Bueno, pues nada.
Ya ha terminado el curso, las clases, los exámenes, los cafés a las dos de la mañana para ver si aguanto, los inoportunos garbeos por Internet buscando “yonoseQUÉcosasuperinteresante” que se me ha ocurrido leer u hojear mientras estudio (algún día se realizarán investigaciones sobre el tiempo de estudio que quita la navegación internaútica ocasional, y es que nos interesa el zumbido de una mosca mientras estudiamos), los vistazos a las webs deportivas para ver lo que opina fulanito sobre el último partido del mundial, los madrugones, los nervios del trabajo que no me da tiempo a presentar, los préstamos de miniportátiles, etc.
Ahora ya hace calor de verdad, los pasillos están vacíos, las obras veraniegas comienzan, se (re)pintan las columnas, se prestan libros para Septiembre (¿Qué se quedarán olvidados en la mesa al irnos de vacaciones?), la tranquilidad es impactante en la facultad. En fin, hasta mediados de agosto no volverán los estudiantes a estudiar para los exámenes suspendidos, tratando de cerrar el círculo que comenzó cuando se matricularon esas asignaturas que no se sabía que iban a ser tan difíciles.
Antes llegaba Julio y todo lo que correspondía a la universidad, y a la vida cultural quedaba como paralizado. Ahora no es así. Multitud de universidades realizan cursos de verano en lugares externos a las facultades, y aun a las ciudades donde radican las mismas. Es momento de aprender de forma diferente.
Pero también de acudir a San Fermín, al Sella, a Vitoria a escuchar Jazz, a Benicassim… o al lugar que nos permitimos recomendar. Los festivales de Teatro tienen ya una larga trayectoria: Edimburgo, en Escocia (mas allá del Muro de Adriano) es un buen ejemplo.
Mañana día 1 de Julio comienza el Festival Internacional de TEATRO CLÁSICO de ALMAGRO. A un par de horas de Madrid, hacia el sur, tenemos teatro del bueno hasta el día 25. Si no queremos pasar el fin de semana allí, por lo caras que se habrán vuelto “de repente” las habitaciones (subida del IVA aparte), siempre podemos salir tempranito, comernos unas buenas berenjenas, visitar una bella ciudad manchega, ver teatro y volver. Almagro cuenta con el único Corral de Comedias del mundo que conserva su estructura original del S.XVII.
Una buena recomendación para este tórrido mes que nos espera.