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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Sábado, 5 de octubre de 2024

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La igualdad todavía es algo por conseguir

Isabel Tajahuerce, delegada del rector para la Igualdad de la Universidad Complutense, lo tiene claro cuando afirma que "el tema se resume en que todavía la igualdad es algo por conseguir". Así lo expresó al final del encuentro Igualdad en el periodismo, que se ha celebrado en el Campus Repsol, organizado por Repsol, la Unidad de Igualdad de la UCM e International Women's Media Foundation (IWMF). Begoña Elice, directora general de Comunicación y Presidencia de Repsol, explicó que este encuentro ha querido reunir a "grandes personalidades para debatir sobre la importancia que tiene la igualdad de género en el periodismo y sobre cómo comunicar en igualdad". Cuenta Elice que el encuentro surgió hablando con Elisa Lees Muñoz, directora ejecutiva de la IWMF, una asociación que ayuda a las mujeres periodistas, sobre todo en países en guerra. En la charla que mantuvieron Elice y Lees Muñoz hablaron sobre la diferencia que existe para las mujeres entre esos lugares en conflicto bélico y países democráticos como España. Las dos coinciden en que "la situación es diferente, pero siguen existiendo sesgos y problemas que hacen que merezca la pena reparar en ello y seguir trabajando en elementos que reduzcan el problema de género en el periodismo, ya que este es un sector que crea opinión y puede hacer que el mundo sea mejor, y crear una sociedad transparente y más libre".

 

Elisa Lees Muñoz, señala que "la prensa no puede ser libre sin la voz de las mujeres, tienen que tener un acceso equitativo en los medios". Sin embargo, la "triste verdad" es que la situación de las mujeres no ha mejorado mucho en cuanto a su presencia en puestos de toma de decisiones y eso influye en las noticias y obstaculiza la igualdad de género en todo el mundo. Para Lees Muñoz, "un desequilibrio de género en los medios, refleja esos mismos desequilibrios en la sociedad".

 

Asunción Bernárdez, directora del Instituto de Investigaciones Feministas de la UCM, presentó la primera mesa redonda del encuentro con "dos mujeres premiadas que han llegado a los lugares más altos de este país para hablar de la actualidad, criticarla y cuestionarla, Pepa Bueno y Susanna Griso".

 

Pepa Bueno recordó que ella llegó a las redacciones en los años 80, estudiando la carrera, y le sorprendió que estaban llenas de mujeres pero los despachos de hombres. Reconoce que la profesión ha cambiado al mismo ritmo que la sociedad española, aunque las decisiones siguen estando en general en manos de hombres, en parte porque "esta profesión tiene horarios muy desregulados y mientras los cuidados sigan recayendo en manos de las mujeres, la desigualdad seguirá presente".

 

Explica que además, "según se suben escalones el sesgo de género es más sutil, pero existe". La última trinchera, según la periodista, donde se parapeta ese sesgo es "la opinión, y ahora que hay muchas mujeres opinando, incluso desde tribunas propias, se hace una especie de vacío, porque los hombres se retuitean cualquier bobería unos a otros, pero no lo hacen con las mujeres". Cree Bueno, que junto a esa trinchera, otra es "la tiranía de la imagen, la exigencia brutal de un patrón físico con un catálogo muy estrecho, mientras que los hombres entran en cualquier catálogo".

 

Susanna Griso también reconoce que se han notado y percibido cambios desde cuando ella comenzó que "era un poco la comparsa, la chica joven que aporta novedad al veterano, al periodista que sí opina, tiene solera y genera confianza". Ahora, sin embargo se ha hecho con su propio espacio, la mayoría de sus colaboradores son hombres, pero las jefas son todas mujeres.

 

Eso, de acuerdo con Griso, "da una mirada y una tranquilidad que no tiene porque ser feminista por el hecho de ser mujeres", ya que a veces ha sufrido más machismo por parte de mujeres jefas que de hombres jefes, "más que nada porque los hombres ahora tienen más cuidado".

 

Reconoce Griso que hay muchos micromachismos que se tenían asumidos y que no se percibían como tales pero que evidentemente todas las mujeres han sufrido, por eso "hay que estar muy atentas y partir de la base de que cuando son asertivas se las tilda de mandonas, pero si no lo hacen no se empoderan, no ponen en valor sus opiniones y sobrevaloran la opinión de ellos".

 

Bueno coincide en que de las mujeres se espera que sean encantadoras y simpáticas, frente a agresivas y duras, "y algunas no lo son siempre, escapan al patrón y hay una etiqueta nueva, que es la de intensas, que vuelve a colocar en una estantería a la que los hombres no se les coloca, es la versión siglo XXI de histérica".

 

Acoso en la redes

Lees Muñoz informa de que las mujeres periodistas hoy están en mayor riesgo que nunca, por "las hordas misóginas, trols y bots que las pueden causar un gran daño, a ellas y a las industrias que representan". Por ejemplo, sólo en Estados Unidos, esos acosos hacen que casi dos tercios de las mujeres piensan en abandonar su profesión en sus primeros años, y una de cada diez ha sido amenazada de muerte.

 

Ela Palmer, consultora de Seguridad Digital del IWMF, añade que el 70% de las periodistas han sufrido algún tipo de acoso de Internet, que puede incluir el doxing que "es cuando alguien publica tus datos personales de manera masiva en las redes sociales o la manipulación de imágenes, lo que sirve para bloquear la conversación y controlar el discurso".

 

Explica Palmer que "las consecuencias del acoso son graves para la salud mental de las periodistas, pero también para la sociedad, porque muchas de ellas dejan la profesión por esas amenazas, porque se autocensuran y eso tiene consecuencias para la libertad de expresión".

 

Bueno reconoce la existencia de ese acoso en las redes, "las mujeres están muy expuestas, y no se sabe muy bien cómo afrontarlo, porque va desde el paternalismo más elemental hasta la amenaza de muerte o la que tiene que ver con la cosificación, como que te van a violar y cosas así. No siempre son anónimas, pero la vulnerabilidad de las mujeres es tremenda".

 

Griso asegura que ella ha sufrido muchas campañas que piensa que están muy preparadas, que no son espontáneas, y cuando se rasca un poco hay muchos bots detrás que te convierten en trending topic en unos pocos minutos, con mensajes calcados para dinamitarte en lo personal y lo profesional. Según la periodista "esto va a más, así que hay que blindarse, haciendo un uso muy prudente de las redes sociales, sin autocensurarse, estar pendiente del feed-back hasta cierto punto, y hay que permitirse cometer errores". Bueno también opina que no hay que renunciar a opinar, "asumiendo que nos equivocamos, porque de los errores se aprende mucho, aunque eso sí, el error de las periodistas las cuestiona por completo, toda su carrera y eso intimida".

 

La profesora Asunción Bernárdez concluyó este bloque reconociendo que el mundo del periodismo es un reflejo de lo que es la vida, donde "a veces hay un esfuerzo para sacar a la mujer de lo público y hay que trabajar para esto no ocurra".

 

Pocas mujeres en puestos de responsabilidad

Carlota Coronado, profesora de Comunicación y Género de la UCM, reflexionó sobre el mayor número de mujeres que hay entre los estudiantes, algo que pasa en Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información, pero como luego eso no se refleja en los puestos de tomas de decisiones.

 

Coincide con esa perspectiva, Alicia Gómez Montano, vicepresidenta de Reporteros Sin Fronteras y editora de Igualdad de TVE, que lleva muchos años en diferentes puestos en TVE y ha visto que "una gran empresa también puede cambiar de una pequeña aldea gala que era un microcosmos de la sociedad". Cuenta Gómez Montano que cuando entró allí era un terreno plenamente machista, y los actos machistas no tenían consecuencias, y los puestos directivos ya estaban ocupados por hombres aunque en las redacciones eran todo mujeres.

 

Nemesio Rodríguez, presidente de la FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas de España), asegura que su junta directiva está formada mayoritariamente por mujeres, algo que "hace unos 15 años era imposible". Ve Rodríguez que la evolución es evidente, aunque donde se produce la gran brecha está en los puestos directivos, además cuando uno entra en una empresa periodística todos cobran igual, pero esa brecha se amplía de forma brutal en esos puestos que ocupan los hombres en un 75%. Según él, esto es así, en parte, porque son los hombres los que deciden y seguirá siendo igual mientras eso no cambie y aparte está "el problema de conciliación, porque en cuanto se empieza a alcanzar puestos directivos eso implica más horas y los cuidados siguen en manos de mujeres".

 

La redactora jefe de Sociedad en Servimedia, Mayte Antona, tiene una visión más pesimista y cree que "el techo no es de cristal, es de hormigón armado". Para ella, "los hombres están en los puestos altos porque hay un compincheo importante y hace falta un cambio fundamental en la sociedad para que las mujeres dejen de ser las prescriptoras del cuidado de la familia".

 

Gómez Montano considera que "el periodismo es una de las profesiones más complejas para poder conciliar, porque es muy desorganizada, no sabes cuándo van a pasar las cosas y el cuerpo te pide volver al trabajo si ocurre algo de actualidad". Además de eso, informa de que "en TVE hay brecha salarial en los complementos, porque cuando a un hombre se le ofrece un puesto de trabajo casi siempre se les ofrece un plus económico superior para el mismo trabajo, son sesgos inconscientes que existen".

 

Antona informa de que más del 70% de los cargos directivos en España está en manos de hombres, aunque en el ámbito de la comunicación corporativa aumenta el número de mujeres a casi un 60%, quizás porque es una vida más ordenada.

 

Si no se nombra no existe

Tras las dos mesas redondas, Elisa Lees Muñoz leyó unas conclusiones que se pueden resumir en que "las periodistas deben nombrar a las mujeres, porque lo que no se nombra no existe". Idea en la que ahondó Isabel Tajahuerce, delegada del rector para la Igualdad de la UCM, quien cree que "lo importante es que comencemos a nombrarnos, algo que utilizamos mal cuando nos referimos a nosotras mismas nombrándonos en masculino, vale por ejemplo con utilizar la palabra persona como femenino inclusivo".

 

Es consciente Tajahuercce de que "para poder transformar las cosas necesitamos formación, no se tiene conciencia de género o de desigualdad por ser hombre o mujer, así que para que se nos pongan las gafas violetas y empecemos a ver que la desigualdad es una triste realidad en todos los ámbitos profesionales necesitamos formación, como la  asignatura de Comunicación y Género que se ofrece en la Complutense".

 

Asevera la delegada del rector que aparte de esa formación hay que "utilizar un lenguaje inclusivo, poner en valor la autoridad de las mujeres y dejar de informar sólo sobre víctimas mujeres, sino también sobre su conocimiento, su saber". Yendo más allá, habría que transformar el sistema, porque el hombre ya no es el único que el espacio público, de tal manera que "hay mucha reflexión que hacer y por eso las universidades deben trabajar en la construcción de la igualdad en la formación en todas las áreas del conocimiento y desde todos los ámbitos de la comunicación tienen que darse cuenta de cómo pueden transformar esa realidad".

 

Confía Tajahuerce en que desde la empresa privada y desde las instituciones se siga colaborando para construir ese mundo, aunque para ello los hombres tengan que renunciar a sus privilegios para construir la igualdad.

Begoña Elice, directora general de Comunicación y Presidencia de RepsolIsabel Tajahuerce, delegada del rector para la Igualdad de la Universidad ComplutenseElisa Lees Muñoz, directora ejecutiva de la IWMFEl Campus Repsol ha acogido el encuentro Igualdad en el periodismoPepa Bueno, Asunción Bernárdez y Susanna GrisoNemesio Rodríguez, Alicia Gómez Montano, Mayte Antona y Carlota CoronadoEla Palmer, consultora de Seguridad Digital del IWMF
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