Dejemos el conjuro de los cuerpos
Para otra vida.
Es este pintalabios
Levemente repartido por tu cuello,
Repatriado a mis senos con tu boca,
El que se ha quedado dormido.
Te necesito lo mismo que a mis manos,
Cuando celo.
Tan sólo para tapar mis ojos
En el después.
Liberar tensiones.
Supuro si te veo en la mesilla
Recuperando aliento.
Y no es placer.
Queda hueco en la maleta.
El sexo de mis amantes
Sobre tus rodillas
Ya se ha evaporado
Lo siento
Durante tus golpes de amor
Yo también inventé
Otra manutención
De la melancolía.
Tengo el reuma de los besos
Sin deseo
Aquella primera orgía
Fue mi edad
La terca ingenuidad por lo mortal.
Asumir que el instinto
No es ajeno
A la conciencia.