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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Sábado, 14 de diciembre de 2024

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La Academia de Cine acoge la presentación del libro “Marca e identidad del cine español”

La industria cinematográfica española ha producido, a lo largo del periodo estudiado en el libro Marca e identidad del cine español. Proyección nacional e internacional entre 1980 y 2014, 3.967 películas, de las cuales 2.843 fueron totalmente españolas (72%) y 1.094 coproducciones (28%). En el periodo 2000-2014 se han producido un total de 2.436 largometrajes de los que se han estrenado en salas 1.959 (80%). La media de productoras que han intervenido a lo largo de las tres décadas fue de 1.021 empresas, la mayoría de una sola película (60%).

Estos son sólo algunos de los datos del estudio realizado por el Grupo Complutense de Estudios Cinematográficos (ESCINE), del Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad I, coordinados por el catedrático Emilio García Fernández.

Antes de la presentación del libro en la sala de proyecciones de la Academia del Cine, su presidente, Antonio Resines, confesó que espera que "sea el inicio de la presentación de más libros". Ya sean editados por la propia Academia o por investigadores externos.

Enrique Cerezo, director de EGEDA (Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales), reconoció que el libro habla tanto de los logros de nuestro cine como de sus debilidades y de temas "como el IVA cultural, que debe ajustarse a la realidad de España".

Según Cerezo, uno de los grandes problemas del sector es la piratería, "que dificulta la promoción y distribución de nuestras obras". Consideró además que "es posible mejorar la imagen de nuestro cine, pero para ello hace falta una gran gestión profesional".

Esta, de hecho, es una de las conclusiones del libro, que considera que es posible mejorar si se concibe dentro de un programa de creación de marca y se dan los pasos necesarios para llevarlo a cabo. "Para hacerlo no se debe olvidar que la promoción cinematográfica, entendida como comunicación comercial, debe experimentar una evolución significativa; que las películas, como millones de productos, no se venden por sí mismas; y que el sector cinematográfico tiene la oportunidad de incorporar una gestión profesional de la comunicación, sabiendo que pueden gestionar interna o externamente sus planes de promoción aprovechando, en cualquier caso, una máxima: la promoción debe acompañar todo el proceso, desde la creación de la idea al estreno de la película, la presencia en festivales o el relanzamiento en caso de ser premiada, con el respaldo de todos los que han participado en la realización del proyecto".

En el estudio de las casi 4.000 películas producidas por España, los investigadores se han centrado en aquellas que han superado el medio millón de espectadores, que son solamente 181. Emilio García Fernández considera que hay que reducir el ritmo de producción y no olvidarse de que "en principio, el cine es una industria y el que invierte en ella lo que quiere es que sea rentable".

La profesora Maribel Reyes, también del Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad I de la UCM y participante en el estudio, aseguró que hay un "considerable esfuerzo institucional y privado para comunicar sobre cine español, pero no cumple con la repercusión social que debería tener".

Por eso, el catedrático de la UCM recomienda la creación de un Centro Nacional de lo Audiovisual, que unifique las políticas que hoy están repartidas por cinco o seis ministerios e infinidad de asociaciones.

Hay que recordar que esta actividad industrial y creativa ha generado unos rendimientos en taquilla de 2.029.118.218 euros, al tiempo que ha contado con las ayudas del Fondo de Protección a la Cinematografía (en el periodo 1992-2014) de 995.000.000 de euros. Como indica García Fernández, "ambas cantidades no son desdeñables y exigen que la actividad cinematográfica sea estudiada de forma sosegada".

Como fruto del estudio pormenorizado del estado de la industria cinematográfica española y los vínculos que ha mantenido con su público, los autores proponen la calidad como posicionamiento del cine español, promesa que requiere cumplir dos condiciones si quiere ser aceptada y, por tanto, lograr que el posicionamiento no sea una aspiración sino una percepción real. La primera de esas condiciones es comunicarlo explícitamente a los públicos; la segunda es la llamada resistencia a la prueba, es decir, que el público compruebe que efectivamente el nuestro es un cine de calidad. Para existir una marca debe conocerse, comunicar su diferencia y cumplir su promesa.

Según García Fernández, "desde 1941 la normativa cinematográfica no ha hecho más que ir parcheando, mientras que lo que hace falta es elaborar una ley en condiciones, porque tanto cambio no es beneficioso para el cine español". En el libro también se habla de la necesidad de reducir el IVA cultural al 5%, haciendo que ese coste recaiga en la entrada; de la piratería, que no es tan grande cuando se refiere al producto cinematográfico español; y, entre otras muchas cosas, de la necesidad de saber utilizar las plataformas digitales.

Aparte de Emilio García, los restantes autores del estudio han sido Jorge Clemente Mediavilla, Luis Deltell Escolar, Cristina Manzano Espinosa y Maribel Reyes Moreno (Universidad Complutense), Rafael Gómez Alonso (Universidad Rey Juan Carlos) y Francisco Perales Bazo (Universidad de Sevilla).

 

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