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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Miércoles, 24 de abril de 2024

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Español para extranjeros

 

Resacón de miérda! Y prepárate ahora la clase de mañana... Es importante romper el diptongo para que la resaca tenga caché, sí, que no se me olvide explicar esto a mis alumnos. Eso es, en la clase de mañana explicaré el diptongo español y sus excepciones; casos de ruptura estilística y casos de ruptura obligatoria, ¡que se joda la academia! Miérda, con tilde en la "e", ahí, ahí, casos de tilde invisible pero sonora, como la "h" visible y muda, pues igual, sólo que al revés. Si la resaca es realmente importante, el diptongo en mierda se rompe obligatoriamente... ¡Joder, Raquel, tú podrías haberlo evitado! ¡Qué dolor de cabeza! Tengo que pensar más bajito. Con una cerveza corto la resaca, es cuestión de biología pura. El cuerpo tiene mono de alcohol, por eso me siento así. Un poco de cerveza para el monito alcohólico y dejará mi cabeza en paz, dejará de columpiarse entre las lianas de mi sistema nervioso, seguro, me lo explicó un día Raquel, que para algo es licenciada en biología. Español coloquial, nivel avanzado. Unidad dos: animalitos en el cuerpo. El mono y sus amigos. Si lo propongo tal vez me lo acepten en la editorial... Aunque recuerdo lo que me dijeron con el capítulo de la fauna nocturna... Da igual, de todas formas tampoco creo que me publiquen el manual de español, así que: ¡que se joda la academia! Mañana en clase, el mono y otros animales.

Las siguientes expresiones se usan con el verbo "tener":

a)     primates: el mono (se siente por todo el cuerpo, razón por la cual, en español, no hacemos mención a ninguna parte en especial: "tengo mono" o "¡tengo un mono!"). El gorila de la puerta...

No, este no, este tengo que pasarlo al capítulo de la fauna nocturna.

b)     insectos y otros bichos pequeños: El hormigueo (en un brazo, una pierna, etc.)  La mosca detrás de la oreja (siempre detrás de la oreja, ninguna otra parte del cuerpo se usa para esta expresión)..,

que te lo digan a ti, ¿eh, Raquel? Que vengan a hablarte de moscas.

Las mariposas en el estómago (sólo pueden sentirse en el estómago, si las sientes en el pecho, no estás enamorado, o te está dando un infarto o has fumado demasiado)..,

esto mejor lo quito, bueno no, ¿sí? Las cotorras del segundo en los oídos, martilleándome la cabeza, ¡ya estamos! ¡Tan de buena mañana! ¿Por qué no se invitarán a tomar café? Un día en casa de una, otro en casa de la otra, como en el anuncio de Carrefour, si total, ¡no les cuesta nada! Así, sentaditas tranquilamente, sin tener que gritar de ventana a ventana para contarse cosas que a nadie le interesan, sin pasar frío, sin joder a los vecinos. Venga, escribe, céntrate, animales en clase mejor no. A ver: Español coloquial, nivel avanzado. Unidad tres: derivación léxica. Resaca-resacón, garrafa-garrafón. Busca las correspondencias y explica el significado con tus propias palabras. ¡Ay, mi cabeza! Y la niña, toda guapa ella, venga a poner chupitos. Seguro que Boris me salta con la pregunta estrella: ¿es posible incluir botella-botellón en esta categoría? Hombre, movida con la policía-movidón, creo que sí, pregúntaselo al alcalde. Y Boris que entra en la web del ayuntamiento y plantea su pregunta, como si lo estuviera viendo. Seis meses lleva ya en Madrid y aún no se ha metido en la cabeza que Spain is different... Raquel, si supieras el resacón que tengo, seguro que me perdonarías. Tengo que ponerle remedio a esto... rubia holandesa, ¡no sé yo! Los caballeros las prefieren rubias, yo sin embargo: Guinness, qué más da, nadie diría nunca que soy un caballero... En pleno domingo y a estas horas, ni topicazos ni nada, aquello de que las rubias siempre son frías -están, están, corregiría yo en clase- ¡Cómo cuesta el ser y estar! Pero la distinción es necesaria, no es que los hablantes de español queramos ser pesados porque sí. Esta rubia no es, está, porque si las circunstancias fueran otras, si Raquel no pasara de mí cuando le digo que la cerveza debe guardarse en la nevera... El español es una lengua rica, no se trata tan solo de cuestiones permanentes o transitorias, sino de grados en la temperatura, que de estas cosas, los que hablamos esta ilustre lengua entendemos bastante. Caliente no basta, no es un adjetivo que pueda reunir toda la expresividad. Hay frío, fresquito, templado, templaducho, punto asqueroso y luego, después de todo esto, viene caliente. Esta está justo un escalón antes de caliente: ¡pa' morirse! Rubia holandesa en punto asqueroso en un triste domingo lluvioso por la mañana, ¡rastrera necesidad! No me mires así, es por prescripción médica, bueno, por prescripción de Raquel, ¡maldito espejo!.. Tengo que beberme una cerveza como quien toma medicina y no hay ni una sola negra, ni una tostadita siquiera, ¡vida perra! -¡anda!, otra expresión con animalito para mis alumnos de español- Venga, mono, bebe y bájate de las lianas. ¡Vaya patas de avestruz!, ¡maldito espejo! ¡Buah! Ninguna medicina nunca supo bien. Piensa en Raquel. Raquel-Mono-Marco, ¡joder! Debería haber sabido que iba a pasar, debería haberlo previsto y así lo habría evitado. Y la cuestión es que con el primer chupito sospeché que el tequila era de un laboratorio de Huelva y no de los campos de Jalisco, pero, Raquel, te lo juro, hacia el cuarto o quinto empecé a visualizar los agaves, había agaves por todas partes. Yo ya me había acurrucado en posición mexicana sobre la barra, y la niña, venga a poner chupitos. ¡Yo no quería, Raquel! Buitres, pulpos, leonas, lobas, cerdos, burros, ojos de corderito degollado, lágrimas de cocodrilo... La fauna nocturna mejor la dejo para otra clase, otro día, otra vida, otro profesor. Eso, que la explique el becario, que Boris fría a preguntas al becario y me deje a mí en paz. Pero digo yo, vamos a ver, ¿por qué hemos de asumir que las lágrimas de un cocodrilo son fruto de la hipocresía? ¿Que se come a su víctima con pleno conocimiento de lo que está haciendo y luego llora? Bueno, no sé, yo creo que en el momento se pierde un poco el contacto con la realidad, el cocodrilo come por instinto, no se puede decir realmente que sepa lo que está haciendo. ¿Que las lágrimas le brotan una vez que de la víctima no quedan ni los huesos? Pues sí, sí, parece ser que así es como digieren los cocodrilos. Pero de ahí a que el cocodrilo sea un hipócrita, hay mucho camino. Yo creo que dentro de esa piel tan dura, también late un corazoncito. Y las lágrimas, ni son una reacción física incontrolable ni nada, me da igual que tú seas de ciencias y yo de letras, Raquel. Si lloro cuando tenga que contártelo todo, te aseguro que mis lagrimas y mi arrepentimiento serán de verdad... La vida es una cadena, tú me lo explicaste. Una acción provoca otra, y otra, y otra, y así. Tú me contaste lo del efecto mariposa, ¿no lo recuerdas? Una mariposa mueve sus alas en una parte del mundo y ya no podemos hacer nada para frenar las consecuencias que se dejan venir en tropel sobre nosotros. Tú te vas a las rebajas en Londres y la mariposa se vuelve loca. Eso es lo que ocurrió, está todo en el capítulo cuarto de mi libro de español coloquial para extranjeros, que, aunque es sólo un borrador, creo que explica bastante bien la situación nocturna: leona entra en bar lleno de buitres que, dividiéndose en igual número entre cerdos y burros, revolotean alrededor de la presa femenina. Nota: en el mundo animal no es concebible que un buitre quiera comerse a una leona viva, en la jungla nocturna, sin embargo, sí. Para comprender la vertiente coloquial del español debemos abrir nuestra mente y saber que para cualquier buitre es perfectamente posible metamorfosearse en cerdo, burro, o ambas cosas a la vez. Como un digimon, Raquel, sólo que peor. Este comentario no lo incluyo en el libro, claro. Nuestra leona está rodeada de buitres. El lince entra en el bar y divisa a la leona entre la espesa bruma atabacada. Se aproxima y el encuentro resulta amigable puesto que este lince y esta leona en concreto son viejos conocidos. La presencia del lince ibérico hace huir a los pajarracos, que dirigen su vuelo hacia otras presas desapareciendo en el horizonte. Pero la fauna nocturna está llena de complicaciones; linces hay pocos, y con un pelaje tan llamativo como el de este, menos. Es bien sabido que se trata de una especie en extinción y por ello, las lobas -que lo han reconocido desde lejos con su aguzado olfato- en seguida se congregan con movimientos sinuosos en torno al simpático lince. La leona muestra sus garras, pero eso a las lobas no las impresiona. El lince es un animal con buena vista... o ese es el mito. Pero reconozcámoslo, Raquel, el lince al que tú y yo nos referimos, o es tonto, o no le interesa defenderse. Majo es muy majo, sí ... Sin embargo en la realidad, a pesar de su buena vista, al lince no le interesa arrancarse las lobas que se le pegan al cuello como sanguijuelas. La leona opta por interponerse entre el lince y las lobas. Hay agaves por todas partes, el paisaje se hace cada vez más mexicano. Pronto, la barra del bar no es más que una carretera sin fin de esas que salen en las películas americanas. El final de la barra se desdibuja en ondas que bailan. No es el calor, no. Es el vapor de los alcoholes que salen de la línea de chupitos de colores -parece que se ha terminado el tequila de Huelva- que hace las veces de línea de división de carriles en la carretera... y yo ya me sentía gusano, gusano por dentro y mariposa por fuera. Y para entonces tu lince ya había puesto cara de corderito degollado -con sus correspondientes ojos-. Así fueron las cosas y así se las hemos contado... O así te lo contaré, no lo sé. ¡Joder, Raquel, tú podrías haberlo evitado! La metamorfosis en pulpo no debería haber tenido lugar, pero ya lo he dicho antes, la jungla de la noche está llena de sorpresas, ¿cómo iba a saber yo que tu novio era digimon? Te juro que Marco se metamorfoseó en pulpo, de los de dibujos animados, con aproximadamente quinientos tentáculos, todos llenos de ventosas. Y cuando los tentáculos se enredan, ya sabes lo que ocurre. Lo siento, de verdad, tú eres bióloga, deberías comprender cómo funciona aquello de la atracción química incontrolable entre los cuerpos. ¡Joder, Raquel! Y si no te lo cuento, me siento como una mierda -ésta sin tilde, con su diptongo correspondiente, que tampoco es para tanto, no toda la culpa fue mía, anda que ¡fino corderito tienes también tú!- Y en el fondo no soy tan mala persona, y un capítulo aislado de documental de la naturaleza tampoco tiene tanta importancia. ¿Que siempre estoy diciendo que se joda la academia? Pues sí, pero tú sólo eres la jefa de estudios, no eres la dueña, nunca haría daño intencionado a mi mejor amiga. Y por fin, las cotorras del segundo se han callado -¿habrán muerto por congelación?- y me doy cuenta de que acabo de soltar una mentira de las gordas.., bueno, media, media mentira: sí que te he hecho daño, pero no ha sido intencionado, fue como el cocodrilo cuando tiene que comer. Y dentro de dos horas tengo que ir a buscarte al aeropuerto, tengo una resaca espantosa y las lágrimas -que no son de cocodrilo, pienses lo que pienses- se me agolpan en la garganta. No sé si el lince es de naturaleza confesora, tampoco sé si los del DELE volverán a mandar una carta a la academia este año para hacer notar que nuestros alumnos han aprendido un español poco académico, ¡que se...! Sí, ya lo sabes. Sabes muchas cosas, casi todo, no sé si es necesario que sepas que compartes casa con una oruga y cama con un gusano... Eres bióloga, esa es mi única esperanza. Supongo que en el fondo -a pesar de nuestra horrible naturaleza- nos querrás.

 

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