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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Domingo, 22 de diciembre de 2024

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María, tu primer y único amor se nos casa.

Tengo que apresurarme. <>. Otra vez que llego tarde.

Si sé que puede no dárseme bien, ¿por qué apuro al límite? <> Arrgh! A ver si cambio el sonido del despertador al móvil. Si es que ya ni le hago caso. Se confunde en mis sueños. <> -le digo al móvil-. Y oye ¿por qué me hace caso? Pues va el tío e insiste, a los cinco minutos: ni uno más ni uno menos. He de cambiar el intervalo: que vuelva a tocar las narices pasados ¿siete? minutos.

Ah, si. Iba por el pinchazo en la 7. Digo no <> ¡Ay! Qué pesado se pone este parvo. No sé por qué he tenido que quedar con él y menos tan temprano <>

En realidad claro que sé por qué he quedado con él. Soy curiosa por naturaleza. Que no cotilla. Pero ¡por el amor de todos los dioses! ¿Por qué ayer noche no reaccioné y no sugerí aplazar la cita a una hora más decente? <>. Supongo que la curiosidad me nubló el raciocinio. Porque he de ser realista: a mi madrugar me sienta fatal.

<> Se me viene a mi cabeza todavía dormida. Menos mal que ya estoy en El Acuerdo. Pido un café con leche sobre la marcha y me dirijo al fondo donde está sentado Manolo y ¡oh! Que no está solo.

Ya estoy de vuelta. Voy en la línea dos, dos paradas. Quevedo y Canal. Un amigo que se casa. Pues no sé a que viene tanto alboroto. Vamos digo yo, que podía haberme mandado la invitación por correo. O venga, va. O.K. que quiera que la conozca.

<> Ha ha ha, me río para mi. Estoy haciendo el trasbordo en la 7.

No consigo acordarme cómo diantre me ha dicho que se llamaba. Porque se lo tengo que contar a María. <> Ya oigo a María decir con retintín en cuanto se lo cuente. Esta tarde mismo la llamo y se lo cuento, a las siete. Cuando salga del trabajo la llamo. Me voy a poner una alarma en el móvil para que me avise a las siete. Y la llamo.

Son las siete. Lo sé porque el móvil me llama: <>. Puede resultar antagónico. Pero no la llamo. Que la llame Manolo, que es él quien se casa. <> -me susurra la voz en off de mi conciencia-. Y a mi en cosas de pareja no me gusta meterme donde no me llaman. Tampoco en cosas de ex parejas. <<¡Y Manolo igual, desde 1º de BUP!>> -le replico con firmeza a mi inconsciencia-. Que la llame su ex. Que la llame Manolo.

Cristina Pascual

 

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