La escritura bella, la caligrafía, es para los chinos, la más elevada forma artística. Así , los pintores famosos lo son más por sus caligrafías que por sus pinturas.
La caligrafía excede el de el texto que representa. En ella la escritura se convierte en objeto estético, que además puede tener otras funciones, a veces simplemente la de ser logotipo de un grupo social.
La caligrafía árabe se desarrolla como arte ante la prohibición por el Islam de adorar representaciones figurativas. En lugar de representar a Dios se escribe su nombre o fragmentos del Corán. Los musulmanes justifican su interés por la escritura, porque la primera palabra que Dios les reveló fue el imperativo “lee”.
Pero no sólo los versículos coránicos sirven de ornamento. En las paredes de la Alhambra hay poemas muy bellos, para García Gómez , los poemas mejor editados del mundo.
En la caligrafía hiragana japonesa, realizada por mujeres en el periodo Heian, encontramos incluso elementos eróticos. Las refinadas damas de la corte utilizaban su virtuosismo para atraer a posibles amantes.
También en Japón, la caligrafía zen no busca propiamente alcanzar valores estéticos, sino comunicar un estado interior de la mente, es un canal directo de comunicación entre el escritor y el espectador.
La caligrafía en la biblioteca (pinchar enlace). También es interesante el libro electrónico Literacy and the politics of writing de Albertine Gaur.