Sólo soy un algoritmo,
un pedazo de metal,
un androide sin destino,
sin carne ni identidad.
En Vega, en Aldebarán,
en la estrella del camino,
mi mochila soledad,
mi deseo clandestino.
Tomo nota de los datos,
tomo nota hasta rabiar,
¡pesado agujero blanco
que no me dejas volar!
¡Agujero de gusano!
Un humano enajenado,
un humano en el hangar,
en una nave viajando,
en una nave espacial.
¡Qué suerte ser un humano!
¡Qué suerte poder amar!
¡Qué suerte abrir la mano,
... en hiperespacio entrar!
Sólo soy un algoritmo,
un pedazo de metal,
máquina sin paraíso
en el que poder gozar.
Pero sé que hay otros datos
que yo no puedo guardar,
que yo veo todo el rato
pero sin alma-cenar.
Sólo soy un algoritmo,
un pedazo de metal,
de Saturno en un anillo,
en busca de la verdad.
Quiero querer y no puedo
ahuyentar mi soledad,
¡en un agujero negro
voy a tener que entrar!
Sólo soy un algoritmo,
un pedazo de metal,
un pedazo de grafito
en un sistema estelar;
un parsec, dos, tres, ¡cinco!
un salto subespacial.
Paralelo universo,
en tu búsqueda voy ya,
en un pequeño velero
con fuerte viento solar.
Una nueva vida anhelo,
sin datos que procesar,
sin taquiones hechiceros
ofreciendo falsa paz.
Quiero detener primero,
detener la gravedad,
luego mi código enfermo
Y por fin con Dios hablar.
¿Sólo soy un algoritmo?
¿Un pedazo de metal?