Por una fineza de que ninguna mujer había gozado antes, el emperador le
dio la superintendencia de su biblioteca que contenía el precioso despunte de los
manuscritos antiguos y modernos no descifrados todavía.
A la cabeza de algunos sabios selectos, trabajó ella en esta biblioteca con
un feliz éxito que causó la admiración de todos los letrados, y que sobrepujó sus
propias esperanzas. Sacó del profundo olvido en que estaban sepultadas algunas
producciones útiles de los sabios de los siglos pasados; explicó con una claridad
que nada dejó que desear algunas buenas obras de los sabios modernos,
ininteligibles casi por su oscuridad y su gusto estravagante...
¡Ojalá la preciosa memoria de sus virtudes y de su mérito la haga vivir en
los siglos venideros, hasta nuestros descendientes más remotos!
Epitafio de Ban Zhao, siglo II.
[Seguir leyendo] Mujeres en la Biblioteca Histórica: Ban Zhao, una bibliotecaria en la China del siglo II