Un viejo exprimidor, un tocadiscos de guateques, un walkman... Cualquier electrodoméstico de deshecho es apto para convertirse en la base de una obra de arte. Así al menos lo piensa desde hace años el artista madrileño Alfredo Morte, y también de ello se están convenciendo durante este mes de febrero la decena de asistentes al taller "Puré analógico. Pura analogía sin conservantes ni álgebra. Curso introductorio de electromecánica aplicada al arte", que se imparte en La Trasera de la Facultad de Bellas Artes.
La filosofía y funcionamiento del taller es fácil de comprender: cualquier electrodoméstico tiene en su interior un motor que podemos manipular para instalar en nuestra obra artística. Sencillo, sí, pero fácil de hacer, no tanto. Como explica Alfredo Morte, al abrir un viejo electroméstico podemos encontrarnos con distintos tipos de motores, unos de corriente alterna, otros de corriente continua, unos sobrerrevolucionados, otros con reducciones aplicadas... Por eso, para enfrentarse a ellos hay que tener unas ciertas nociones de electromecámica. "En este taller intentamos que la gente aprenda esas nociones para que en el futuro pueda seguir investigando y emprender instalaciones más complicadas".
La primera sesión del taller consiste en la apertura conjunta de todos los viejos electrodomésticos aportados por los estudiantes. Morte se afana en ayudar en el desmontaje de cada uno de ellos, aunque a veces llega tarde. Julia, alumna de 5º de Bellas Artes, acaba de quemar el motor de su preciosa turmix de los años 70, al no darse cuenta de que la corriente de ésta era de 120 vatios. Tampoco han tenido suerte Rosa y su exprimidor. "El motor se ha roto", señala lacónica mientras sujeta en la mano dos piezas desunidas. Morte invita a las dos alumnas a que se integren en otro proyecto antes de retomar el suyo en la siguiente sesión con otro electrodoméstico que encuentren por ahí.
Y es que, según cuenta Morte, fue ese encontrar por ahí viejos electrodomésticos lo que le hizo interesarse por este tipo de arte. "Hacía escultura con materiales de deshecho y encontraba muchos viejos aparatos. Al principio tan solo intenté hacerlos funcionar, pero luego ví que me podían servir para algo más". Morte señala que todo lo ha aprendido buscando en Internet -un sistema no del todo fiable, "pero que te da la satisfacción de aprender por tí mismo"- y sacando partido a su curiosidad. A finales de abril, el "carpintero electromecánico" Alfredo Morte, como se presenta en su web, impartirá un taller en La Casa Encendida.