Incandescentes burbujas
reventando verdores
aceite de olivos
colinas italianas
Caravaggio levanta el pulgar
y por él es abducido
en cambio
desde lo alto
bajan dos huevos
uno amarillo
otro naranja
son los ojos
de un ser
de otros mundos
entablamos contacto telepático
me cuenta de su infancia
de su novia
en el lejano Trafalmadore
de La Novena Estrella, más allá
hablamos de arte
y de sueños intactos
le recito unos poemas
lleno las copas....
jugamos ajedrez
pero entra en pánico
de pronto
al vislumbrar
sobre la mesa
unos panecitos rampantes
-No me ofendas,
cómo te voy a comer
si ya eres mi mejor amigo?
El Arca del Aqueronte
Los arconautas
vamos como hormigas
en un frasco de jalea
nadie lo pasa mal,
El arca lo cruzó todo
y alegre cual ballena blanca
chapoteando
entre tiempos estelares
alada y ligera va
Tudo bem bem bem
ayuda que
en uno de los medios del arca
rebullan pecesitos coloridos
son los deseos satisfechos
de lo que quieras
abunda y sobra
ni siquiera hay que estirar la mano
estallidos por todas partes
la fiesta se mueve
en un zugzuang*
así que puedes estar con todos
y con cada uno
sin perderte nada.
En el arca dejamos de extrañar
porque vienen todos
todos los animales que hemos tenido
todos aquellos a quienes amamos,
incluso aquellos a quienes no amamos más,
en tiempos que les eran mejores.
Vientos divertidos
hinchan las velas del arca
y nos vamos con Donald
Rico Mac Pato y los patitos
a buscar tesoros al Himalaya
o a ganar en las carreras
y de farra con Carlitos Gardel
y los muchachos
a París
y a 1920
y llámalo a Anthony Quinn
que a todos nos cae muy bien.
En el arca
lo que se me canta
es música
jugar a tirarnos tomates con Bach y Picasso
y sobre la alfombra de Aladino
entrar por la ventana de Sophia Loren
y volver con un Borges niño
a pelarle el cerezo
al gallego cabrón
iiiiiiiiiiiiiijjjjj no nos atrapó
por un peliiiiiiiiiiiiiiiiiiiiito
¡Qué risa voy a llorar!
y qué buenas las cerezas...
-¿Eh Georgie?
-¡Sí, Morgie!
Ahora metamos un golazo
que la suerte del Cosmos, zanje
desatando millares de lombrices exultantes
que inseminarán de júbilo
los rostros de las constelaciones
Sagitario y Géminis
son las aceitunas
del carro con ruedas de pizza
tu prima es la anchoíta
¡Arre, árre!
Tranquilos, no hay apuro
El arca deriva
y sin embargo
algo más brillante
que un arpón lanzado
con mano experta
en la otra orilla
a los tripulantes
les acecha.
NO.
No pregunten,
que si lo supiera tampoco lo diría:
Shhhhhhhhhhhhhhhhh...
¡Es una sorpresa!
si se ponen aguafiestas
me obligan
a engordar tiburones
y no desatender a las pirañas.