A Estrella Díaz Monsalve
Aún no había salido el sol,
cuando conoció la defunción.
Ante el pesar,
creció como una mujer de gran fortaleza.
Jamás protestaba,
jamás gimoteaba,
lo sombrío no logró acobardarla.
Hoy sonríe cual hada de los bosques,
como si tribulaciones no sufriera,
tartamudea por timidez,
mas su ser no victimiza,
su discurso nos alivia,
su silencio nos libera.
Cada día,
se dedica a sanar a los que quiere,
despejando la neblina
y ayudándonos a divisar
un horizonte lleno de esperanza.