1.577 alumnas y alumnos de la Universidad Complutense viajaron durante algún periodo del curso 2018/19 a otra institución superior de educación europea para cursar estudios a través del Programa Erasmus Plus. Aunque no existen aún datos separados entre estudiantes y profesores, en los globales ofrecidos por el SEPIE (Servicio Español para la Internacionalización de la Educación), la UCM ocupa el segundo lugar entre las universidades europeas con más participantes en el programa, solo por detrás, y a muy escasa distancia (a 48 personas) de la Universidad de Granada.
Italia fue el país más escogido por los estudiantes complutenses, con cerca de 300 alumnas y alumnos en sus universidades; seguido de Francia, con algo más de 200; Reino Unido, con alrededor de 150, y Alemania, con cerca de 150 también. Hubo estudiantes complutenses en un total de 30 países (además de los países miembros de la UE, en Erasmus participan otros como Noruega, Islandia, Liechtestein, Serbia o Macedonia). La Facultad complutense que más erasmus aportó fue la de Ciencias de la Información (unos 150), seguida de Ciencias Económicas y Empresariales (más de 140), Políticas y Sociología (alrededor de 120) y Derecho (100). Las 26 facultades de la UCM enviaron estudiantes a otros países a través del Programa Erasmus. También lo hicieron la mayor parte de los centros adscritos, como el CUNEF, CES Cardenal Cisneros o el CES María Cristina de El Escorial, entre otros. Las mujeres fueron mayoría, con más de 1.000 erasmus, sobre los 1.577 totales. Los datos completos se pueden consultar en la web del Servicio de Relaciones Internacionales de la UCM: Datos globales / Distribución por destinos, centros, género...
Sí importantes son las cifras, porcentajes o áreas de procedencia, lo que de verdad queda a quienes participan en el Programa Erasmus son sus vivencias. Desde hace años, la Oficina de Relaciones Internacionales pide a los estudiantes participantes una "descripción de la actividad del estudiante durante su movilidad ". Basta leer alguna de ellas para darse cuenta de lo que una estancia erasmus aporta no solo a la formación universitaria, sino a las vidas de quienes las realizan. Hemos elegido dos de estas vivencias y hemos solicitado a sus protagonistas que nos enviasen fotografías de aquellos meses. Estos son algunos extractos de sus textos y algunas de sus imágenes.
Carmela Cela Rodríguez
Área de estudios: Bioquímica. Institución de acogida: Trinity College Dublin
"Desde el día que eliges tu destino Erasmus hasta que nueve meses después haces la maleta para volverte a casa, tu vida se ve sometida a una montaña rusa de emociones, ilusiones, chascos, aventuras y desventuras, pero sobre todo aprendizaje".
"Diré que elegí Irlanda por el gran prestigio e historia del Trinity College de Dublín, por ser un país de habla inglesa en el que creí que sabría integrarme mejor socialmente y por su mística y misteriosa tradición celta".
"Allí [la universidad] no es entendida solo como una jornada académica, sino como un espacio de interacción con los compañeros, de compartir ideas, proyectos y experiencias. Existe un gran compromiso y dedicación por parte de sus miembros, todo el mundo pertenece a un club y asume tareas de responsabilidad en él. Es así como el trabajo bien repartido entre los componentes hace que los planes se lleven a cabo. Por mi parte acabé formando parte de diversos grupos como la Sociedad Medioambiental, el Comité de Igualdad y asumí más responsabilidad siendo elegida representante internacional del Club de Tiro con Arco.
"Toda esta vida extraescolar debía ser compatibilizada con los deberes académicos, pero si todos mis compañeros irlandeses lo hacían, yo no iba a ser menos. Cuadrar mi horario me dio más de un dolor de cabeza. Una de mis mayores preocupaciones al ser estudiante de último año de Bioquímica era encontrar un laboratorio en el poder realizar mi TFG. Después de contactar a muchos grupos de investigación, acabé teniendo mucha suerte gracias a los consejos y guías de estudiantes Erasmus de años anteriores y pude hacerme un hueco en un laboratorio de nanomateriales. Mi proyecto consistió en explorar las aplicaciones biomédicas de nanopartículas de sílice en el tratamiento de enfermedades como cáncer e infecciones bacterianas".
"La verdad es que no encontré muchas diferencias en lo que a los métodos didácticos concierne y fui afortunada por poder contar con profesores excepcionales que me hicieron conectar con el temario que impartían. He de destacar el carácter internacional de la gran mayoría de mis profesores. Tuve ponentes de una gran variedad de países, aparte de Irlanda, como la India, Canadá, España, Brasil o China".
"El año se me pasó en un suspiro, entre actividades, estudios, senderismo por los montes irlandeses y pintas de Guiness. [...] Erasmus no es solo un año para vivir en el extranjero. Es la construcción de una comunidad internacional de jóvenes. Es darse cuenta de que el futuro está en tus manos y no tiene límites fronterizos entre países. Es verse capaz de integrarse en una cultura diferente y hacerla de ti. Es apoyo y compromiso".
Joaquín Domínguez de Tena
Área de Estudios: Ciencias (Doble grado Matemáticas-Física). Institución de acogida: KTH (Kungliga Tekniska Högskolan) de Estocolmo
"Elegí Estocolmo como mi destino Erasmus por el idioma en que iba a recibir mi formación (inglés), la oferta y metodología educativa, recomendaciones personales y porque siempre había sentido que algo me llamaba de los países nórdicos. Sin duda, acerté plenamente con la elección".
"En Estocolmo estuve 10 meses estudiando en la KTH, universidad de ciencias e ingenierías que me ofrecía asignatura tanto de Matemáticas como de Física, las cuales necesitaba para poder continuar mi doble grado sin tener que alargar un año. [...] Allí pude experimentar una metodología distinta a la que tenía en España, con muchas menos horas de clase, mayor cercanía a los profesores y a la investigación y también con un trabajo más individual. Sin embargo, no sentí un nivel de exigencia muy alto en comparación con mi universidad y pude disfrutar del aprendizaje, quedándome con algunos métodos que me parecieron muy buenos y también aprendiendo a valorar aquellos aspectos que no me había planteado que funcionaban tan bien en mi universidad de origen".
"Pero no todo fue experiencia educativa. Yo fui a Suecia con la intención de conocer su gente y la cultura, y la verdad es que tanto el país como mi universidad me lo pusieron muy fácil. Allí pude apuntarme a cursos de sueco y cultura del país de forma gratuita. Me saqué un A1 de sueco mientras nos contaban en clase desde los resultados electorales nacionales, hasta el MelodieFestivalen, una especie de Eurovisión nacional que les encanta a los suecos. Además conseguí entrar en la orquesta de mi universidad, la KTH Akademiska Kapell. En ella estuve durante todo el año tocando como cellista, junto con estudiantes, profesores y jubilados de la KTH".
"Pero no solo me impregné de la cultura local. [...] Pude conocer gentes de todas las partes del mundo. En el ambiente en el que nos movíamos allí los universitarios, todo el mundo estaba abierto a conocer gente y era muy fácil entablar conversación en las fiestas que se organizaban cada semana. A mí me gustaba muchas veces sacar temas delicados sin ningún reparo, y tuve conversaciones sobre el auge de la extrema derecha en Europa, la opinión sobre la Unión Europea o la situación de la homosexualidad en los países asiáticos. Eso sí, sin descuidar tampoco la fiesta. Al fin y al cabo los jóvenes somos el futuro, y necesitamos reflexionar sobre los problemas actuales porque en algún momento tendremos que solucionarlos".
"La verdad es que tuve mucha suerte. Guardaré muy buen recuerdo de la ciudad y del país, y buena culpa de ello también tienen los amigos que allí conocí, los cuales no podré desligar de todos los bonitos recuerdos. Finalmente me gustaría recomendar a cualquier persona que pueda vivir la experiencia erasmus que la tenga, y que la aproveche al máximo, en todos sus aspectos. Tenemos mucha suerte de poder vivir esto".