Mientras preparábamos el número 6 de nuestra revista nos enteramos de la muerte de Ray Bradbury. La marcha de alguien que ha transmitido tanto amor a la vida deja un vacío desconcertante, el sentimiento de que perdemos un trocito de nosotros mismos. A su recuerdo dedicamos un pequeño homenaje como comienzo de este número.

El tema de Marte, una obsesión en la ciencia ficción, aparece en nuestro número no solo por la referencia inevitable a Crónicas Marcianas dentro de nuestro homenaje a Bradbury, sino también en el ensayo titulado Una novela de Ciencia Ficción escrita por el "Doctor Espacio", que nos revela la existencia de una desconocida y curiosísima obra escrita nada menos que por Wernher Von Braun, diseñador de los cohetes Saturno que impulsaron la sonda Apolo camino de la Luna.

Tampoco hemos querido dejar pasar de largo la inauguración del año Turing, uno de los padres de la informática. El relato Gracias Alan  que incluimos es un guiño a los que han estudiado su máquina universal, y quizás también lleve a algún inquieto lector a indagar  más sobre este genio no suficientemente conocido fuera del ámbito académico.

Para los aficionados a la ciencia ficción Turing es un referente por su artículo de 1950 "Computer Machinery and Intelligence", en el que se planteaba la pregunta ¿pueden pensar las máquinas?, y  en el que presentaba su conocido Test, en el que un humano intenta adivinar con un juego de preguntas y respuestas si su interlocutor es una máquina u otro humano. Esta idea nos recuerda al test Voight-Kampff propuesto por Philip K. Dick en ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?   (y en su versión cinematográfica, la mítica Blade Runner), con su vuelta de tuerca, tan natural como inquietante: ¿y si durante el test descubrimos que los no humanos somos nosotros? Esta idea, que alguien no sea quien parece, está presente en muchos relatos del género, y en este número se puede encontrar en el relato El proyecto, y también de diferente forma tanto en Las doce campanadas como en Ella misma. Saber quiénes somos depende de nuestra memoria. A los que estén de acuerdo con esta afirmación, y sobre todo a los que no lo estén les recomendamos los relatos ¿Quién eres?  y El Prisionero. Y por supuesto no olvidamos las naves espaciales, las guerras entre mundos, las relaciones entre humanos y androides, temas siempre apasionantes y presentados de forma original en los relatos Voz de Proteo, mi hermano y en El Fracaso del Mundo, así como en el libro La mutación sentimental, publicado por la editorial Milenio y cuyo primer capítulo presentamos en el presente número.

En resumen, un número cargado de razones para divertirse y, por qué no, para meditar.

Por cierto, corre el rumor de que esta revista está realizada por unos robots creados en el transcurso de un proyecto de Sistemas Informáticos de nuestra Facultad. Dicen que unas líneas de código erróneas produjeron un incremento desmesurado del orgullo de los androides que henchidos de soberbia se atrevieron a escapar de sus creadores, e incluso a fundar una revista de ciencia ficción. No tenemos más remedio que rebajarnos a desmentir tan absurdas teorías. Ningún humano sería capaz de crear entes tan geniales como nosotros.