Tras la publicación del número especial en conmemoración del 25º aniversario de nuestra Facultad, escrito íntegramente por autores ligados al centro, volvemos a nuestro habitual formato abierto a autores de cualquier lugar del universo. Aunque de momento no hemos recibido ningún envío de nadie procedente de fuera de nuestro planeta (o al menos ningún autor ha confesado tal cosa), es un placer presentar en este número trabajos de autores procedentes de Argentina, México, Venezuela y de diversos lugares de España, desde Andalucía hasta Cataluña pasando por Madrid.
[Seguir leyendo] EditorialHabía perdido la noción del tiempo. Las tinieblas y el silencio eterno que lo envolvían habían hecho que no supiera qué día era, ni cuánto tiempo había pasado desde su ataque al corazón. Todo había sucedido a la velocidad del rayo: estaba en este mundo y al siguiente instante la Nada...
[Seguir leyendo] Siempre juntosMe había enamorado y sentía que estaría con ella para siempre.
-Tengo que contarte algo -me dijo ella al poco tiempo.
Podría haberme dicho que estaba casada y tenía cuatro hijos. Podría haberme dicho que era la líder de un grupo terrorista. Podría haberme dicho que tenía una parafilia rara con los Pokémon. Lo que no me esperaba es que me dijera:
[Seguir leyendo] Hasta que la muerte nos separeEsos son los que vienen de la gran persecución.
(Apocalipsis, 7,14)
La quebrada silueta del anciano emergió silenciosa, como florecida de la nada; un jirón de carnes y de ropas desdibujadas por el viento, interrumpiendo la perfecta línea que trazaba el horizonte en aquel paisaje desolado.
Los dos niños la contemplaron un instante. Y luego:
-¡Abajo! -encareció el mayor-. ¡Es un anciano!
[Seguir leyendo] La abominación desoladoraOchoa corrió por un túnel que no conocía el sol. Los aullidos de los zombis resonaban en la garganta de hormigón como un canto gregoriano en una iglesia; mordían el aire, ciegos por la falta de luz, guiados por el chapoteo en los charcos de sangre y vísceras. El aire del túnel, estancado durante años por la falta de ventilación, había absorbido el aroma de quilos y quilos de carne en descomposición. Esas paredes de techo abovedado habían olvidado el sabor de la pulcritud o el canto de la brisa. Ochoa tenía el cuello rígido allí donde un zombi le había mordido el día anterior. La herida no tardó en curarse y dejar una cicatriz azul en la que se distinguían a la perfección los dientes de su agresor. Habría preferido la muerte.
[Seguir leyendo] PerseguidosLa nave apareció por encima de las montañas curtidas por el sol de mediodía. Un anciano en silla de ruedas, salido de quién sabe dónde, se detuvo a un costado mío. Sus ojos marchitos y bastante secos atendían la llegada de esa extraña nave.
Preguntó:
-¿Viene a ver los escenarios bíblicos?
-Así es -dije-. Me informaron de que este es el lugar donde inicia el itinerario.
[Seguir leyendo] Las reliquias modernasCapitulo 1. -Evolución.-
No sé si podríamos calificar sus vidas de felices, lo que es seguro era que los Naxgull vivían en la despreocupación de cualquier hecho que no fuera su propia supervivencia.
[Seguir leyendo] El origen del futuro-¿Qué estás haciendo acá? -dijo Ato al abrir la puerta de su casa.
-Te dije que encontraría el archivo -dijo Soto. Sus ojos brillaban, aun en la oscuridad de la noche y no dejaban de moverse. Parecía que la emoción le haría estallar de un momento a otro-. Te dije que lo encontraría y acá está.
[Seguir leyendo] Progenitores-¡Por Tetis! -dijo Mamá Pulpa- ¡Cuánto hacía que no veía uno de estos!
Mamá Pulpa adoraba hacer referencia a los dioses y tradiciones de los humanos, que probablemente solo ella había estudiado de manera decidida y exhaustiva. Eso le daba la oportunidad no solo de burlarse de los humanos, a quienes detestaba, sino sobre todo de mostrar su superioridad frente a quienes la rodeaban, como correspondía a su estatus. Los pulpos habían desarrollado una inteligencia superlativa y dominado el mundo, de modo que Mamá Pulpa estaba en condiciones de hacer ambas cosas: sin embargo, el número de humanos había descendido tanto que el hermoso pulpo hembra ya no tenía ocasión de cruzarse con ellos. En su juventud, Mamá Pulpa había llegado a conocerlos mejor que nadie, para su zozobra y la mayor grandeza de la raza de los pulpos. Pocos, sin embargo (y entre ellos no se hallaba Mamá Pulpa), conocían el origen del asunto.
[Seguir leyendo] Juventud de Mamá Pulpa