No se trata de Mao Zedong, sino de Isaac Mao, un blogger chino, investigador en enseñanza y tecnología social, que es entre otras cosas, director de la Social Brain Foundation, asesor de numerosas empresas de Internet y Web 2.0 y director de la Fundación para el Desarrollo de los Jóvenes en Sahnghai.
Hace unas semanas, Mao dio una conferencia en la Casa Asia, con el título China digital, en la que habló del sharismo, un término acuñado por él en el año 2008.
Según Mao, Internet y especialmente la Web 2.0, han creado un nuevo contexto social, en el que las estructuras jerárquicas tradicionales pueden llegar superarse: "el sharismo es una nueva filosofía como el capitalismo o el comunismo: un nuevo tipo de sociedad".
El vídeo con su intervención puede verse desde la Web de Casa Asia. Mao comienza cuestionándose por qué es mejor compartir las cosas. Debemos dejamos de pensar que el fin de nuestros actos sea siempre conseguir ganancias económicas. Al compartir algo en la red se obtiene sobre todo visibilidad, que se traducirá en buena reputación, si lo que ofrecemos es bueno. Compartir no significa ignorar la autoría de los contenidos. Si el trabajo de alguien nos interesa, podremos conectar con esa persona para aumentar nuestros conocimientos. Todos ganamos si la figura del autor es respetada, y por eso desde el sharismo se insiste en la necesidad de defender el copyright.
Más adelante, Mao habla del nuevo modelo de democracia que el uso de Internet puede hacer posible. En la democracia representativa que conocemos, el pueblo elige a sus representantes por cuatro años, y allí termina normalmente su función. El sharismo aplicado a la política permitiría controlar los gobiernos a tiempo real, es lo que Mao denomina "democracia emergente". Afirma que en países sin tradición democrática, como China o los países de Oriente Medio, sería más fácil implantar un modelo político basado en las nuevas tecnologías, pues en esos lugares se parte desde cero, mientras que las democracias occidentales tendrían que reinventarse.
Los chinos según Mao son poco dados destacar en la vida colectiva mediante personalidades notorias. No son una cultura individualista y en general prefieren pasar desapercibidos. Es interesante ver como Internet está cambiando los comportamientos culturales tradicionales. Como ocurre en Occidente, cada vez existe menos miedo a convertirse en celebridades de un minuto, a salir del anonimato porque la gente cree que tienen algo que decir.
En la actualidad existen en China 16.000.000 millones de blogs, que los ciudadanos utilizan como canales alternativos a los medios de comunicación oficiales.
También en Occidente se mira de reojo y con sensación de vértigo la posibilidad de que la información circule libremente. Casos como Wikileaks han puesto en guardia a los poderes tradicionales de control. Seguimos siendo celosos de nuestra intimidad digital, y aún se desconfía de una cultura considerada muchas veces de segunda categoría frente a la oficial.
Es interesante el poder que los creadores de contenido están ganando en Internet, hasta el punto de que ya se ha empezado a hablar de quinto poder, después de la prensa, pero aún existen muchas limitaciones para que este poder sea realmente efectivo. El mismo Isaac Mao y otros internautas chinos, han tenido que cambiar sus blogs a servidores extranjeros, para engañar la sofisticada censura digital china.
Recientemente, Vicenç Navarro en un artículo sobre la revolución en Egipto, nos hacia notar que en este país sólo un 22 % de la población tiene acceso a Internet. El protagonismo de las nuevas tecnologías en la revuelta no ha podido ser por tanto tan importante como algunos medios han querido dar a entender, pero está claro que estamos ante un nuevo paradigma, y sólo acaba de empezar.