Ahora que en el hemisferio norte comenzamos la época de vacaciones, les proponemos una buena dosis de lectura para disfrutar del merecido tiempo libre. Ahora bien, no se preocupen si nos leen desde el hemisferio sur, porque en ese caso les proponemos una buena dosis de lectura para desconectar del trabajo del día a día... En cualquier caso, para comenzar este número, Tómese su tiempo. No, no queremos que tarde en empezar a leerlo, lo que queremos es que comience disfrutando del nuevo relato de Víctor Parra Avellaneda. A continuación, Christopher T. Dabrowski nos presenta un 00011011 ligue bastante breve, para a continuación superarse aún más en cuanto a brevedad con su drabble Situación sin salida. Gracias a Maximiliano G. Giménez pasaremos a Fase continua justo antes de presentar el nuevo libro de Berumen titulado Crepúsculo mecánico, cuya portada ilustra también la portada del número actual de Sci-FdI. Acto seguido, Rutwig Campoamor Stursberg nos presenta un estupendo ensayo sobre el detective en la ciencia ficción. Terminamos, como no podía ser de otra forma, con una Despedida completa, en este caso a cargo de Ismael Rodríguez Laguna. Pero no teman, nuestro autor más prolífico no se despide de la revista, seguro que seguiremos contando con sus relatos en números futuros.
[Seguir leyendo] EditorialEl paciente que llega a mi consultorio es un hombre de cuarenta años de edad.
-Dígame, ¿por qué ha venido? -le pregunto.
El hombre se muestra preocupado, nervioso. Dice algo muy bajo que no puedo escuchar bien, como si las palabras se le atascaran, hasta que da un leve suspiro y por fin dice:
[Seguir leyendo] Tómese su tiempo
Hoy es el día. Hoy se demonstrará a sí mismo y a los demás que también sabe ligar con las chicas guapas. Saldrá de su cascarón y vencerá la timidez que le atormenta desde hace años. ¡Basta de empollar frente a la pantalla en solitario! Le han aburrido los ligues virtuales en Internet. Le ha irritado la consciencia de que los años pasan y él todavía no sabe cómo se lo hace.
Caminaba alegremente por la avenida principal de la ciudad. En su cabeza pulsaba sólo un pensamiento:
[Seguir leyendo] 00011011 ligueSu jefe lo amenazó con que, si se negaba, la policía se enteraría y pasaría el resto de su vida en la cárcel.
¿Para qué?
Por la inocencia. La evidencia sería planteada.
No termina ahí: su hija sería expulsada de la universidad, su esposa perdería su trabajo.
No podía negarse, tenía que volar a Próxima.
Sabía que nunca volvería a ver a sus seres queridos. Y no podían perdonarle esta decisión.
Si tan solo supieran...
Se preguntó por qué lo habían tratado con tanta crueldad. No recordaba que intimidaba a su jefe cuando estaban en la escuela.
Por un instante pudo verlo todo claramente: el mar verde e inmenso allá abajo, la sombra de los malditos retorciéndose de rabia bajo la superficie transparente, la brecha radiante y cegadora del puro sol de Cygni que refulgía en su cuerpo como un diamante, la súbita descompresión que la llenaba de burbujas y ya alejándose, el rugoso rubor de la nube que rodaba sobre el mar como una montaña inflorescente. Luego penetró en el nimbo y yació exhausta. Huía desde que los desgraciados del Ágape Furibundo habían perforado la cortina de burbujas que guardaba las fronteras del Rayo de Plata, segura de que iban a matarla. Clara pertenecía al Club del Dub, un clan que llevaba varias estaciones sembrando algas venenosas en el perímetro del fecundo valle submarino, y que hasta el momento había repelido con éxito las incursiones de los diversos grupos vecinos. Las medusas aladas formaban un pueblo numeroso y beligerante, cuyas parcialidades no dudaban en atacarse fieramente por el control de los recursos. Pero Clara estaba encinta.
[Seguir leyendo] Fase continua"...Me agüita correrte así, chula, pero ya sabes cómo es este show. Con tanta chingadera que llega del otro lado la raza nomás se pone más maniacona. Ya no le gustan las viejas como tú, jamonsonas, ¡normalitas, pues! Ahora quieren que la chocha les vibre o que el culo les haga masaje. ¡Agarra la onda, mamita! Si por mí fuera te pusiera a servir chelas. Nomás qu'esa chamba es de los arturitus, y ni modo que se las quite si pa‟ eso los compré, ¿vedá? Te juro por la virgencita de Guadalupe que si me sale jale pensaré en ti, mamita. Ahora vete por unos chicles a Toluca que tengo que atender a estos japoneses que vienen desde San Diego. Me urge darle un levantón al bisnes".
[Seguir leyendo] Crepúsculo mecánicoPor regla general, es difícil trazar la línea que separa una novela de suspense del mero relato perteneciente al género detectivesco, al menos en lo que se refiere a obras escritas con unos mínimos estándares de calidad. De la misma forma, no resulta obvio separar el relato de ciencia ficción con elementos de suspense del relato de aventuras o, incluso, del relato de horror. La línea divisoria que generalmente se establece es por tanto muy tenue, y no siempre resulta fácil dilucidar con acierto si una obra pertenece más a un género que a otro. Mientras la buena ciencia ficción se distingue por sus ideas innovadoras, que suelen constituir el núcleo alrededor del cual se desarrolla la narración, el género detectivesco se centra más en la caracterización de los personajes o en la acción propiamente dicha, dejando de lado cuestiones de índole filosófica o especulativa. Los grandes clásicos de la novela de detectives son muy fáciles de identificar, tanto por su contexto social como histórico, y raramente ofrecen dudas sobre su clasificación. La ciencia ficción, por el contrario, se enfrenta al dilema de no estar netamente definida, y multitud de obras no son plenamente clasificables dentro de los subgéneros que se asocian con ella. El caso de la combinación ciencia ficción y novela de misterio o detectives es especialmente sensible, y durante mucho tiempo se ha debatido si ambos géneros admiten una intersección no trivial. Por razones históricas, los primeros intentos de extrapolar un género al otro fueron abordados por autores de novelas de misterio o aventuras, que pretendían ensayar sus capacidades en un nuevo tipo de literatura.
[Seguir leyendo] A las puertas del misterio: el detective en la ciencia ficciónClara se quitó el casco y miró a sus dos hijos. Ellos ya se habían quitado los suyos.
-Se sentirán aturdidos unos segundos, es normal -dijo el doctor mientras se concentraba en el monitor.
Durante unos instantes, el doctor permaneció en silencio mientras consultaba los datos que salían por pantalla.
[Seguir leyendo] Despedida completa