Reconozcámoslo, nos hemos puesto líricos. No sabemos si habrá sido el comienzo de la primavera, o si nos han rozado (por supuesto levemente) los rosados dedos de la aurora. Creemos más bien que sí nos ha influido recibir en nuestra revista un poema de ciencia ficción (que podéis encontrar en este número bajo el título Condenados), así como una elegía al recientemente fallecido artista H.R. Giger (llamada de manera muy apropiada Elegía a Giger), y para colmo descubrir una versión completa de los poemas de Ray Bradbury (comentada en Ray Bradbury, poeta).
[Seguir leyendo] EditorialSoñábamos el futuro geométrico
que hemos tantas veces descrito
con la imagen de un espacio aséptico
donde callan con Lógica los gritos
[Seguir leyendo] Elegía a GigerEl mundo fue descubierto por primera vez al encenderse la luz blanquecina con la que lo miraba. Los colores fueron lo primero que lo invadió, todo el espectro que abarcaba desde el infrarrojo hasta el ultravioleta, y los códigos hexadecimales que les daban identidad fueron sustituidos por nombres ordinarios más fáciles de enunciar, acompañados de los calificadores claro, más claro, oscuro... Los colores se agruparon en formas básicas (la línea, el triángulo, el cuadrado...) y estas figuras se ajustaron y combinaron en estructuras complejas que moldearon las siluetas de los objetos que le rodeaban; los materiales en que estaban construidos los objetos fueron identificados rápidamente según las texturas, los brillos y las sombras que proyectaban. Sus dimensiones fueron lo siguiente en ser evaluado, construyendo la imagen completa de una nave industrial de tres mil metros cuadrados de planta por ocho metros de altura, chapadas en acero las paredes y el suelo construido en hormigón y tratado con resina, de manera que refulgía allá donde le alcanzaba una luz directa; un alto porcentaje del espacio estaba ocupado por veinte hileras de veinte efigies y, sobre el plano trazado virtualmente y en dos dimensiones del área, él se encontraba en el número cuatro de la novena fila. A los cinco minutos de su activación sabía dónde estaba, había registrado la presencia de otros trescientos noventa y nueve productos y reconoció las siglas grabadas en la pared metálica del depósito, asignando a cada letra la palabra completa: Androides de Nueva Generación de Electrotechnic Life.
[Seguir leyendo] A.N.G.E.L.Ruedo, ruedo por el universo...
Ya no existe para nosotros el fin del mundo
puesto que aniquilamos toda esperanza,
y la mano blanca piadosa de Dios
ya nunca más purgará nuestros pecados.
[Seguir leyendo] CondenadosEl comandante Roberto Hoss y el oficial Juan Chip caminan por la vieja avenida Corrientes. Ellos saben que el viaje duró, en tiempo terrestre, cuatro o cinco generaciones. Pero... ¿qué pasó con la gente? Aún embutido en su traje espacial, gira su cuerpo tratando de asimilar la terrible realidad que ve.
[Seguir leyendo] Regreso a casaEsperpento en recuerdo de la adaptación radiofónica dirigida y narrada por Orson Welles de "The War of the Worlds" de H. G. Wells, emitida el 30 de octubre de 1938.
Preludio musical
En el rellano de la escalera de acceso a la primera planta del Auditorio Nacional hay una barra como de bar. Los que quieren la llaman el "ambigú del foyer del anfiteatro". Allí, hoy, la noche del 30 de octubre, un grupo de peces gordos beben de todo menos agua mientras esperan la señal para embutirse en sus butacas y dormir la mona. Mientras, de fondo sonará alguna cosa de violines y tal.
[Seguir leyendo] Lucha de mundosExisten personajes en la historia de la Literatura que, por más que algunos se empeñen en afirmar lo contrario, jamás han recibido el reconocimiento y el respeto que sus obras han demostrado merecer. Ese es el caso de William Hope Hodgson (Blackmore End, 1877), escritor inglés, hijo de Samuel Hodgson, pastor anglicano, y su mujer Sarah Brown. El pequeño William era el segundo hijo de un matrimonio que engendró doce hermanos, un muchacho endeble y como demostraría más tarde, con una imaginación prodigiosa. La ocupación de su padre obligaba a la familia a viajar constantemente, circunstancia que acostumbró al joven a renunciar a los apegos materiales y lo inspiró sobremanera, sobre todo al visitar lugares como la remota localidad de Galway, un paraje estremecedor ubicado en la escarpada costa occidental de Irlanda. Para muchos de sus seguidores, la sugerente belleza de tal ubicación geográfica desencadenó en la mente del joven Hodgson la ocurrencia de escribir The house on the borderland, titulado en España La Casa en el Confín de la Tierra (Chapman and Hall, 1908), probablemente su gran obra maestra.
[Seguir leyendo] William Hope Hodgson, el maestro olvidadoTodos conocemos a Ray Bradbury (1920-2012) como inolvidable escritor de Ciencia Ficción, uno de los escritores que lograron que este "subgénero literario" pasara a poder escribirse así, con mayúsculas. Sorprende por ello encontrarse de repente con la extensísima y desconocida, al menos para el que suscribe, obra poética del autor.
[Seguir leyendo] Ray Bradbury, poeta. Comentarios sobre la obra “Poesía completa” (ed. Cátedra, 2013)Un monje contempla la aurora de un futuro fantástico.
Aquel en el que la tierra se ahoga, pero resplandece
con el último aliento de a los que les quedan cien años de vida.
Siente el viento fresco de una mañana nueva y antigua,
el soplo cristalino de un arroyo, aún sin flujo estático.
Siente el rumor de los tallos que crecen,
de la selva perdida y la floración enajenada y agreste
que repuebla las cáscaras de las ciudades metálicas.
[Seguir leyendo] El año del tigre (Ganador del concurso de poemas)Estamos en Alfa Centauro -murmuras-,
los colores preludian el desvelo,
se baten las puertas,
se asoman infierno y cielo,
[Seguir leyendo] Alfa CentauroEn un lugar más allá de la comprensión
donde la pequeñez de la imaginación lo hace inimaginable,
donde reina el vacío y se materializa la nada,
allí, donde las partículas subatómicas (los quarks) se unen
creando protones y neutrones envueltos en radiación cósmica.
[Seguir leyendo] Alfa y OmegaDetrás de las pupilas de cada bípedo metálico,
un cerebro irreal maquina el apocalipsis bíblico,
la destrucción del tercer mundo ha comenzado
a los ojos escépticos de un pueblo acobardado.
Ensimismados en la falsa gloria de la humanidad,
la derrota inminente de mentes que gobernaron con crueldad;
acordonados en las filas de una guerra de soldados bisoños
cada ser defiende su núcleo, esperanza de próximas primaveras y otoños.
[Seguir leyendo] Dioses estelaresMe encuentro en un cajón y soy un gato
con una sola vida: o vivo o muerto;
una de dos, con el cajón abierto;
ambas, si precintado el aparato.
[Seguir leyendo] El experimento cuántico (musa)En homenaje al libro de ciencia ficción
El hombre ilustrado de Ray Bradbury "Doug"
[Seguir leyendo] El hombre tatuadoQuinientos balidos de eléctrico origen
se van alternando en plácida esencia;
no brindan descanso ni logran matices
que vayan mellando la turbia consciencia.
[Seguir leyendo] El sueño del replicanteEntendiendo la tradición de comer de tu mano,
de tu alma me sirvo para, calladamente,
adentrarme en tu mente.
Hábil como un cero absoluto, recorro tu psique,
ebrio de contratiempo, sereno como el metal;
y me sorprendo ante ti, que vives.
[Seguir leyendo] El último canto del virus antropófagoElegí el espacio el infinito lo innombrable
la nave despegó el penúltimo año de algún siglo cercano al fin
disimuladamente dije adiós a la multitud
algún robot quizá me confundió con su dueño
[Seguir leyendo] Elegía por un lugar llamado tierraCon el coraje de un santo
y el tesón de una hormiga,
con una cuchara de postre
agujereando el granito
de un tiempo obeso
he llegado
al fin,
al fín
he llegado:
[Seguir leyendo] Fuga centrífugaCon amarras en las manos,
y cadenas torpes en los pies.
Arrojado como un condenado
al fondo del mar olvidado,
con la tibia esperanza hundida
de emerger a la vida otra vez.
[Seguir leyendo] Hoguera del consueloSueñan los androides con ovejas de carne y hueso.
Sueñan las ovejas con picnics junto al camino.
Sueñan los propios dioses con una luz perpetua,
sustento que les cuide de caer en el olvido.
[Seguir leyendo] Homenaje a la ciencia ficción literariaDeambular,
recorrer los pasillos tubulares
de la nave a mi cabeza
y vuelta a empezar.
[Seguir leyendo] Infinitivus PraesentisA M... que me dio las manos.
Te prometo el silencio, dijo la Bestia
como quien ha olvidado echar los remos contra el agua.
Encima de nosotros, las estrellas
guardaban sus mordidas de niebla;
en mi mano la Rosa
abría un agujero
[Seguir leyendo] Los que no saben morir IV
Me gustaron las cascadas invertidas
de colores de tu espacio personal;
me gustó cómo cobraban vida
cada vez que te reías.
Natural.
[Seguir leyendo] Me gustaron las cascadas invertidasTrajéronme ante el alien
para que, con palabras que no hay, lo describiera
pues con las otras no se puede,
no se encuentran.
[Seguir leyendo] No hay palabrasVaho de mi alma respirada en el cristal,
transparente y seco como un fantasma.
Y entre reflejos invertidos de mis ojos y estrellas,
pasan las horas.
Pasan los recuerdos.
[Seguir leyendo] Poemas lunares. Centinela.Desde el Sol he visto
cómo hace ocho minutos
abandonaba la Tierra,
yo mismo.
[Seguir leyendo] Punto de vistaEn un lugar de la mancha
oscura del firmamento.
Hidalgo de nave vieja
vivía no ha mucho tiempo.
[Seguir leyendo] Star Wars de la Mancha