Hace unos años era algo normal pasarse las tardes de biblioteca en tiempos de exámenes, con la compañía imprescindible del abanico. Después vino la época del derroche, cuando casi hacía falta sacar del armario el pasamontañas para ir a estudiar a la biblioteca.
Parece que la crisis nos va a hacer recuperar aquellas costumbres que uno asumía antes como la rutina del verano. No sabemos si las medidas de austeridad contribuirán a que la situación económica mejore, pues la sensación más generalizada es que la solución escapa de nuestras manos, pero siempre queda el consuelo de que el medioambiente nos lo agradecerá.
Aunque suene redundante, la crisis es culpable de que no hayamos comprado todos los libros que se han publicado sobre ella en estos dos años. Aún así, hay suficiente bibliografía como para orientarse un poco en este laberinto. También os ofrecemos una selección de información cogida de aquí y allá en Internet, todo para leer a golpe de abanico.