Miguel Dalmau utiliza la referencia de un tríptico de Francis Bacon, con el que supuestamente se habría identificado Gil de Biedma, para estructurar su libro. Éste se halla dividido en tres partes. La primera, de 88 páginas, se centra en el Jaime Gil de Biedma público y profesional. La segunda, de 126 páginas, trata de Jaime Gil de Biedma, el poeta. La tercera, de 250 páginas, tiene como eje el Jaime Gil de Biedma homosexual, prostibulario y promiscuo. Resulta evidente cuál es el interés principal de Dalmau.
Nunca había visto una biografía contada de esta manera y espero no volvérmela a encontrar. La vida de un ser humano no puede dividirse en compartimentos estancos. Cuando Gil de Biedma escribía poemas en su oficina de Tabacalera en Barcelona, ¿en qué parte del libro debería aparecer, en la primera o en la segunda? Si se acostaba con un joven filipino y luego le escribía un poema, ¿predominaba el Gil de Biedma poeta (segunda parte) o el homosexual (tercera)? Un efecto de este sistema es que los mismos hechos aparecen a veces relatados de dos maneras en el libro. Y las dos veces de la misma manera deslavazada y sin gracia.
Otro ejemplo de la falta de profesionalidad del autor es que no hay pies de página que indiquen cuáles son las fuentes de lo que se relata. A veces me da la sensación de que ha copipegado cosas que se han escrito sobre Gil de Biedma por gente que le conoció y las presenta de la manera que los biógrafos más serios presentan las entrevistas que ellos sí se han molestado en hacer a los que conocieron al biografiado. Dalmau usa profusamente el libro de Javier Pérez Escohotado que recoge entrevistas que el poeta fue concediendo a lo largo de su vida. He trabajado mucho ese libro y me ha hecho gracia encontrar por todo el libro de Dalmau citas del mismo sin aludir a su origen. Lo interesante del método es que el lector no avisado puede salir con la impresión de que Dalmau conoció íntimamente al poeta y a su círculo.
La ligereza del "biógrafo" se nota especialmente cuando apunta a que a los tres años Gil de Biedma fue iniciado por un adulto en el sexo. Esta afirmación se sustenta únicamente en el testimonio de Alberto Oliart, testimonio que seguramente esté sacado de un libro pero que Dalmau presenta como si se lo hubiese contado a él. Aunque el mismo Dalmau reconozca que otros amigos de Gil de Biedma apuntaban a una iniciación sexual mucho más tardía, no suelta la presa del escándalo y se entretiene durante un párrafo entero en enumerar los posibles pedófilos. Termina ese párrafo con un hipócrita: "Sólo sabemos que los protagonistas ya han muerto y no debemos penetrar en el reino de las sombras. Tampoco queremos…" Tío, para no querer, qué bien lo disimulas.
Algo así me sucede a mí. Podría vapulear la biografía escrita por Dalmau, pero no quiero. Mejor me paro aquí.