La pesadilla me corroe el cuerpo sin mandíbulas, sin dentadura. Desquicio poderoso como animales de agua, soy el mar que a ellos dominará, son mis aguas vertederas, casi negras, en las que se mata a ciegas, en las que alquitrán envenenado alimenta mis entrañas, matando los hijos desangrados del odio, pobres náufragos sin isla, isla que desaparece. (Soy)