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Permítannos que dediquemos este número de julio a Julio, que en junio ha cumplido años. Y ustedes dirán que cumplir años no tiene mucho mérito. Al fin y al cabo, todos cumplimos años una vez al año. Pero es que Julio ha llegado al momento de su jubilación, por lo que desde estas líneas queremos rendirle un sentido homenaje a uno de los fundadores de nuestra revista. Así pues, comenzaremos el número 26 con El planeta de los jubilados, un homenaje a Julio Septién, escritor, ilustrador, profesor y compañero.
[Seguir leyendo] EditorialAlgunos de los miembros del Comité Editorial de Sci-FdI conocimos a Julio Septién gracias a Redes. No, no nos referimos al programa de Punset, estamos hablando de la asignatura sobre redes de computadores. Allí descubrimos lo mucho que sabía sobre dicho tema, pero cuando nos enseñaba redes token ring desconocíamos que sabía aún más sobre el señor de los anillos (¡y también sobre mundo anillo!); cuando demostraba sus grandes conocimientos sobre las capas OSI, no sabíamos de su arte para crear ilustraciones donde las capas dotaban de personalidad a sus personajes; cuando nos describía los protocolos de enrutamiento, no sabíamos lo bien que sabía encaminar al lector a través de sus relatos. En definitiva, desconocíamos que las redes eran su trabajo pero la ciencia ficción era su pasión.
[Seguir leyendo] El planeta de los jubiladosParte I: Edén
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La nave surcaba el espacio envuelta en un silencio sepulcral. Flotaba tranquilamente a través de los cielos que ningún ser humano había explorado antes. Su casco, marrón metálico, estaba en perfecto estado. A cada lado estaba pintado, en grandes letras blancas, el nombre de la embarcación: el Arca...
[Seguir leyendo] OutsphereBlnkg llevaba siglos alejándose de Blptv. Blptv era una zona en la que había demasiados bltns y escaseaban las ptkws. Y Blnkg era ya excesivamente grande, y necesitaba una ptkw para multiplicarse.
A Blnkg le había llevado tiempo decidirse, pero ya había elegido su ptkw. No era demasiado importante, pero su dorado resplandor le había seducido. Unos pocos siglos más y sería suya. Podría fagocitarla y utilizar su energía para escindirse.
[Seguir leyendo] BlnkgInicios
-Lo que propones nos pondría a todos en peligro. ¡No podemos confiar en esas bestias!
-No digo que confiemos, lo que digo es que deberíamos tratar de domesticar algunos animales. Hemos estado analizando a unas cuantas especies y creemos que algunas podrían resultarnos útiles. De hecho, creemos que podríamos usar su fuerza para facilitarnos la obtención de agua y alimentos.
-¿Útiles? Son bestias que solo piensan en comer y aparearse, no las veo muy colaborativas...
[Seguir leyendo] DomesticaciónLa Teoría de la Estrella Única lo cambió todo.
[Seguir leyendo] El faro de la muerteCuantos ríos de tinta, en su mayoría completamente estériles, se han vertido a lo largo de la historia para tratar de dar una explicación filosófica, psicológica o puramente física del tiempo, una noción etérea y escurridiza donde las haya, aparentemente sujeta a la percepción subjetiva del individuo, cuya existencia condiciona al ritmo de su estado de ánimo, y para la cual ni tan siquiera su medición exacta, como establecen las teorías relativistas, puede considerarse absoluta. Pocos conceptos han sido discutidos desde tantos puntos de vista, desde puramente científicos a morales y filosóficos, sin que se haya llegado a una conclusión medianamente concluyente sobre su existencia objetiva. ¿El tiempo existe porque es mensurable (aunque sea de forma relativa), o es mensurable porque existe? De la plétora de preguntas cruciales que se plantean en torno al concepto del tiempo se infiere, de forma natural, uno de los elementos característicos más populares y, simultáneamente, más polémicos en la ciencia ficción: el viaje en el tiempo. Por una parte, proporciona un contexto adecuado para las digresiones utópicas o distópicas, así como para toda suerte de experimentos ucrónicos. El viaje en el tiempo sintetiza la materialización de un deseo reprimido de corregir nuestra propia existencia, enmendando bien decisiones incorrectas o desarrollos que no han acabado de proporcionar los resultados apetecidos, con la esperanza de optimizar nuestros logros existenciales. A una escala más ambiciosa, condensa la enfermiza obsesión por reconfigurar la historia, para que sea compatible con unos patrones de conducta social generalmente pasajeros y sintomáticos del acusado y agotado entendimiento de las sociedades tecnológicas.
[Seguir leyendo] Tempus fugit: el viaje en el tiempo y la fantasía científica