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La subsecretaria de Defensa asegura que “esta pandemia ha revelado al ejército como parte integradora de la sociedad”

Texto: Jaime Fernández, - 28 JUL 2020 a las 18:43 CET

María Amparo Valcarce García, subsecretaria de Defensa, ha señalado que "esta pandemia ha revelado al ejército como parte integradora de la sociedad, y esta ha descubierto, o redescubierto, los valores y capacidades de las fuerzas armadas, que han trabajado incansablemente, con verdadera vocación de servicio a los ciudadanos". Sus palabras se han podido escuchar en la última sesión del webinar "COVID-19, situaciones de anormalidad constitucional y fuerzas armadas", organizado por la cátedra extraordinaria de Derecho Militar UCM-MINISDEF y la Fundación General de la UCM. José María Coello de Portugal, vicedecano de Relaciones Internacionales e Institucionales de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense, destaca que "este webinar ha supuesto un hito en la integración entre las fuerzas armadas y la sociedad española, a través de la universidad, para que exista un conocimiento y una proyección grande de los méritos que ante la sociedad española han desarrollado las fuerzas armadas. Los españoles, los madrileños y los complutenses nos sentimos enormemente agradecidos por su función durante esta pandemia global".

 

La subsecretaria de Defensa, María Amparo Valcarce García, habló de la Operación Balmis, que se puso en marcha el 15 de marzo con motivo de la declaración por parte del gobierno de España del estado de alarma, para "establecer la contribución de las fuerzas armadas a la seguridad y al bienestar de los ciudadanos españoles en los supuestos de grave riesgo, calamidad u otras necesidades públicas, como este estado de excepcionalidad constitucional". Esa fue "la herramienta para tener un mando único, con carácter homogéneo, y al mismo tiempo con criterio y capacidad para que pudiese funcionar la solidaridad entre las regiones españolas ante el impacto tremendo tanto en el ámbito sanitario, como psicológico, económico, social y jurídico, que ha tenido la COVID-19".

 

La Operación Balmis, como ya destacó en este mismo webinar la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha sido la mayor operación llevada a cabo por las fuerzas españolas en tiempo de paz, pudiéndose calificar su ejecución como "impecable y excepcional". Señala Valcarce García que "esta operación ha supuesto que la sociedad española perciba a nuestros ejércitos como una parte integradora de la sociedad, pero también ha servido para que se conozca la cualificación, la preparación y la humanidad de nuestras fuerzas armadas".

 

De la Operación Balmis, la subsecretaria de Defensa destaca una serie de aprendizajes, como la reducción de los tiempos de reacción, el apoyo logístico, el papel de la UME y la importancia de la sanidad militar. Por sus propias responsabilidades en el ministerio de Defensa, focalizó su intervención en ese último punto, recordando que fue el hospital central de la Defensa, el Gómez Ulla, situado en Madrid, el primero en acoger, ya en enero de 2020, a españoles procedentes de la zona de Wuhan. Allí realizaron una cuarentena a 19 adultos y dos niños, en una planta que se aisló y se habilitó para su tratamiento, así como una zona de vida y de juegos infantiles para atender a los menores. Aquel plan de aislamiento "no obedeció a ninguna improvisación, sino que las intervenciones de sanidad militar en situaciones de emergencia sanitaria, tanto en el exterior como en España, han ido conformando un acervo de lecciones aprendidas de las que ahora nos beneficiamos todos para establecer los planes de lucha contra la pandemia".

 


Han influido, en concreto, dos intervenciones anteriores, la de la gripe A de 2009-2010, y los contagios por ébola en 2014, "dos hitos esenciales que han servido para la eficacia de la puesta en marcha de la Operación Balmis, en su vertiente sanitaria". Junto a esa premisa de experiencia acumulada hay que destacar el conocimiento mutuo que hay entre la sanidad militar y la sanidad pública, ya que "hoy en España los hospitales militares están integrados en la atención asistencial de la red de hospitales públicos españoles".

 

El principal esfuerzo de la sanidad militar se ha materializado con el apoyo a la Operación Balmis, un "esfuerzo que se ha cuantificado, valorando parámetros como la reasignación de tareas al personal militar. Por ejemplo, la red hospitalaria militar, con otro hospital de referencia en Zaragoza, ha reorientado toda su actividad hacia la lucha contra la COVID-19, pero también han aumentado sus capacidades asistenciales, es decir, atendiendo al resto de necesidades sanitarias en esas dos ciudades". A modo de ejemplo, Valcarce García señaló "la adaptación del Gómez Ulla en un momento del pico exponencial del crecimiento de la pandemia, lo que ha demostrado su elasticidad en tres aspectos principales: se han triplicado las camas hospitalarias, se ha duplicado la capacidad en las salas asistenciales y ha aumentado la capacidad en la UCI, pasando de 18 a 32 camas".

 

No sólo los hospitales han estado en la primera línea, también el Instituto de Medicina Preventiva ha sido fundamental en el confinamiento de la población española, porque "ha tenido que actuar en materia de salud pública, con recomendaciones de medidas básicas para la protección individual y colectiva, pero también para la protección de los efectivos militares". Han colaborado también con el Centro de Transfusión de las fuerzas armadas, "vital en las terapias puestas en marcha para el cuidado y recuperación de los enfermos, y allí es donde se han llevado a cabo los ensayos clínicos multicéntricos para la producción de plasma hiperinmune".

 

La Unidad de Psicología Militar ha trabajado tanto para el personal militar como para el civil y se ha validado y adecuado el Laboratorio de Biología Molecular del Centro Militar de Veterinaria para la realización de los tests. Este último es "uno de los centros que ha liderado la capacidad para usar los tests de PCR para detectar el SARS-CoV2". El Centro Militar de Farmacia también se ha unido a todo este esfuerzo de las fuerzas armadas, mediante la fabricación de medicamentos, de hidrogeles y, sobre todo, con la instalación en Burgos de "una máquina de fabricación de mascarillas trasladada de China y que está a pleno rendimiento".

 

Para desarrollar todo ese esfuerzo, de acuerdo con la subsecretaria de Defensa, ha sido clave la coordinación entre los ejércitos, la Armada y la UME, todo ello coordinado por el mando de operaciones que ha dado siempre preferencia a las necesidades sanitarias y las ha atendido, acelerando todos los apoyos necesarios. "La UME ha sido la punta de lanza en una situación como esta, pero también ha dado el relevo al conjunto de las fuerzas armadas que han sostenido la Operación Balmis durante 98 días en un esfuerzo continuado las 24 horas del día", asegura Valcarce García. 

 

Tanto el personal en activo, como el que se ha unido de reservistas voluntarios, alumnos del cuerpo militar de sanidad y personal en la reserva, "han destacado por su disposición a integrarse". Por eso, la subsecretaria de Defensa está segura de que su participación ha sido decisiva a la hora de salvaguardar muchas vidas, aunque "lo más importante es el reconocimiento profundo de todos y cada uno de los ciudadanos españoles".

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