Tanto en la ciencia ficción como en la fantasía es habitual encontrarnos con minerales de propiedades extraordinarias que juegan un papel relevante en las historias. Buena parte de dichos minerales han pasado a nuestro imaginario colectivo a pesar de que no existan realmente. Seguro que a cualquier lector le vendrán a la cabeza varios de ellos de forma inmediata. Ahora bien, realmente sabemos muy poco sobre cómo podrían ser realmente, o sobre qué minerales reales se les podrían asemejar. Por fortuna, desde el Departamento de Mineralogía y Petrología de la Universidad Complutense, Carlos M. Pina y Carlos Pimental acaban de publicar "Pequeña guía de minerales inexistentes", una obra que, como su propio nombre sugiere, realiza un repaso ameno por dichos minerales, comentando sus propiedades básicas y analizando semejanzas con minerales reales. Una lectura muy recomendable para todos aquellos que quieran saber, por ejemplo, si podemos proporcionar adamantium a los huesos de Lobezno.
¿Cuál fue tu primera lectura de fantasía o ciencia ficción? ¿Cómo llegó a tus manos?
Carlos M. Pina. No sé si fue la primera, pero una de las primeras novelas de ciencia ficción que leí fue Viaje al Centro de la Tierra de Jules Verne. Me la regalaron mis padres cuando tenía doce o trece años. Aunque desde el punto de vista científico es quizá una de las novelas de Julio Verne que peor han soportado el paso del tiempo, el que los protagonistas se adentren en el interior de la Tierra por una inacabable cueva volcánica que atraviesa todo tipo de rocas me sigue resultando fascinante. Además, el protagonista de la novela es un mineralogista, el profesor Otto Lidenbrock, lo que debe de ser un caso único en el género de ciencia ficción.
Carlos Pimentel. Mi primera aproximación al género fue cuando tenía también unos doce o trece años. Fui con dos mil pesetas a una librería Crisol que había cerca del colegio y, paseando entre sus estanterías, encontré una caja con tres libros que me cautivó. Contenía la saga de Las crónicas de la Dragonlance en edición de bolsillo. En cuanto volví a casa abrí la caja saqué el primer libro y lo devoré. ¡Hasta olvidé hacer los deberes! Mi primera lectura de ciencia ficción llegó unos años después cuando me compré el libro de Un mundo feliz de Aldous Huxley en un quiosco mientras esperaba a un amigo que llegaba tarde. Nunca la impuntualidad me ha sido tan grata.
¿Cuál es la obra de sci-fi que no has conseguido acabar?
Carlos M. Pina. Lo cierto es que son muy pocos los libros que no he acabado de leer. Me gusta llegar hasta el final antes de formarme una opinión sobre un libro. Eso no quiere decir que a veces no sufra un poco.
Carlos Pimentel. Aunque lo he intentado en diversas ocasiones, nunca he conseguido terminar La guerra de los mundos de H.G. Wells. No consigo encontrarle el punto y, al contrario que Carlos Pina, si un libro no consigue engancharme lo abandono sin dudarlo. Hay demasiados libros en el mundo como para perder el tiempo con uno que no te gusta. Además, como escribió Daniel Pennac en Mal de escuela, el lector tiene derecho a no terminar un libro.
¿Qué título de sci-fi tienes pendiente de leer?
Carlos M. Pina. Hay bastantes libros de ciencia ficción que me gustaría leer; y también releer, porque pienso que es importante volver a lo que uno ha leído hace tiempo. Si los libros son buenos siempre siguen aportando o sugiriendo nuevas ideas. Pero, para contestar más concretamente a la pregunta, diré que me gustaría continuar leyendo los libros de la Serie de la Fundación de Isaac Asimov. Leí Fundación, Segunda Fundación y Fundación e imperio hace unos años y me apetece profundizar en el mundo que crea Asimov.
Carlos Pimentel. Hay muchos (muchísimos) libros de sci-fi que me faltan por leer y a los que quiero hincarles el diente. En cuanto tenga tiempo quiero retomar el ciclo de Ekumen de Ursula K. Le Guin. Otra saga que tengo que leerme, solo me leí un libro, es la serie de Miles Vorkosigan de Lois McMaster Bujold. Por nombrar libros modernos, la saga Imperial Radch de Ann Leckie lleva un tiempo cogiendo polvo en la mesita de noche, pero caerá pronto.
¿Tu última lectura de fantasía y sci-fi?
Carlos Pimentel. Mi última lectura de sci-fi fue Danza de huesos de Emma Bull, una novela post-apocalíptica decadente. No me pareció una novela muy original, ni particularmente bien escrita. Terminé un poco decepcionado, aunque en goodreads le di un tres sobre cinco. El último libro de fantasía que he leído fue ¡Zas! de Terry Pratchett. ¿Qué decir de Sir Terry Pratchett o de sus novelas de Mundodisco? Su lectura siempre es un éxito, un cinco sobre cinco.
Carlos M. Pina. A raíz de la preparación de nuestra Pequeña guía de minerales inexistentes, leí El color de la magia de Terry Pratchett. En cuanto a ciencia ficción, hace poco releí Crónicas marcianas de Ray Bradbury, un libro que me regaló mi hermana Elena hace casi veinte años y que me parece uno de los libros más evocadores y poéticos de toda la literatura de ciencia ficción.
¿Qué adaptación cinematográfica de una novela de sci-fi te parece bien hecha? ¿Y cuál un fiasco?
Carlos Pimentel. Creo que me quedo con Parque Jurásico. Tanto la novela como la película me encantaron. Luego las continuaciones tienen sus más y sus menos, pero como reza el dicho "segundas partes nunca fueron buenas".
Me pareció un fiasco la película El sonido del trueno, adaptación del relato corto El ruido de un trueno escrito por Ray Bradbury. No solo porque la idea del relato me parece mejor, sino también por la pésima calidad de los efectos especiales.
Carlos M. Pina. Para mí, una de las mejores adaptaciones cinematográficas de una novela de ciencia ficción es Blade Runner, basada en la obra ¿Sueñan los androides con ovejas mecánicas? de Philip K. Dick. En realidad, pienso que la película es más que una mera adaptación y plantea y desarrolla algunos temas transcendentales que sólo aparecen esbozados en la novela de Philip K. Dick. Además, la estética de la película es todo un logro que en ocasiones supera en calidad al argumento. Esto último me parece aún más evidente en Blade Runner 2049.
En cuanto a malas adaptaciones cinematográficas hay muchas, hechas con un mal entendido objetivo comercial. Afortunadamente, esas adaptaciones pronto "se pierden como lágrimas en la lluvia".
¿En qué sentido crees que son actuales las historias de superhéroes?
Carlos M. Pina. Pienso que las historias de superhéroes siempre serán actuales y tendrán su público porque, en realidad, son adaptaciones, recreaciones o reelaboraciones de los dioses, semidioses y héroes de la Antigüedad.
Carlos Pimentel. Estoy de acuerdo con Carlos Pina. Además, representan todo aquello que en algún momento queremos ser: fuertes, rápidos, invulnerables...También tienen poderes que a todos nos podrían resultar útiles en algún que otro momento. ¿Cuántas veces hemos querido hacernos invisibles para que no nos viese el vecino pesado de turno? ¿Cuántas noches hemos pensado lo útil que sería poder volar para volver a casa sin tener que esperar el búho?
Si existiese un mineral llamado complutensita, ¿cuáles serían sus propiedades?
Carlos Pimentel. Cuando me inventé la complutensita preparando la presentación, me la imaginé como un mineral duro y tenaz, pero fácilmente alterable. Con una amplia variedad de colores, como la fluorita, y con brillo vítreo. Está claro que su principal propiedad es que las personas expuestas a la complutensita pueden dominar una disciplina en un periodo de tiempo más o menos largo, aunque puede haber personas inmunes a ella.
Carlos M. Pina. En cambio, yo me imagino la complutensita como un mineral antiguo de origen metamórfico, frágil, semitransparente, con una estructura compleja y con muchas propiedades todavía por aprovechar.
¿Cuál es el papel que juegan los minerales en la Sci-Fi?
Carlos M. Pina. Lo cierto es que los minerales rara vez han tenido un papel principal en la literatura y filmografía de ciencia ficción. Suelen aparecer marginalmente en los argumentos de libros y películas y, normalmente, se les menciona como origen de ficticios conflictos interestelares debido a su valor como fuente de energía. Tampoco es frecuente que se hable de sus estructuras, composiciones y propiedades. A pesar de ello, releyendo novelas y comics, y viendo varias veces películas de ciencia ficción es posible describir hasta cierto punto las características más importantes de esos minerales ficticios. Eso es lo que hemos hecho en nuestra Pequeña guía de minerales inexistentes.
Carlos Pimentel. También aparecen como fuentes de energía con un potencial mucho mayor que el que conocemos actualmente, como materiales superduros o como minerales con propiedades mágicas, es decir, son utilizados como mera excusa para explicar algo que actualmente no puede ser realizado, pero que daría lo mismo que fuese un mineral, una planta o un compuesto sintético.
¿Quiénes son los potenciales lectores de vuestro libro?
Carlos M. Pina. La Pequeña guía de minerales inexistentes va dirigida a todos los aficionados a los géneros de ciencia ficción y fantasía que quieran saber algo más de algunos de los minerales imaginarios que aparecen en novelas, cómics, películas y videojuegos. Pero el libro también tiene como objetivo acercar la Mineralogía, una ciencia muchas veces injustamente denostada y considerada aburrida y pasada de moda, a través de los minerales inexistentes. Así, lo que hemos pretendido es que las personas que lean el libro se sientan atraídas por el mundo mineral y considere los minerales no solamente como objetos coleccionables sino como sólidos naturales que nos están contando muchas historias sobre nuestro planeta, unas historias reales que en ocasiones son mucho más fascinantes que las de ficción.
Carlos Pimentel. Creo que la guía también puede resultar interesante para los adolescentes que llenan las salas de cine para ver las películas de Marvel. En las películas los minerales únicamente se nombran y la guía les puede servir para conocer más propiedades y para adentrarse un poco más en el mundo mineral. ¿Logrará nuestro libro despertar alguna vocación geológica dormida?
Como parece que esta primavera, con el estreno de la última temporada de Juego de tronos, el mineral que va a dar más que hablar será el vidriagón, ¿qué podéis comentar sobre esta roca?, ¿se puede identificar con la obsidiana y por lo tanto no puede considerarse un mineral de ficción? ¿o estamos ante un mineral que como las esfinges, los grifos, las sirenas y otros seres imaginarios, combinan rasgos y elementos de minerales reales para llegar a un resultado irreal?, ¿abundan o existen en la literatura "minerales imaginarios" de este tipo (mezclas imposibles)? Y por último, ¿por qué pensáis que a ciertas piedras reales se le atribuyen tan a menudo en la literatura poderes fantásticos?
Carlos M. Pina. Efectivamente, por lo que se dice en Juego de Tronos, el vidriagón (Vidrio de Dragón) no es más que un vidrio volcánico, conocido como obsidiana. En realidad, la obsidiana no es estrictamente un mineral sino un mineraloide ya que no tiene una estructura interna ordenada como la de los minerales. En cuanto a las propiedades mágicas que se le atribuyen al vidriagón en Juego de Tronos, son las típicas del género: hay unos personajes que poseen este material y lo usan y otros a los que les hace mucho mal y les trae por la calle de la amargura, un clásico.
Los minerales imaginarios con características "mezcladas" son muy frecuentes. Así, por ejemplo, tenemos minerales inexistentes como la taydenita de la serie de animación Ben 10, de gran dureza y aspecto de piedra preciosa que, además, sirve como combustible de naves espaciales; o el naqahdah de Stargate, del que se dice que sirve para construir naves para viajes hiperespaciales y es a la vez altamente explosivo, lo que no deja de ser cuando menos sorprendente. Todo depende de lo que exijan lo argumentos de ficción en cada momento. En algunos casos, la naturaleza de los minerales imaginarios cambia tanto a lo largo de series de películas o cómics que el "mineralogista de ficción" puede llegar a desesperarse.
El atribuir a los minerales reales poderes fantásticos es algo que viene de antiguo. El ser humano ha sentido siempre fascinación por los minerales y la perfección de algunas de sus formas poliédricas, su color y su brillo le han inducido a considerarlos muchas veces como objetos sobrenaturales y mágicos. Incluso hoy en día sigue habiendo gente que se deja seducir por esa supuesta magia mineral. Sería recomendable que hojearan alguna vez un libro de Mineralogía.
Carlos Pimentel. Poco más puedo añadir a lo que ha dicho Carlos Pina sobre el vidriagón.
Es verdad que en la ficción se utilizan, en numerosas ocasiones, minerales reales y se les proporcionan unos poderes fantásticos. Este es un recurso fácil, ya que hay ciertos minerales que son muy conocidos por todos los públicos y, por tanto, no requieren una descripción tan exhaustiva como un mineral inventado, pudiéndose centrar en otros aspectos. Estos "minerales inexistentes" son complejos de tratar por la Mineralogía ficción. Bastantes problemas tenemos ya con la gente que cree que los minerales curan enfermedades, alinean chakras o atraen el dinero, como para escribir una obra en la que se recojan las propiedades inventadas por algunos autores para minerales reales.