Me encuentro en un cajón y soy un gato
con una sola vida: o vivo o muerto;
una de dos, con el cajón abierto;
ambas, si precintado el aparato.
Sendos fotones a distancia acierto
a separar, unísonos, diez pasos;
mido por separado los dos casos,
uno y otro moviéndose en concierto.
Esa corea exacta, sin atrasos,
de la correlación de un mismo objeto
hace que me desplace estando quieto,
(hipálage real, opuestos crasos)
o que me quede como los payasos
de circo, bajo un foco , hecho un ovillo
pendiente del aplauso o del gatillo.
Si para entrelazar sendos fotones
los felinos se turnan con ratones
ser gato no será nada sencillo.