Pandora se ha vuelto carne,
Pandora me mira y reta directo,
Pandora tiene los ojos como escorpión.
Pandora mírame.
Pandora fundadora de sombras y lahares,
obstruye el tiempo que seduce,
evoca la más tentadora caricia.
Pandora acércate.
Piérdeme en tu leyenda
y conviérteme en apoteósico mito,
eclipsa la nostalgia más solemne,
la tentación más cándida.
Pandora tómame.
Soy mortal y te necesito,
muerde mis ojos,
toca con tu índice las marcas de mi rostro.
Respírame, respírame, respírame.
Pandora atrévete a evocar mi silencio y raspa mi boca.
Pandora intenta quebrar mi sexo y habita en Dios.
Pandora besa despacio mis labios y suicídate en mí.
Pandora evita usar las palabras, estoy a tus pies.
Pandora tócame.
Escucha atenta en la madrugada,
te recuerdo siempre,
recuéstame en tus manos.
Pandora mírame.
Quiebras las distancias que se hacen hiel
y no permiten murmurar a tu lado,
enciende el crucifijo antes de dormir.
Respírame, respírame.
Raspa mi boca,
habita en Dios,
suicídate en mi.
estoy a tus pies.
Pandora el frío aterra
y es perfecto confidente de mi karma,
Pandora niega tu linaje, maldice tu estirpe,
lleva como bandera mi alma que te pertenece,
Pandora adora la calma,
aprende a caminar en tierra,
destruye la caja.
Pandora créame.
Circunda mis labios sin temor a perder tu estigma,
iníciame en el arte de amarte,
márcame con símbolos que permitan
visitar el oráculo y tenderme en el Olimpo.
Respírame.
Pandora sedúceme.
Aprende a dislocar la distancia entre mis labios y tus piernas,
péndeme en tus pliegues sórdidos,
líame a ser humedad y pandemia.
Pandora crea en mi memoria,
una imagen indestructible que hable de ti
y de tu santidad.
Pandora evoca a Leviatán,
para ser condenados al manjar del Hades y del pecado,
muéstrate soberana, enséñame a poseerte,
a llamarte mía.
Pandora siente, Pandora quiebra.
De un minuto a otro me posaré de frente,
al finalizar no habrá otra figura que la unión de ambos
en lino cristalino, en una estela salvaje que lleve
nuestro nombre a un costado y entonces,
seremos culpables de toda la locura...
Está por quebrar el alba.
Pandora conviérteme en beato,
escupe mi rostro despacio,
de forma bélica me postraré en tu boca
y la arrancaré a pedazos,
haré polvo al mundo,
quebraré todas las leyes,
renunciaré a ser mortal,
nacerá una nueva catástrofe
que llevará mi nombre
y la muerte temerá morir
y al final seremos tú y yo,
un sólo universo,
la partícula inmortal
que no se cansará de pecar
y besar desesperadamente los labios.
Respírame, respírame.