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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Sábado, 11 de mayo de 2024

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Una aproximación científica a la facultad de filosofía y letras en la ciudad universitaria de Madrid

 

La arquitectura de la Facultad de Filosofía y Letras, concebida dentro del impulso pedagógico renovador de la Segunda República, y con proyecto de Agustín Aguirre, es un manifiesto pionero de las posibilidades reales de una Ciudad Universitaria. El inmueble, de espíritu vanguardista, transmite en la lejanía quietud y reposo, plenitud y satisfacción. Se presenta aislado, en un contexto ordenado y abierto, en un nuevo espacio de libertad y aire fresco inimaginable en la ajada Universidad Central. Las proporciones geométricas son fácilmente aprehensibles y la compresión visual global es inmediata.

Los volúmenes tectónicos, de absoluta sinceridad con relación al espacio contenido, son formas individualizadas, geométricas y proporcionadas, fiel reflejo de un interior de gran claridad distributiva y rigidez aparente. Es la manifestación de elementos autónomamente delimitados cuya belleza se expresa con individualidad, pero cómplices en la organización de un conjunto plural, de una arquitectura unitaria y poderosa donde prima el efecto de conjunto por encima de las formas singulares. Así, las diversas partes de la composición arquitectónica se funden en una sola masa de composición tumbada. Se acentúa el ábside semicircular del paraninfo central como elemento axial y preferente al mediodía, junto al pórtico de entrada ubicado al norte como una puerta urbana de acceso principal y resultado de la abstracción de los órdenes clásicos. Los pabellones de aulas, en subordinación equitativa.

Los cuerpos principales se articulan de forma que se hace posible el planteamiento del desarrollo de una arquitectura acostada y continua, una construcción funcional de volúmenes de geometría rígida. Se acusa una plástica escultórica equilibrada mediante la seriación horizontal de huecos apaisados de reminiscencias industriales. Este juego compositivo de huecos en hilera acentúa la horizontalidad de los volúmenes, remarcada mediante impostas coloreadas en blanco calizo y un basamento granítico que enfatiza la ordenación exterior y unifica la rotundidad de un diseño despojado de todo ornamento de signo historicista en un ejercicio de limpieza del lenguaje neoclásico y academicista, resultado de la liberación de la planta, -leída ésta como una rígida composición beauxartiana y vilanovina-, o simplemente como una yuxtaposición elemental, si bien dentro de las reglas de la simetría. La importancia estructural, la honestidad constructiva y el énfasis de las texturas materiales generan esqueletos de hormigón y cuerpos de piedra granítica en el basamento, ladrillo en paramentos verticales y caliza en impostas, en una batalla del hueco frente al macizo, ganada por la luz radiante horizontal de carácter industrial. Bajo los sólidos soportales graníticos, al abrigo del sol o de la lluvia, se somete el ritmo regular de las columnas cilíndricas que soportan la tendida terraza transitable, de recorrido tendido y longitudinal y espacio liviano, para tímidos baños de sol primaverales y oteo del horizonte ante las livianas pasarelas.

El lenguaje arquitectónico plantea una expresión estilística plena: en el límite del racionalismo decó, en las manifestaciones abstractas y contenidas de los paralelepípedos tumbados, hay una manifiesta adscripción a la nueva objetividad centroeuropea, preocupada por el análisis racional de las premisas programáticas destinadas a la consecución de formas unívocas,  así como un desvelo funcionalista, un afán higienista en la ventilación, el soleamiento y la iluminación natural, frente a temas puramente formales. Se manifiesta también una incipiente intención expresionista en el ábside semicircular -de patentes referencias mendelsohnianas-, que se nutre de la poética exaltada germánica, junto a una defensa, desde la modernidad, de una actitud romántica, de un lenguaje arquitectónico exuberante en la proyección de sentimientos. Aguirre va más allá de la estricta funcionalidad y es capaz de conmover con la minimización, la hipérbole o la afectación; su edificio es rico, visualmente escultórico y muestra una preocupación por la plasticidad en la organización volumétrica exterior y en su incidencia interior escenográfica.

 

"Entré al vestíbulo lentamente. Me sentía algo perdida en aquel lugar tan nuevo y tan ajeno. Poco duró mi desconcierto. Mis ojos se llenaron de cosas positivas: la claridad de los espacios, la amplitud de los pasillos. Y un piso rosa, un piso verde, un piso azul... "

El acceso principal del edificio se verificaba por un gran pórtico situado en el eje transversal. El hall, un espacio abierto que rompía la uniformidad de la estructura modular de hormigón, comunicaba las diferentes plantas mediante una doble escalera vista -cuya pasamanería náutica reflejaba detalles de un racionalismo expresionista-, y un innovador ascensor continuo de sistema "Paternoster". Todo ello estaba bañado por la luz natural que entraba, tamizada en colores grises, a través de una gran vidriera, a caballo entre Art-Decó y constructivismo, con un programa iconográfico que parecía ser una alegoría de las humanidades. Los espacios debían ser atrayentes y confortables, de colores agradables y claros, dando prioridad a la conveniente selección de materiales. Criterios higienistas afines a un racionalismo necesario se manifestaban en azulejos policromos y ventanales de pavés, permitiendo la máxima entrada de luz y buena ventilación.

"En los primeros días no acertábamos por sus anchos pasillos. Luego, la inquietud de encontrar las clases en aquel laberinto de galerías, brillantes de color y luz.

-¿Es la ocho?

-No. Consulta en los planos colocados en las carteleras."

Los pasillos, con bordes negros y centro blanco, indicaban el camino. La idea de un proyecto global definido por Aguirre llegaba hasta detalles como el diseño de luminarias "globo" racionalistas o el diseño de la señalización de aulas, introduciendo por primera vez la tipografía Serif.

"...la funcionalidad de las aulas, dotadas éstas de cómodos y bonitos muebles y de magníficas condiciones acústicas. Y al entrar en las aulas, al olor fresco de la pintura nueva, de la madera nueva, al brillo de estos cristales, de estos niquelados impecables, alguien exclama:¡Lo difícil que va a ser aprobar aquí...!"

La luz entraba con fuerza a través de unas ventanas, que por sus proporciones y materiales -acero y vidrio-, eran más propias de edificios industriales y, de nuevo, de acuerdo con los principios racionalistas de la construcción moderna, principalmente utilitarios. Definidas las aulas mediante la unidad base "Unit System", éstas se ocupaban con un mobiliario sencillo y práctico de formas cúbicas y líneas rectas, diseñado por el arquitecto, comercializado por la casa Rolaco y extendido después al resto de facultades de la Ciudad Universitaria. La cafetería cerraba el círculo de la vida universitaria en la Facultad. El local estaba tratado para crear una atmósfera de bienestar que retuviese a los estudiantes. Se diferenciaban claramente dos zonas en la cafetería: la zona de comedor, que introducía el sistema de autoservicio, y la zona de la barra, espacio de relación. Los colores de las paredes, neutros para dar sensación de espacio sencillo; las baldosas, dispuestas en damero para crear un ambiente festivo, y las vigas, pintadas para marcar la estructura modular del espacio.

"La vieja vida queda encerrada en el caserón triste, en las galerías muertas, en los claustros grises  de la vieja Universidad..."

Agustín Aguirre no aceptó aquel principio de que "cualquier edificio es bueno para la Ciencia" que adaptaba ruidosos edificios de estilos históricos, con ventanas estrechas y alturas desproporcionadas. Surgía entonces, en 1932, el primer edificio del recinto universitario. Un edificio racionalista con influencias sobre todo alemanas, cuyo principio básico centraba en el espacio interior el germen de su desarrollo y cuyo espíritu sobrevivió a una austera reconstrucción casi integral después de quedar destrozado en la Guerra Civil.

 

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