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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Viernes, 10 de mayo de 2024

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Conversaciones con una escritora joven

 Sandra Santana lleva viviendo muchos años en suelo de habla alemana, tal vez es el uso continuo de diferentes idiomas lo que propicia el distanciamiento del propio acto de habla y favorece la creación-reflexión sobre el lenguaje y a través del lenguaje. Mientras estudiaba Filosofía en la Universidad Complutense se adentró en el mundo lírico-literario, y ha enlazado esas dos vertientes, filosofía y poesía, en una sola, la creación. Fue finalista del premio Emilio Prados de poesía, y becaría de creación del Ayuntamiento de Madrid en la Residencia de Estudiantes. De esa época surge el trabajo ‘Marcha por el desierto', distribuido en edición familiar. Nos topamos con ella en la antología de la editorial Eneida, ‘Todo es poesía menos la poesía. 22 poetas desde Madrid'. Por último, acaba de aparecer el poemario ‘Es el verbo tan frágil' en Pre-Textos. En julio de 2008 defendió su tesis dirigida por el Prof. Muñoz Veiga en la que se adentra en el estudio del pensamiento acerca del lenguaje en la Viena de principios del siglo XX. Para más información, visitad http://www.sandrasantana.wordpress.com/ y http://www.elaguilaediciones.wordpress.com/

 

 

Sandra, eres miembro fundador del colectivo El águila ediciones, cuya producción no se puede comprar. ¿Qué queréis aportar con esta actividad al mundo de la creación literaria?

Como fundamento de nuestras actividades está el concebir el libro como algo más que un volumen de páginas unidas y encuadernadas. Si pensamos el texto, en sentido barthesiano, como el ejercicio de cualquier práctica productora de significado (un vídeo-poema, una obra en Red o una "performance", por poner sólo algunos ejemplos, también serían entonces un texto) entenderemos que la unidad del libro no puede limitarse a su continuidad física ni espacial. El libro no es algo cerrado, un fin, sino un punto de partida, la apertura de un camino que deberá ser recorrido por el lector. El objetivo de El águila ediciones es agrupar obras literarias que no tienen cabida en los márgenes de una editorial al uso (poesía digital, poesía oral, video-poesía, etc.) o que de algún modo participan de este modo abierto de entender el texto escrito. Al mismo tiempo queremos reflexionar sobre los problemas que presenta este tipo de edición a nivel teórico y práctico.

¿Representa esta actividad una guerra declarada contra las editoriales tradicionales?

Todo lo contrario. Al menos en mi caso, siento una gran admiración por el trabajo de los editores y esto alimenta la ilusión que invierto en el proyecto. Otra forma de abordar esta pregunta es plantear si nuestra actividad supone un peligro en la demarcación del género literario. Si lo que publicamos no está escrito (un vídeo o una "performance", por ejemplo), ¿pueden ser considerado como texto literario? Como expongo en un artículo publicado en www.poesiadigital.es y titulado La escritura por venir, poner en cuestión los límites del género literario no sólo es positivo, sino que obedece a una necesidad de contemplar y considerar ciertos productos (no sólo actuales, sino también de las primeras y segundas vanguardias) que utilizan códigos y formatos diversos y que están hermanados con las artes plásticas o con lo musical.

Además de vuestra bitácora en Internet proponéis actividades de creación como los Teatremas, ¿nos puedes explicar en qué consisten?

El Teatrema es un término acuñado por la poeta Patricia Esteban para definir un tipo de propuesta literaria en la que se combina lo poético y lo escénico. Los medios con los que se cuenta para la puesta en escena son intencionadamente muy reducidos y también, generalmente, el número de actores (durante varios años Patricia Esteban formó parte de la compañía La Gran Maraña, que contaba únicamente con dos actores para todas sus producciones). El pasado 23 de mayo, dentro del marco de actividades de La noche de los libros en Madrid, El águila ediciones presentó su primer teatrema que se representó al aire libre en la Cuesta de Moyano. La respuesta del público que pasaba por allí fue muy gratificante; se acercaban con curiosidad para ver lo que estaba pasando pero después se quedaban mirando y sonriendo hasta el final. Aunque el público no interviene directamente en la acción del teatrema, sí se busca una gran complicidad con él.

En las entrevistas publicadas previamente en este espacio hemos conocido a escritores que también participan en proyectos editoriales. ¿A qué crees que se debe este vínculo en el trabajo de edición y creación?

Desde mi punto de vista las labores del editor, el crítico, el autor y el lector no están tan desvinculadas como acostumbramos a pensarlas. Todos ellos participan por igual de la obra literaria. Todos ocupan un lugar imprescindible en la gran maquinaria de sentido a la que denominamos libro. Me gustaría que estas tareas -editor, autor, crítico y lector- tendieran a confundirse con más frecuencia. Esto no quiere decir que no sea necesaria una especialización, sino que el producto final, el libro, debe ser considerado como fruto del trabajo de todos ellos y no únicamente del escritor.

¿Crees que la abundancia de premios literarios ofrecidos por las más variopintas entidades es una muestra de la buena salud en el ámbito de la creación?

Los premios de poesía en España son una parte importante en el sistema de publicación y sirven para dar a conocer a los autores jóvenes. Ésta, por supuesto, no es la única fórmula posible, y tal vez no sea la más saludable para la poesía. Echo en falta a veces una actitud más activa por parte de los propios poetas: uno no tiene que esperar a que una gran editorial venga a publicar su libro para disfrutar y compartir sus poemas. Pueden organizarse lecturas, encuentros, editar revistas o ediciones de pequeña tirada. Uno de los cometidos de las editoriales es ejercer un filtro de calidad sobre lo que se publica, pero eso no quiere decir que no puedan hacerse cosas muy valiosas fuera de ellas. Hay que hacer ruido y conseguir que los lectores presten más atención a lo que sucede en los márgenes literarios. No se puede estar esperando a que un jurado otorgue reconocimiento a tus poemas para continuar escribiendo, hay que buscar la motivación en otra parte.

Respecto a tu trabajo como escritora, ¿qué te impulsó a dar el paso de la lectura a la escritura?

En mi caso el paso de la lectura se dio paulatinamente, sin grandes escisiones. La creación literaria surgió sencillamente como un ejercicio de búsqueda; escribir es continuar buscando, a través del papel en blanco, un libro que te gustaría leer y que no encuentras.

¿Cómo se llega de la escritura original a la traducción? ¿Cómo se refleja la creación en esa actividad?

La traducción es también un original en cierto sentido. La diferencia entre ambas actividades no es tan grande. Efectivamente hay una primera fase de búsqueda que pertenece a la creación, pero después ambas actividades convergen. Tanto el poeta como el traductor de poesía tienen que encontrar un ritmo en el lenguaje, un tono poético, probar combinaciones de palabras hasta que dan con lo que están buscando...

En tu Prólogo al libro Palabras en versos, una selección de poemas de Karl Kraus, hallamos una advertencia acerca de la Traducción imposible, título de dicho Prólogo. ¿Cómo te enfrentas a una traducción partiendo de este supuesto?

En ese prólogo trato el problema de la traducción a través de un aforismo de Karl Kraus, quien, por su parte, también realizó trabajos de traducción: "Traducir una obra a otro idioma significa atravesar la frontera sin la propia piel y, una vez al otro lado, vestir el traje regional del país". Para Kraus palabra y sentido son elementos indisociables, como la carne y la piel que la recubren. Si eliminamos una de ellas, el cuerpo muere. Por eso no puede concebirse la traducción como un mero "desnudar el sentido", como si la lengua extranjera fuera un nuevo vestido. En la traducción hay que lograr que el poema vuelva a nacer, recrear su sentido a través de una nueva lengua.

Me llama la atención la conciliación de tus trabajos entre el pensamiento y la escritura original, que ha cuajado en tus obras líricas-editoriales así como en la redacción de tu tesis. En esta carta de presentación parecería entonces que lo tienes todo muy claro, ¿dónde encuentras esa tensión de la que surge el acto creador?

La verdad es que no lo tengo todo muy claro sino que más bien me parece todo verdaderamente confuso. La confusión es, de hecho, el punto de partida de todas mis actividades... Yo intento formular preguntas en mis textos. En ocasiones hacer una pregunta es ya expresar una respuesta parcial, claro, la preguntas delimitan y apuntan a un rango limitado de posibles respuestas, pero están abiertas al lector. Cualquier texto (filosofía, narrativa, novela...) es siempre una puerta abierta que el lector está invitado a atravesar...

 

 

 

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