LOS INGENUOS
Perdonen la interrupción
En esta segunda etapa de la vida
pero volvieron a doblárseme las piernas.
Perdonen que no chupe mis heridas
Y me atreva a manchar el mobiliario
Yo también quisiera la sangre transparente
Perder la pista de los depredadores
Acertar la revisión de los avisos
Morder la nieve.
Sigo dócil
Todavía bebo agua
Llamo a las puertas con permiso
Cierro las bocas con los labios
Y de vez en cuando
Saludo con los ojos distraídos.
Ayer tuve que arrepentirme.
Perdonen que me atreva a escribir versos
Yo no pedí ser y circunstancia.
USO Y ABUSO DE LOS LABIOS
En verso:
Recitaba...
Resbalando como estaba sobre mis párpados,
La noche,
Las retinas despiertas tras cortinas de humo,
Mi tránsito, tu aliento.
Azul susurro el mediodía,
El tono descendiente del vacío
Es asombro en el aire que derrama
el colirio.
Tacto de huésped y carne piadosa,
Tu gana de escuchar desde el silencio
Soplo y Vida, en hito,
Dedo y hueco, en copa,
La calma.
Tu piel morfema de mi verbo.
Mi labio en el espejo.
En prosa:
Pretéritos desiertos de preguntas,
Estímulos del miedo en despedida
Caen los pisos de más de cuatro plantas
en esta ciudad de alientos fétidos
Y lenguas sutilmente envenenadas
Abusas de la impaciencia de dar lo mismo un beso
Que un cheque en el mercado.
Mi saliva se refugia en las aceras.
Sólo puedo seguir mordiendo el aire.