En el efímero transcurrir
sucede el insondable misterio
capturado en el instante:
el grito de existir.
En la inmensidad percibida,
el omnipresente absurdo
se refugia en el detalle,
en una libélula
o el imaginario de una nube.
La sabiduría fue abortada
en la pregunta,
en la espera de su respuesta
dormitaba aún,
intuido el enigma.
VII
Brizna de hierba
que con su verde
vence al gris,
al alma de ceniza
en el momento distinto
en que la pupila
sueña el celeste.
El infinito descenso
de una gota de agua
condensa el espectro de luz,
que ciega mis ojos.
Y el viento danza
en mis pestañas húmedas
raptando el escalofrío.
Y de ser tanto en mí,
se agota mi interior
en la plenitud
de una eterna ausencia.