Para jugar: Skyrim
Para leer: La divina comedia, de Dante
Para escuchar: La Polinesia meridional, de La Casa Azul
Skyrim
por Julio Gorría
Cuando llego a casa después del trabajo en el que cada día me pagan menos y me tratan peor, lo único que quiero es liberar mi mente. No dejarla en blanco, porque eso es algo que no sé hacer, pero al menos sí liberarla de todas las angustias, los aburrimientos y el eterno estrés, así que nada mejor que encender mi PS3 y ponerme un juego. Y a ser posible, uno inteligente. De los últimos que he encontrado con esta característica me gustaría destacar Skyrim, la quinta parte de una saga llena de dragones, espadas y habilidades como la herrería, la magia, el robo, el sigilo y la lucha con espadas y arcos. El mapa de Skyrim es uno de los más grandes que he visto en un juego de consola, si no es realmente el más grande de todos. Recorrerlo a pie de una punta a otra te puede llevar varias horas de tiempo real, si es que finalmente eres capaz de llegar de un lado a otro. Por el camino miles de divertidas misiones.
La divina comedia
por Andrés Torrejón
Todo el mundo ha leído este libro, o al menos ha oído hablar tantas veces de él que cuando comienza a leerlo es como si fuera ya un miembro de su familia. Para su lectura recomiendo una buena edición con muchas notas, como por ejemplo la de Cátedra. Para mí, que no soy experto en las luchas entre gibelinos y güelfos en la Italia de Dante, las anotaciones han sido totalmente necesarias para saber de quién estaba hablando el poeta italiano. Incluso a veces, a pesar de las notas, su lenguaje me parece oscuro y muchos versos se me hacen incomprensibles. Lo más divertido del libro es comprobar cómo Dante creó una imagen del cielo, el purgatorio y el infierno que en gran parte es la que se ha transmitido a los creyentes y que piensan que proviene de algún libro escrito por su iglesia. En general, me refiero a los cristianos, porque ya sabemos que a los musulmanes no les hace mucha gracia eso de que, según Dante, Mahoma sea uno más de los muchos habitantes del infierno.
La Polinesia meridional
por Begoña Alonso
Este disco está especialmente recomendado a aquellos que, como yo, han perdido totalmente la fe en la música española. Sí, sí, la música que se hace en este país, totalmente perdida para la causa de la calidad desde hace prácticamente 15 años. De hace más o menos ese tiempo data la fundación de La Casa Azul, un grupo que empezó siendo indie pero que cada vez está más cerca del circuito mainstream. La Polinesia meridional es el quinto disco de esta banda barcelonesa liderado por Guille Milkyway, un excéntrico personaje que probablemente sea uno de los talentos musicales a explotar (no en vano recibió el año pasado el Goya a la Mejor Canción por el tema de la peli Yo también). ¿Y qué vas a encontrar en ese disco? Europop, leves toques de synth pop ochentero, aires de la Motown, ritmos bailables, himnos funky.... Esto en lo que tiene que ver con la música, porque a aquellos a los que, como yo, también les gusta escuchar las letras van a sorprenderse. Los chicos del blog Jenesaispop lo definieron mejor que nadie: "Estamos ante un compositor que forma parte de ese reducido grupo que crean canciones en español que no dan vergüenza ajena". Las letras son cercanas, humanas, de esas con las que te identificas a tope: la desolación, el paso del tiempo, la soledad, la desesperación ante la situación política, etc. En resumen: una gozada impensable en estos tiempos que corren. Gracias, Guille Milkyway.