparente para que pudiera observarla... pero... ¿ella lo sabía?
A veces intentamos demostrar nuestro amor por alguien cuando hemos perdido a esa persona, hay gente que mira atrás y hay gente que no, pero muchas veces no es cuestión de girar la cabeza sino de saber como demostrar que a pesar de tus errores tu corazón siempre perteneció a ella y lo que es más importante siempre pertenecerá a ella. Sepas demostrárselo o no. Pocas veces miramos dentro de la otra persona. Pocas veces nos damos cuenta de que alguien está arrepentido de verdad y cambiaría su vida por volver a sentir esa mirada dulce y brillante de la persona que has perdido. Pocas veces nos dejamos llevar por el verdadero amor. Pocas veces nos dejamos llevar por el sueño de permanecer eternamente al lado de alguien...
Pocas veces miramos a través de la ventana para saber que hay algunas gotas que te hacen recordar que tu felicidad puede ir resbalando... y nunca sabemos como retener esas gotas...