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Mujeres en la Biblioteca Histórica: María de Quiñones, una impresora notable en el Madrid de los Austrias

Maite Rodríguez Muriedas 8 de Marzo de 2011 a las 14:49 h

Grabado xilográfico de la Bibliothèque des artistes, de Jean Raymobd, Abad de Petity (París, P.G. Simon, 1766)

La protagonista de esta historia es María de Quiñones, impresora madrileña del s. XVII y doblemente viuda, primero de Pedro Madrigal, hijo del impresor del mismo nombre, muerto en 1602 y más tarde de Juan de la Cuesta. La  ausencia de datos, tanto biográficos como tipográficos con que contamos, contrasta con su voluminosa producción tipográfica que alcanza 133 impresos, de los cuales 62 custodia la Biblioteca Histórica. Tras realizar un microanálisis de estos ejemplares, presentamos aquí otra aportación más para avanzar en el estudio de la incursión de las féminas en este oficio. [Seguir leyendo]

 

María de Quiñones aparece vinculada a la imprenta a raíz de los sucesivos matrimonios con linajes de impresores, ocupando la posición secundaria de transmisora de los negocios. Era la tónica general en una sociedad tremendamente misógina, donde a la mujer se la excluía de los ámbitos profesionales y culturales quedando relegada, bajo la tutela dominante del varón. Sólo cuando enviudaba y alcanzaba la mayoría de edad contaba con total libertad en el ámbito legal para gestionar oficio y patrimonio. Con este telón de fondo, es difícil delimitar unas fechas que abarquen su actividad tipográfica. A la muerte de Pedro Madrigal, se casa el 26 de junio de 1602 con Juan de la Cuesta, que con su presencia activa desde 1604 y ausencia a finales de 1607, nos descabala esta crónica. "El 4 de diciembre de 1607, Juan de la Cuesta se encuentra en Sevilla y ante notario da amplios poderes a su mujer, María de Quiñones, a su suegra, Maria Rodriguez de Ribalde y a Jerónimo de Salazar para regir la imprenta, cobrar lo que se les debiere y actuar en su nombre". Dejaba en Madrid a su mujer embarazada y deudas a pagar. Su hijo nació el 28 de febrero de 1608 y recibió el nombre de Juan pero no sobreviviría mucho tiempo. Fueron sus padrinos Francisco de Robles, mercader de libros y su mujer Angela Juberto.

 

Juan Delgado Casado indica que es a raíz del fallecimiento de Maria Rodríguez Ribalde cuando da comienzo su faena de tipógrafa, concretamente en 1628. En la Calle de Atocha, "en las casas pegadas a la Yglesia del Hospital de los Desamparados", se encontraban la casa e imprenta que fueron de Juan de la Cuesta. Allí vivía María de Quiñones, rodeada por una verdadera comunidad de artesanos, justificada por su copiosa  producción tipográfica. Eran oficiales de su imprenta Pedro Travesía, Alonso de Paredes, Domingo Ortiz, Esteban de Azcona y Jusepe Ortiz.

 

La propia organización familiar y arcaica del taller invitaba a la convivencia de todos los miembros de la empresa: operarios, artesanos y amos. Se forjaba así un sistema de parentesco que se traducía en una fuerte solidaridad y red de ayuda. Son numerosos en este sentido los testimonios documentales donde se manifiesta esta sociabilidad. Sirva de ejemplo el que estos oficiales eran invitados con frecuencia a ser padrinos de los hijos de otros colegas dedicados a la impresión y venta de libros, su participación como testigos en el testamento de su maestra, o figurando como deudores , como Alonso de Paredes[1].

 

En esta enmarañada historia, haciendo un rastreo de ejemplares hay estratos de tiempo vacíos o silenciados, que nos hacen plantear diferentes conjeturas. Si la participación de Juan de Cuesta en la actividad del taller fue muy breve como constata Jaime Moll[2], pues a finales de 1607 renuncia a la dirección de la imprenta, y se dirige a Sevilla probablemente con la intención de pasar a Indias. Todo parece apuntar a que las obras realizadas en este periodo con el pie imprenta " Por Juan de la Cuesta" en realidad fueron "sin Juan de la Cuesta " dirigiendo "de facto" la imprenta bajo la sombra, Maria de Quiñones. A partir de Pérez Pastor, que documenta su actividad de impresora en 1611 hemos establecido una secuencia cronológica, desglosada en tres épocas o estadios:

 

Primera época 1611-1632

Podíamos  calificarla como la etapa invisible, donde se vislumbran retazos de su obra en numerosos impresos que Pérez Pastor  recopila en "Bibliografía madrileña". Se trata de  11 impresos que avalan la presencia de esta mujer, constatada en la entrega de pliegos sueltos o capillas a La Hermandad de Impresores de Madrid. Desatan cierta curiosidad las obras El Fenix de España... Septima parte de sus comedias [BH FOA 237] y El Fénix de España ....Octava parte de sus comedias [BH FOA 238], de Lope de Vega impresas en Madrid en 1617, por la viuda de Alonso Martin, a costa de Miguel de Siles, mercader de libros. Se trata de la primera edición compartida "en casa de Maria de Quiñones" una parte; y "en casa de Alonso Martín"la otra, por más que en el pie de imprenta, tanto de la séptima como de la octava parte, no figure más que la viuda de Alonso Martín. Sin duda, claro caso de solidaridad gremial y camaradería entre viudas de impresores, donde la evidencia las presenta no como rivales, sino defendiendo intereses comunes.

 

Habrá que esperar a 1627 cuando Maria de Quiñones rememore en sus trabajos a través de los variantes pies de imprenta: "En Casa de Madrigal", "Herederos de Pedro Madrigal" "Herederos de la Viuda de Pedro Madrigal" "En Casa de la Viuda de Madrigal" al que fuera fundador de este linaje de impresores. Si bien no conocemos impreso alguno, que firme con la rúbrica "Viuda de Juan de la Cuesta.

 

Segunda época 1633-1642

El año 1633 marca los inicios de esta impresora con la obra Patrocinium de pro regia iurisdictione inquisitoribus siculis concessa, de Mario Cutelli [BH DER 6050] donde María de Quiñones figura ya con su nombre en la sintaxis de los pies de imprenta, hasta 1666. Un periodo en el que desplegó una gran actividad tipográfica traduciéndose en  86 obras salidas de sus prensas. Su apellido cubre así 33 años ininterrumpidos de la  historia de la imprenta madrileña. En este arco temporal entra en escena un nuevo editor, Pedro Coello muy activo en el campo teatral, y la Hermandad de los Mercaderes de Libros para la que trabajó en 1638.

 

Destacamos de esta época, la publicación de 3 partes de comedias  de célebres dramaturgos del Siglo de Oro español que alcanzaron un gran éxito editorial, presentes en la Biblioteca Histórica: Cuarta parte de Comedias, de Tirso de Molina. Madrid: María de Quiñones, 1635 [BH FLL 29558]; Segunda parte de las comedias de Don Pedro Calderon de la Barca, recogidas por D. Ioseph Calderón de la Barca su hermano. En Madrid, por Maria de Quiñones, 1637 [BH FLL Res.509]; y Parte veinte y tres de las comedias de Lope Félix de Vega Carpio. Madrid, Maria de Quiñones, a costa de Pedro Coello, 1638 [BH FOA 253]

 

Tercera época 1643-1666

Salieron de sus prensas varias obras editadas a costa de Francisco de Robles, Manuel López y Juan de Valdés mercaderes de libros de Madrid. De esta etapa de consolidación resaltar la mirada emprendedora de Maria de Quiñones al dar un mayor impulso al taller asociándose con estos reconocidos costeadores para abarcar un mayor mercado de negocio. Sus impresiones, en general suelen ser cuidadas y apenas presentan erratas. Gusta utilizar portadas con orlas tipográficas, escudos cardenalicios y reales, capitales grabadas y adornos xilográficos.

 

En cuanto al contenido de su producción se refiere, abarca obras de entretenimiento, discursos políticos, Reales Cédulas, oraciones evangélicas, sermones, memoriales, sin olvidar las célebres partes de comedias de Lope de la Vega, Calderón de la Barca y Tirso de Molina. Para estos diferentes géneros hace uso de formatos folio, octavo y sobre todo el cuarto, al que recurre mayormente. La lengua dominante es la vernácula, reduciéndose el latín a obras de carácter litúrgico o teológico

 

Para finalizar, se nos hace difícil imaginar una impresora rodeada de letras, tipos, tinta... y que careciera de los conocimientos y habilidades necesarias para emprender la lectura. Analfabeta o letrada estaba dotada de un sentido innato  para dirigir, sanear y gestionar una imprenta de cierto peso en el Madrid de los Austrias. Era el suyo un oficio de élite, mitad actividad intelectual, mitad faena mecánica, "un regalo del cielo" que desarrolló en un entorno básicamente masculino. Alentar a los investigadores a indagar en esta corriente historiográfica sobre "historia de las mujeres" hacedoras de letras se nos antoja como un reto. De gran talla y fuerte carácter, Maria de Quiñones  supo conservar el taller y acreditarlo, pero sobre todo darle continuidad, el mismo que heredó de su primer marido y el mismo que abandonó el segundo en busca de fortuna a las Américas. Tras permanecer en la sombra algunos lustros, rescatamos su presencia, sus faenas, y para ello hemos ido más allá de los pies de imprenta para dar respuesta a una estratigrafía, a veces difícil de interpretar, diluida con el tiempo, pero con trazos tan interesantes que creo ha merecido la pena prospectar.

 

 

Bibliografía

  • Agulló y Cobo, Mercedes. Noticias de impresores y libreros madrileños de los siglos XVI y XVII.[Tesis doctoral]. Madrid: Universidad Complutense de Madrid, Servicio de Publicaciones, 2009
  • Delgado Casado, Juan. Diccionario de impresores españoles : (siglos XV-XVII). Madrid: Arco/Libros, D.L. 1996
  • Moll Roqueta, Jaime. Juan de la Cuesta. Boletín de la Real En: Academía Española, Tomo 85, Cuaderno 291-292, 2005, pp. 475-484
  • Péres Pastor, Cristóbal. Bibliografia madrileña de los siglos XVI y XVII : Descripción cronológica de las obras impresas en Madrid desde el establecimiento de la imprenta en Madrid en el año 1566 al 1625, con anotaciones analíticas e históricas. Amsterdam:Van Heusden, 1970



[1]  "En 30 de Enero de 1658, declaró haber prestado tres años antes 300rs a Alonso de Paredes , a quien cita también como oficial de su imprenta, embargándosele a su fiador, el fundidor de letras de imprenta  de Toledo, Francisco Calvo  una fundición de letras de imprenta". Vésase : Agullo y Cobo, Mercedes (1992)

[2] Más datos sobre la aportación documental de Jaime Moll  referente a "la desconocida salida de Madrid de Juan de Cuesta, dejando a su mujer embarazada y abandonando el taller". En : Boletín de la Real Academía Española, 85, 2005

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Comentarios - 2

Mª Dolores

2
Mª Dolores - 10-03-2011 - 10:59:23h

Verdaderamente merece la pena rescatar del olvido a mujeres tan luchadoras como ésta en una sociedad como aquella.

Luis

1
Luis - 10-03-2011 - 10:44:46h

Un trabajo estupendo. Enhorabuena


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